Mundos Diferentes

¿Lider?

Mi nombre es Charlotte. Creo que ya me conocen, pero sinceramente les pido perdón por haber tardado tanto en presentarme ante ustedes. No fue fácil reunir el valor para hacerlo. Si están de acuerdo, avanzaré desde ahora. Me esforzaré, de verdad, por ser una mejor líder que mi abuelo. Y delante de toda mi familia, prometo que todo será diferente-

Sentía un nudo en la garganta. Las miradas de los presentes se clavaban en mí como dagas. ¿Me estarían juzgando? ¿Se reirían en silencio de mis palabras? Intenté no dejar que la inseguridad me traicionara y continué, aunque mi voz temblaba ligeramente.

—Sé que decir que “todo va a cambiar” puede sonar fuerte —continué, tomando aire profundamente—. Pero si nadie ha actuado con agresividad, quizá es porque no comprendieron lo que quería decir con cambiar.

Hice una pausa, dejando que mis palabras se asentaran en el aire. Al ver que nadie respondía, decidí terminar antes de que los nervios me traicionaran por completo.

—Bueno, eso es todo. Disfruten la noche.

Bajé del estrado con las piernas temblorosas y una sensación de alivio mezclada con duda. Me coloqué junto a Jayden, quien me recibió con una sonrisa tranquilizadora que intentaba apaciguar mi incertidumbre.

—Charlotte, eres muy inteligente —dijo, con un tono suave que buscaba reconfortarme.

Negué con la cabeza, soltando un suspiro pesado.

—No, no lo soy. Sinceramente, ni siquiera sé si voy a poder liderar esto... si podré convertirlos en algo mejor.

Jayden colocó una mano en mi hombro, transmitiéndome un apoyo silencioso.

—Charlotte, tienes un buen corazón, pero sabes que esto no será fácil.

Respiré hondo, sintiendo el peso de mis palabras antes de pronunciarlas.

—Pero después de todo, soy la líder, ¿no? Tendrán que obedecerme... o los mandaré matar.

Intenté sonreír para aligerar el comentario, aunque la ironía en mi voz era evidente. Jayden soltó una risa suave, pero su mirada seguía cargada de seriedad.

—Primero deberías leer todas las leyes que están en el libro.

Parpadeé, sorprendida.

—¿El libro?

—Sí, posiblemente lo encuentres en la habitación de tu abuelo.

Me crucé de brazos, reflexionando sobre lo que acababa de decir.

—Entonces empezaré por tirar todo lo que esté ahí.

—Está bien, Charlotte. Yo puedo ayudarte con eso.

—Perfecto, ve ahora.

Vi cómo Jayden se escabullía entre la multitud con la agilidad de alguien acostumbrado a moverse desapercibido. Me quedé allí, inmóvil, tratando de calmar mi mente que iba a mil por hora. Todo esto era demasiado: las miradas, las expectativas, la responsabilidad. De pronto, unas voces familiares llamaron mi atención.

Giré la cabeza y reconocí a los chicos que había visto con Jayden la última vez. No parecían notar mi presencia, así que me acerqué sigilosamente, escondiéndome tras una columna para escuchar mejor.

—¿Por qué querría seguir con el legado? —preguntó uno de ellos, con incredulidad en la voz.

—No lo sé, pero espero que no haga algo tonto. Podrían matarla si se equivoca —respondió otro.

—A pesar de todo, no me cae mal —dijo el primero, con un tono algo más amable.

—¿Te gusta, verdad? —bromeó el segundo, riendo entre dientes.

—Deja de decir tonterías. Solo digo que, si realmente quiere hacerse cargo, puede que sea en serio.

—Yo creo que no. Ella trae algo entre manos.

—No pienses así, dale una oportunidad.

—Solo escucha cómo habla.

—¿Crees que se unió para destruir el mundo?

—Es solo una suposición. Deberíamos investigarla.

—Sí, tal vez.

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. ¿Destruir el mundo? ¿Eso era lo que pensaban de mí? Decidí que era mejor enfrentar la situación de una vez. Me acerqué más, esta vez dejando que me vieran.

—Hola, ¿quiénes son ustedes? —dije, sonriendo con amabilidad para ocultar mi incomodidad.

Ambos se sobresaltaron, pero el chico reaccionó rápido.

—Hola. Yo soy Andrés, y ella es Violeta —dijo, señalando a su acompañante.

—Mucho gusto. Espero llevarme bien con ustedes —respondí, intentando sonar amistosa.

—Claro, ¿verdad, hermana? —dijo Andrés, mirando a Violeta, quien me observaba con expresión desconfiada.

—¿Ustedes son hermanos?

—Sí, lo somos.

—¿Y de quién son hijos?

—Nuestro padre es Adonis.

Intenté recordar ese nombre, pero no me sonaba familiar.

—No tengo el gusto de conocerlo, pero espero hacerlo algún día.

—Si claro.

—Sigan disfrutando la fiesta.

—Está bien. Tú también disfruta; es tu fiesta.

A pesar de su amabilidad, algo no encajaba. Eran demasiado jóvenes para estar aquí. Este lugar solía ser exclusivo para personas mayores de treinta años, pero ellos parecían de mi edad. Necesito investigarlos. Quizá aún vivan en el otro mundo.

En ese momento, Thomas se acercó a mí con paso firme, interrumpiendo mis pensamientos.

—Charlotte, te estaba buscando.

—Estuve platicando con algunos invitados —dije, intentando sonar tranquila.

—¿Y qué tal?

—Hay demasiadas cosas que no tienen sentido. Necesito hablar con Jayden. Tal vez él sepa más sobre estas personas.

Thomas asintió, aunque su rostro reflejaba preocupación.

—Cierto. Jayden arregló la habitación de tu abuelo y sacó algunas cosas que podrían ayudarte.

—¿De verdad? Vamos entonces.

Caminamos juntos hacia donde estaba Jayden. Mi corazón latía con fuerza. ¿Qué habría encontrado?

Cuando llegamos, Jayden estaba esperándonos junto a una mesa llena de papeles, libros viejos y un par de objetos que parecían reliquias. Su expresión era seria, casi solemne.

—Hay algo que tienes que ver —dijo, entregándome un libro grueso y desgastado.

Lo tomé con cuidado, sintiendo el peso físico y simbólico de lo que tenía en mis manos. Al abrirlo, me encontré con una caligrafía antigua y notas al margen que hablaban de reglas, decisiones y secretos. Mi mente se llenó de preguntas mientras pasaba las páginas.



#14499 en Fantasía
#8122 en Thriller
#3207 en Suspenso

En el texto hay: misterio, asesinos, amor

Editado: 18.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.