Parpadee muchas veces no comprendiéndolo, me quedé totalmente inmóvil ante el resultado.
La sangre de mi frente abierta se mezclaba con el sudor de mi rostro, mi pecho subía y bajaba en agitaciones.
Estaba aún sin habla, incluso Esteifer me acompañaba en mi silencio, no dando la señal de victoria aun.
Pero desde las gradas mis compañeros le gritaban que lo anuncie de prisa, pero el esperaba que se levantará y siguiera de pie.
Pero tras varios segundos que el no respondía, con frustración pitó a favor mío, consiguiendo quedarme en el ejército.
Desde la grada vitorearon mi logró, pero yo aún no entendía, iba a perdiendo... luego gané??
En vez de estar contento por mi hazaña, me hallaba muy confundido por el desenlace de mi última prueba.
Fue cuando sentí que alguien me agarró el brazo que pude salir de mis pensamientos, era Carlos quien me sostenía.
Carlos: B-Bien h-hecho l-lo lograste -- dijo fingiendo de sonar herido.
-- ¿¿Qué acaba de pasar?? ¿Tú -- no pude formular mi pregunta antes que me tapará la boca.
Carlos: Escucha tú me venciste limpiamente, esto se quedara entre nosotros -- pronunció en voz baja, mientras me guiño el ojo para luego irse cojeando de una pierna.
Mi mirada estaba atónita ante sus palabras, en mi cabeza se reformulaba la siguiente inquietud...
¿Qué acaba de pasar?
De pronto alguien me tomó del hombro, y me giré un poco brusco por la sorpresa.
Esteifer: Lo has conseguido, pasaste las pruebas, sigues dentro... Pero, una debilidad más y estás afuera, ¿entendiste peón? -- me dijo con tono frío y estremecedor que hizo que me ponga aún más tenso.
-- E-e-ehhh siiiii -- respondí con los nervios al tope.
Esteifer: Mañana volverás a entrenar con nosotros, será mejor que descanses soldado lo necesitará... -- se despidió yendo por el mismo camino donde se fue Carlos.
Los nervios y las gotas de sudor corrían por todo mi cuerpo, ni siquiera sentía emoción, felicidad ni mucho menos orgullo de mi.
Lo único que sentía en mi, era aún más presión.
Fue tanto el contraste de emociones entre mis compañeros y yo, que todos ellos se preguntaron que me ocurría, pero por estar en shock no podía contestarles.
Así fue que uno a uno se fueron felicitándome por pasar la prueba, todos menos Cindy y Jake quienes se quedaron conmigo.
Me senté en las gradas, mientras observaba el campo de entrenamiento tratando de buscar alguna razón a lo que había ocurrido.
El frío viento de la noche me erizaba la piel, sin darme cuenta empecé a temblar al oír una voz en mi cabeza.
"La tormenta se acerca..."
"Y de ella no podrás escapar"
"Pronto... pronto.. pronto"
Luego recordé aquel día donde fui a la escuela, dónde sin saberlo pude haber muerto.
Sigo teniendo pesadillas cada noche con Ángel convertido en infectado, su mirada vacía y la manera que le destrozo el cuello a una chica de un mordisco, aún no me la sacó de mi cabeza.
La sangre, los gritos, la impresión, el miedo y el escándalo que viví en ese momento nunca me lo voy a poder olvidar.
Fue cuando sentí su mano agarrando la mía, que pude olvidar aquello por un rato.
Cindy: ¿Dé qué era lo que querías hablar, esta tarde? -- pregunto con mucho interés.
Yo la miré por algunos segundos sin decir nada, sabía que contar eso iba a resultar mal, pero también sabía que sería la última vez que hablaríamos de eso.
Suspiré en resignación ante mi elección, y cerré los puños tratando de prepararme para lo que se venía.
-- Y-y-yo... lo sé -- pude hablar entre balbuceos, y a juzgar por su expresión no me entendió del todo, entonces gruñí un poco de fastidio -- He descubierto la verdad -- afirmé más claro.
Cindy: La verdad?? -- respondió un poco confundida.
-- Ya sé quién eres, y porque nunca volviste a aparecer -- Agregué con el ceño molestó.
Cindy: Ohh... Aún sigues con eso Thiago Y-yo..
-- ¡Cindy ya lo sé todo, Luis me contó todo lo que pasó! -- grité callándola de inmediato.
El ambiente entre ambos se había tensado, si bien me encontraba molesto y enojado aún conservaba algo de calma en mi interior.
Cindy se quedó totalmente enmudecida, cosa que no me dejó opción que romper el hielo entre nosotros.
-- Luis me lo contó, la razón de porque no volviste a Colón, fue por tu madre ¿no es así? -- le pregunté para que hablarse, pero seguía sin decir nada -- Ustedes se fueron a Argentum por la enfermedad que ella tenia, que era realmente única en su tipo que llevo complicaciones con su tratamiento, allí lo conocieron a Luis, el intento ayudar a tu madre con sus estudios médicos y contigo, se encargó de cuidarte todo este tiempo en su hogar, la enfermedad de tu mamá empeoró y las formas de curarla se agotaron, y ella.... murió.
En cuanto termine de contar, vi como las lágrimas caigan de los ojos de Cindy al recordarle todo eso.
-- Es por ese motivo que nunca regresaron... y tú nunca le hablaste de mi a Luis, me olvidaste y te marginaste a estar sola, a vivir completamente sola -- dije mientras mi voz se agudizaba -- es por todo eso que cambiaste por completo, es por eso que ya casi no te reconozco, antes eras alguien alegre, risueña y soñadora con tus sueños, ¿te acuerdas? -- volví a preguntar.