Mundo Muerto

Mundo Muerto: Capitulo dieciséis.

Cuando esa cosa se lanzó sobre mi a gran velocidad, vi de nueva cuenta pasar toda mi vida por completo desde que era un bebé hasta aquí como una ráfaga de recuerdos al instante.

Pude recordar bellos momentos que había olvidado, o eso creía.

Volví a recordar mi travesía hasta aquí, el primer día, la terrible noche en esa casa donde estábamos  asustados y aterrados, cuando llegamos al pueblo Villanueva, la vez que mate de pura suerte a un perro gigantesco que estaba a punto de  devorarme, la batalla contra ese lunático llamado Elefante, cuando hui de un montón de infectados por todo el pueblo, cuando encontré el antiguo refugio vacío y con Winter convertido en zombie.

Una parte de mi estaba terriblemente decepcionado de mi mismo, por no luchar por no oponer resistencia alguna en estos momentos.

Cuando sentí su embestida, cerré los ojos cayendo  al suelo.

 

Pensé que todo se había acabado, que era mi final...

                                                       

Más nada ocurrió realmente, aunque oía sus rugidos hacia mi, la criatura no me atacaba por alguna razón.

Eso me tomó por sorpresa, entonces lentamente entreabrí mis ojos para divisarlo encima mío.

 

 

Grande fue mi asombro al reconocer de que se trataba.

Un perro...

De la raza bulldog, con el pelaje amarillo mostaza y de ojos pequeños.

Algo que me llamo la atención fue su singular mirada cuando ambos nos vimos de frente, sus ojos me transmitían sentimientos iguales a los míos, ese perro también estaba pasando por lo mismo que yo, fue mi primera impresión al verlo

Algo que me llamo la atención fue su singular mirada cuando ambos nos vimos de frente, sus ojos me transmitían sentimientos iguales a los míos, ese perro también estaba pasando por lo mismo que yo, eso fue mi primera impresión al verlo.

El perro cambio su actitud al poco de verme, y me lamía mis lágrimas que tenía en todo mi rostro húmedo.

Su gesto me hizo reírme por las cosquillas que me provocaba, podía percibir que el perrito estaba muy contento de estar conmigo.

-- Ya, ya, ya basta perrito -- lo aparté entre risitas, miré a todos lados buscando a su dueño pero solos nos encontrábamos en un  lúgubre y solitario callejón, voltee a verlo con algo de tristeza -- ¿Estás completamente solo, no es verdad?

El perro me observó decaído como si hubiese entendido de alguna forma, lo acaricié suavemente en el cuello para cambiarle los ánimos.

-- Perdón por molestarte y por gritarte...  Estoy pasando por días muy difíciles -- dije con voz  que se oía quebrada.

-- ¡Guao! ¡Guao! -- emitió dos ladridos

-- No sé que quisiste decirme, pero ya no te voy a molestar, me tengo que ir adiós perrito...

-- ¡GUAO! -- Ladró más fuerte y paso a restregar su cabeza contra mis piernas mientras emitía aullidos lastimeros.

-- V-vaya... A-acaso...  ¿Quieres estar conmigo, perrito? -- le pregunte aún dudando de sus intenciones.

El canino movió la cabeza de un lado a otro, me impresionó que pudiese entenderme por completo.

Ver su alegría, me provocó mucha felicidad por tener a un nuevo amigo a mi lado.

Me agaché para estar en su altura, lo tomé del cuello para abrazarlo, pero al hacerlo me percaté de que poseía un collar.

Lo inspeccione tan pronto lo descubrí, al verlo detenidamente conseguí dar con su nombre.

Jake...

-- ¿Te llamas Jake? -- el volvió a emitir un ladrido -- Un gusto Jake el perro, soy Thiago el humano, espero que a partir de ahora seamos como hermanos -- le conté con entusiasmo, este reaccionó muy alegre que se lanzó contra mi dando sus muestras de cariño.

-- Bien Jake! Tengo que ir a por mis cosas, y también debo descansar, me duele todo mi cuerpo y me esta ardiendo el ojo derecho -- Le avisé para volver a entrar al hospital está vez con la compañía de Jake.

Justo en el pasillo fuimos encontrados por una joven doctora y tres enfermeros a sus costados.

¿?: Usted joven, debe volver a la camilla, es una orden -- impuso la doctora.

-- Lo siento, pero ya estoy bien, quiero irme a mi habitación -- contesté de mal humor.

¿?: ¡¿Acaso está bromeando?! Tienes un centenar de moretones por todo el  cuerpo y una horrible hinchazón en el ojo derecho, ¡¿Eres necio o que?! -- pregunto indignada.

-- ¡Es mejor que escuche a la doctora Claudia, niño! -- Reprochó uno de los enfermeros.

Di unos pasos hacia atrás, para ponerme a idear un plan de escape.

Pero creo que fui demasiado obvio en mis intenciones, ya que la joven doctora se puso en modo desafiante.

Claudia: No pienses en escapar, debes descansar y reponer fuerzas -- ordenó

-- Y-yo e-n verdad me..  siento mejor -- dije entre molestias físicas que sentía recorrer por todo mi cuerpo.

Ella hizo un gesto disconforme ante mi comentario, y intentó acercarse a mi.

Pero, Jake se puso por adelante mía sorprendiéndonos a todos incluido a mi.

Nunca espere que me defendiera, ni menos en ahuyentarla con sus ladridos.

Claudia: Enfermeros háganse cargo de ese animal! -- pronunció muy asustada detrás de ellos.




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