Mundos Opuestos

7.

La rubia sale temprano de casa por pedido de sus jefes para que abra más temprano la tienda y así pueda salir a las 5 de la tarde como les ha pedido a los señores que han aceptado. Esta vez no tomo el desayuno en familia como lo hace todos los días, solo tomo un pedazo de pan y una taza de leche caliente saliendo de casa cubriendo muy bien su cuerpo, el helaje es más fuerte en las mañanas.

Camina por las calles nevadas de Laponia calentando sus manos, hundiéndose un poco con el hielo que está más profundo, recordando las palabras del nórdico de tener una especie de cita con él. Una sonrisa aflora en su rostro que borra de inmediato no creyendo que sonríe por ello.

Es prohibido — Se dice mentalmente.

Corre abrir la puerta cuando ve algunas personas dirigiéndose hacia el lugar arreglando algunas cosas para estar listo al público. Después de un par de minutos sonríe algunos turistas que entran alquilando patines, tablas de snowboard, y esquís para aprovechar la nevada para hacer un poco de deporte extremo en la mañana.

— Buenos días, bienvenidos, ¿Qué gustan llevar?

Una chica de pelo rojizo la mira con ternura anunciando que buscan todos los implementos necesarios de esquí como: gorros, lentes, ropa, los esquís, entre otros utensilios necesarios. La ve junto a la que calcula que es su pareja por el modo cariñoso que le habla. Mientras ellos hacen una clase de juegos, la rubia busca todo lo que necesitan.

— Esto es todo ¿Lo llevarán por todo el día o solo por unas horas?

Ambos se miran sonriendo confirmando que lo piensan llevar por todo el día completo preguntando los horarios de apertura y cierre.

— De lunes a domingo de 8 am a 6 pm.

— Ok. Es un tiempo extendido para los turistas que puedan acceder a alquilar implementos a cualquier hora del día. Es fabuloso.

La rubia hace un boleto de alquiler entregándole a la chica con el valor que deben cancelar y que debe ser en su totalidad antes de marcharse con los aparatos dando una hora de entrega, al no entregarlo en el tiempo estipulado, deben pagar una multa por retrasos.

Aclarado todos los jóvenes salen del lugar dejando a la rubia con nuevos clientes que necesitan de su ayuda.

Toda la mañana ha tenido su mente ocupada entre cliente y cliente que ni le da tiempo de ir por su almuerzo. Se queda sin palabras al ver llegar a su madre al sitio con una sonrisa en su rostro y con unos portacomidas haciéndole señas que se pasa su hora de la comida.

— Madre, ¡Qué sorpresa! — Dice la rubia abrazando a su mamá — ¿Por qué estás tan feliz?

— Tal vez porque hemos sido bendecidas, hija.

La chica mira a su progenitora con cara de: No entiendo nada de lo que dices. La señora sonríe por la cara de interrogación de su hija. No sabe cómo decirle a su pequeña que ese chico guapo que estuvo ayer en su casa, no solo, alegro su mañana, sino que lo hizo con toda la familia. Recuerda la cara de Fredrik y Sari al despertar encontrando la sala llena de juguetes para ella y su hermano.

Se quedó impresionada al ver como los chicos corriendo a sus brazos llamándolo hermano mayor,  notando una mirada de asombro del chico que lo acompaño a su morada, resultando ser el primo del chico.

Por un largo tiempo no tiene que preocuparse que su lacena está vacía y sus pequeños no tengan fruta para llevar a su escuela. Ese chico es una bendición. Al principio no quería recibir todo eso, pero las crudas palabras del chico la hicieron acceder.

 

Sirkka lee una pequeña nota que le ha dejado su rubia explicando que debía entrar más temprano a su trabajo, que los vería en la tarde.

Medita que hará para el desayuno de su esposo y sus pequeños retoños revisando que su lacena está vacía y sin ningún centavo en sus bolsillos. Lo único que le quedaba lo gasto en la comida para el chico el día de ayer.

Una lágrima está por escapar de sus ojos cuando el sonido de la puerta capta su atención limpiando sus mejillas creyendo que es su rubia que tal vez olvido algo notando que es Jarko con otro joven, a diferencia de él, este tiene el pelo corto del mismo color del que su primo, de ojos verdes cristalinos, igual de amable que el chico.

Se queda sin palabras al ver que empiezan a bajar paquetes de su auto adentrándolos a la casa sin explicación.

¿Qué es todo esto, Jarko? No puedo aceptarlo.

Los dos jóvenes detienen sus pasos hablando el nórdico que la mira con una sonrisa, y una mirada fría como la que suele tener a diario.

Solo quiero agradecer por el día de ayer. Me mostraron que es tener una familia real, si no quiere las cosas puede regalarlas o botarlas. No puedo devolverlas y no pienso hacerlo. ¿Usted decide, señora Sirkka?

Esto es mucho, muchacho.

Está por decir algo más cuando ve a su esposo e hijos despiertos. Sari al ver al nórdico sale corriendo a sus brazos confesando lo feliz que está por verlo, al igual que el pequeño que restregar sus ojos para confirmar que no es un sueño.

Se quedan todos sin palabras al ver todos los regalos, y más, cuando los dos jóvenes se sientan abrir los regalos con ellos y jugar por un buen rato llenando la casa de risas y mucha felicidad. Los ojos de los pequeños gemelos tienen un brillo especial. No puede despreciar los alimentos, así que decide preparar un rico desayuno para todos.




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