Mundos Diferentes

Divisiones

Cada vez que hablo con Thomas, siento que todo a mi alrededor se calma. Es como si la ansiedad y la incertidumbre que siempre llevo conmigo se disiparan en su presencia. No sé si es su voz tranquila o la manera en que siempre parece saber lo que estoy pensando, pero lo cierto es que cada vez que hablamos, todo se vuelve más llevadero. Thomas no es solo una figura de apoyo, es un refugio. Es el único que ha estado a mi lado de principio a fin, aunque en muchos momentos haya sido la sombra silenciosa que me vigilaba desde la distancia. Sé que está ahí, sé que puedo confiar en él, y eso me da algo de paz en medio de todo este caos.

No puedo evitar pensar en lo que significaría estar en sus zapatos. Él siempre ha tenido una vida más tranquila, más estable, mientras que yo, desde pequeña, me vi arrastrada por el torbellino de este mundo. Mi abuelo, con su autoridad imponente y su carisma natural, forjó este lugar que me parece tonto. Y ahora, ese mismo peso recae sobre mis hombros. No estoy segura de si estoy lista, pero sé que no tengo opción. La responsabilidad ha llegado para quedarse.

Una de las cosas que más me atormenta es el hecho de que no recuerdo mucho de mi infancia aquí. La mansión, los jardines, las caras de las personas que alguna vez fueron parte de mi vida... todo eso se ha desvanecido en mi mente como si nunca hubiera existido. Solo tengo fragmentos dispersos, momentos fugaces de una vida que ahora parece lejana. Por eso, busqué a Jayden.

Jayden siempre fue el chico que conocía cada rincón de esta casa. Creció aquí, y a diferencia de mí, tiene recuerdos nítidos de todo lo que ocurrió durante mi abuelo tenia el control absoluto. Así que, con la esperanza de encontrar algo que me ayudara a comprender mejor este lugar, fui a su encuentro.

—Hola, Jayden —dije, tratando de disimular el nerviosismo que comenzaba a invadir mi pecho.

—Hola, Charlotte —respondió con una sonrisa que, aunque cálida, no lograba calmar la tormenta que rugía dentro de mí.

—¿Qué estás haciendo? —pregunté, buscando alguna excusa para comenzar la conversación sin que se notara mi inquietud.

—Estaba organizando citas con los más influyentes de este lugar. No te lo había dicho antes, pero es fundamental que empieces a relacionarte con ellos —dijo con la misma tranquilidad que siempre lo caracterizó. Esa calma inquebrantable que a veces me hacía sentir que no me entendía en absoluto.

—Entonces, ¿este mundo no está solo liderado por mí? —pregunté, mi voz temblando levemente ante la revelación.

—No, claro que no. Aquí hay un grupo que toma las decisiones. Tú eres la líder general, pero no estás sola. Hay un liderazgo compartido entre los diferentes grupos —explicó, como si todo eso fuera algo obvio.

—Entonces, lo primero que tengo que hacer es manipularlos para que hagan lo que yo diga —comenté, intentando restarle gravedad a la situación con un tono sarcástico. Pero, aunque mi voz era ligera, mi mente estaba trabajando a mil por hora.

—No se trata de manipular, Charlotte —dijo, suavemente—. Aquí, las decisiones se toman en conjunto. Tienes poder, sí, pero no es absoluto. Este mundo está dividido en facciones, cada una con su propio líder. Cada facción tiene sus propias reglas y objetivos. Es un equilibrio delicado.

—Entiendo —respondí, con una mezcla de frustración y resignación. Mi corazón palpitaba rápido mientras trataba de absorber la magnitud de lo que me estaba diciendo.

—Lo más importante ahora es que aprendas a ser fuerte. Tienes que ser clara y precisa en lo que quieres. Al final, tú serás quien decida, pero ellos deben respetarte. No puedes ser débil.

—Como en las tribus —dije, encontrando algo de consuelo en la comparación. Era una idea familiar para mí, algo que podía entender.

—Exacto. Este lugar está dividido en tribus, y tú eres la líder de todas ellas. Es un juego de poder, y para jugarlo, tienes que saber cómo manejar a cada uno de los grupos, cómo manejar a cada líder.

—Entonces, ¿vamos a hablar con ellos? —pregunté, la ansiedad volviendo a invadir mi pecho.

—Sí. Llegarán a las seis —respondió Jayden, con una serenidad que no me hacía más fácil la situación.

—Preparémoslo todo entonces —dije, tomando una respiración profunda para calmar los nervios que comenzaban a apoderarse de mí.

La mansión, a pesar de ser un lugar hermoso, me parecía un laberinto en ese momento. Cada pasillo, cada habitación, tenía algo de misterio y, a veces, de amenaza. El lugar donde recibiríamos a los invitados estaba apartado del resto, como si fuera un rincón aislado, alejado de las cámaras que a veces me parecían tan pesadas. La presión era palpable, y cada tarea que realizaba para preparar la cena me sentía más distante de la niña que una vez jugueteó por esos pasillos, llena de ilusión.

Ordené que prepararan un platillo especial. Tenía que ser algo que reflejara la grandeza de la ocasión, pero también el peso de la responsabilidad que llevaba sobre mis hombros. Las bebidas también tenían que ser únicas, con ingredientes que solo se encontraran en este lugar. Todo debía ser perfecto.

Mientras todo se preparaba, mi mente vagaba. Traté de concentrarme en las tareas, pero era imposible. La presión era demasiado grande. Me metí a bañar, el agua caliente cayendo sobre mí como si intentara limpiar algo más que el sudor de mis manos. Pero no podía. Los pensamientos seguían asaltándome, la ansiedad me consumía. No era solo el temor a lo que estaba por venir, sino el miedo a fracasar. A fallar en algo tan grande. A no ser la persona que mi familia esperaba que fuera.

¿Realmente estaba lista para esto?

La puerta de mi habitación se abrió, y mi corazón dio un salto.

—Charlotte, ¿estás lista? —preguntó Alicia desde el umbral.

—En un momento —respondí, intentando sonar tranquila, aunque mi voz delataba mi ansiedad.

Alicia no parecía percatarse de mi nerviosismo. Sabía que ella esperaba que todo estuviera bajo control, como siempre. Mandé llamar a todos, indicándoles que se reunieran en el lugar dispuesto para la cena. Mi mente no dejaba de dar vueltas. ¿Qué esperaban de mí? ¿Qué pensaban al verme tan joven, tan inexperta? ¿Sería capaz de ganarme su respeto?



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En el texto hay: misterio, asesinos, amor

Editado: 01.02.2025

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