Mundos Opuestos

9.

Luego de un día divertido donde los cuatro chicos la han pasado excelente, en especial, las chicas que casi compran toda la tienda completa deciden regresar al hotel, están algo cansados por todo lo que vivieron. Jarko solo piensa en que las horas han pasado muy rápido y tal vez no tenga oportunidad de encontrarla en su sitio favorito que él ahora ha hecho suyo. Es un invasor, así se considera. Aún asiste aquel lugar donde conoció a su pequeño ángel, donde puede estar a salvo de su padre, de su prometida y su madre que lo ahora constantemente.

La noche cae en cascada. Espera que las chicas se adentren en sus habitaciones pidiendo a su primo que lo cubra si llegan a preguntar por él. Eikki no le queda de otra que ser cupido en estos momentos. Se siente feliz al ver la sonrisa de su primo e ilusionado con la rubia.

— No creo que las chicas salgan de sus habitaciones, y menos, del día que le has dado, Jarko. Eres otro, amigo.

— Solo he encontrado un poco de felicidad. He conocido que es volver a tener ilusiones, sonreír con sinceridad, que es ver una familia feliz y hacerme parte de ella. Es un sueño del cual no quiero despertar y alguien debe estar esperando por mí. Te veo luego.

— ¿Seguro que te espera?

— Eso quiero suponer, Eikki. En estos momentos, solamente vivo de emociones, primo. No quisiera regresar de nuevo a casa, siento que estoy en ella.

— También lo pienso, Jarko. Ve por esa chica y róbale miles de sonrisas.

— ¿Asumes que soy un ladrón?

— Algo así. — El chico suelta una carcajada — Lleva algo más abrigado por si necesitas darle tu abrigo a la damisela.

Toma una chaqueta verde palo con gorro saliendo de la habitación dejando a su primo viendo un programa de deportes afirmando que es el mejor del mundo. El nórdico suelta una risita al escuchar el grito de su familiar siguiendo sus pasos sin ver que alguien lo pueda seguir.

No teme en estos momentos si su novia Anne lo pueda ver, salir o seguir sus pasos, solamente quiere ver a la rubia. Tiene la esperanza de encontrarla en ese lago que en estos momentos está congelado.

Sigue ese sendero blanco que cada día está más cubierto de nieve, notando que aquel lugar aún está con las luces y decoraciones que puso para la sorpresa de la chica. Mira las pocas estrellas en el cielo suspirando que ha llegado tarde, tal vez, mañana tenga la oportunidad de verla así sea por unos segundos.

Extraña esos momentos que pasa a su lado.

— ¿Se le ofrece un látex, señor? — Dice la rubia mirando al nórdico que se da vuelta con una sonrisa gigante en sus labios — Olvidaba que ya no soy mesera.

La mira con ironía.

— Estaba feliz por esa bebida caliente. Me estaba congelando esperando por mi ángel, pero al verte, se ha pasado el frío en mi cuerpo.

— Los ángeles son hermosos para que me llames como uno de ellos. No tengo alas, su aura angelical, y menos, su pureza.

— Para mí eres uno de ellos. No necesita de alas, pureza o fe, para serlo, Miska. — Dice tomando su rostro — Pocos dejan su vida por su familia, se sacrifican por otros sin importar nada. Te tengo algo.

— Mi familia es mi todo.

El chico deja un beso en su frente como suele hacerlo su madre pidiendo que cierre los ojos y no haga trampa mientras saca del bolsillo de sus vaqueros el regalo para la chica. Espera que le guste. Tal vez Eikki tenga razón cuando menciono que Anne no le gustaría por ser una baratija y se siente mal al traerlo a la rubia. No quiere que se sienta menos.

Se está arrepintiendo de dársela cuando la rubia lo saca de sus pensamientos preguntando su ya puede abrir los ojos. Lo duda, pero al fin accede dándole paso a que ella abra esos ojos azulados que tanto le gustan ver.

Baja su rostro mirando el suelo cuando le entrega el detalle a la chica.

No escucha nada de parte de la chica temiendo que no le guste y tal vez le arroje la pulsera a su rostro. Al alzar su mirada la ve enternecida mirando la manilla tan atenta con una sonrisa en sus labios que todos sus temores se esfuman de inmediato.

— Solo he recibido dos regalos en mi vida de un chico y debo admitir que han sido los mejores del mundo.

— ¿Debo sentir celos de ese chico?

— Es alguien que es de mi pasado y que no he podido olvidar. Al igual que tú, pronto te irás y serás como él, parte de mis memorias vividas. ¿Te han dicho el significado de cada dije?

— ¿Tienen significados? La señora no me ha dicho nada ¿Me ha estafado?

La rubia suelta una carcajada al ver el rostro de Jarko tornándose un poco enojado.

— No deben tener un significado, solamente pregunto. — Dice dejando un beso en la mejilla del muchacho — Tú mismo le das la correspondencia. Veo que trae un oso polar, que puede significar el invierno. Esto es un copo, que es la nieve. Un trineo, la navidad. Un corazón, el amor y este… el destino de dos almas para estar juntos.

— ¿Cómo sabes el significado del último dije?

— Mi padre Aleksi le dio uno igual a mi madre y dijo tales palabras. Es el hombre más romántico que he conocido en mi vida, y me alegra que esté en la vida de mi madre. Admiro su amor y quiero uno igual para mí. ¿Sabías que Laponia es uno de los lugares más románticos, en especial, por la línea del círculo Polar?




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