Mundos Diferentes

Ecos del linaje perdido

Narrado por Alicia

La casa tenía rincones que ninguno de nosotros se había atrevido a explorar, incluso después de todo lo que había pasado. Había pasillos que cambiaban de lugar, puertas que desaparecían al día siguiente y ventanas que, al ser abiertas, mostraban paisajes que no pertenecían a este mundo.

Y aun así, Charlotte decidió que teníamos que investigar cada rincón.

—Todo esto está conectado —nos dijo esa mañana, mientras sostenía un libro viejo entre las manos—. Mi familia, la casa, el portal, los símbolos en nuestras puertas... No podemos dar esto por cerrado. No todavía.

Estábamos todos reunidos en el salón principal. Había niebla afuera, densa y blanca, como si algo quisiera mantenernos dentro.

—¿Dónde empezamos? —preguntó Samanta, abrazando sus piernas sobre el sofá.

Charlotte dejó el libro sobre la mesa de mármol y apuntó a un dibujo: era un árbol genealógico incompleto. En él aparecían nombres que ninguno de nosotros reconocía. Excepto uno.

—¿Elizabeth Dan? —leí en voz alta.

—Mi tía abuela. Marrie la mencionó en el hospital, pero con poco detalle. Dijo que tuvo una hija... pero que nadie supo más de ella.

—¿Y si esa rama de la familia sobrevivió? —dijo Dylan, en voz baja—. ¿Y si no se separaron del linaje maldito... sino que lo conservaron?

Hubo un silencio pesado. Charlotte miró el dibujo con atención.

—Si hay alguien más con sangre Dan allá afuera... entonces hay otra llave. Otro portal. O algo peor.

Nos quedamos congelados ante esa idea. Creímos que lo más peligroso había pasado. Que enfrentar a nuestro reflejo oscuro, cerrar el portal, aceptar lo que somos... era el final. Pero tal vez solo era la superficie de algo mucho más antiguo.

—¿Y si alguien no quiere que sigamos buscando? —pregunté, recordando las miradas inquietantes de algunos sirvientes, los espejos que se empañaban con palabras escritas desde el otro lado—. Tal vez hay fuerzas que prefieren que esto quede enterrado.

Thomas, que había estado en silencio hasta ahora, habló.

—Entonces vamos a desenterrarlo. Cueste lo que cueste.

Esa misma tarde, bajamos al sótano. Nadie lo había explorado. La puerta estaba oculta tras un viejo espejo que Charlotte descubrió por accidente al apoyar la mano. El vidrio se hizo líquido por un instante... y reveló un marco tallado con símbolos arcanos.

—¿Seguro que debemos entrar? —preguntó Antony.

—Nunca hemos estado seguros —respondió Charlotte—. Pero siempre lo hacemos igual.

Al descender las escaleras, una humedad espesa nos envolvió. El aire era denso, como si el tiempo no hubiera pasado allí. Las paredes estaban cubiertas de estanterías con libros cubiertos de polvo, frascos con líquidos oscuros, y vitrinas cerradas con candados oxidados.

Pero lo más extraño fue el mural al fondo de la sala.

Era una pintura enorme, de al menos cinco metros de ancho. Representaba un círculo de seis personas con túnicas negras, rodeando a una niña de ojos completamente blancos. Detrás de ella, un árbol de raíces negras se extendía por todo el cielo.

—¿Qué es esto? —preguntó Dylan.

Charlotte se acercó al mural. En la esquina inferior derecha, una inscripción: "Orden de la Raíz Silente. Segunda línea. Los ojos son la puerta."

—¿Segunda línea? —repetí—. ¿Qué significa eso?

Charlotte palideció.

—Significa que la familia Dan... no fue la primera.

Todos guardamos silencio.

—Esto no se trata solo de mi linaje. Se trata del origen de todo. Y si esta pintura dice la verdad... hay una orden más antigua que ha estado ocultando algo por generaciones.

Jayden apareció en la escalera, con una lámpara en mano. Nos miró con una expresión grave.

—He oído hablar de la Orden Silente —dijo con voz baja—. Se dice que fueron los primeros en abrir portales. Que su propósito era contactar con una inteligencia del otro lado del velo... algo que no debía ser visto. Fueron ellos quienes sellaron los primeros contratos de sangre. Y los Dan... fueron solo los primeros en pagar el precio.

Un silencio denso cayó sobre nosotros.

—Entonces —dijo Charlotte, con la mirada clavada en la pintura—, si queremos terminar con esto de verdad... tenemos que encontrar a la Orden. Y descubrir qué fue lo que abrieron. Y por qué no se ha cerrado todavía.

Me sentí helada por dentro.

No estábamos luchando solo contra la oscuridad de un linaje.

Estábamos enfrentando las raíces de algo... que quizás ni siquiera era humano.



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En el texto hay: misterio, asesinos, amor

Editado: 30.06.2025

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