Mundos Opuestos

17.

La espera se hace eterna para el hombre que espera el rescate de ambos. Arropa a su hijo en sus brazos pidiendo a Dios a quien busca en estos momentos que lo ayude a librar esta batalla y no le arrebate de su vida otro ser amado, no podría soportar otra perdida, no después de la de su amada, Kaarle. Se miente a sí mismo al decirle a su secretaria que la ama, cuando no es así, es tan solo una mentira como él.

Escucha el sonido de su salvación y la de Jarko.

No sabe por cuánto tiempo los llevará el rescate, sin embargo, no le importa el tiempo, únicamente le importa su hijo. Los paramédicos lo revisan antes de subirlo a una camilla de rescate, informando que está algo delicado, pero tiene la oportunidad de librar la batalla.

Jyrki con esas palabras siente que su alma regresa a su cuerpo llamando a su sobrino pidiendo que empaquen todo, que volverán a casa informando que Jarko está malherido. Al llegar al hospital donde harán el traslado, pide que saldrá un momento y volverá para llevarse a su hijo a casa.

No piensa dejar cabos, no está vez.

Piensa matar cualquier esperanza en la chica de que ha recuperado aquel viejo amor que pensó que estaba olvidado por ambos, equivocándose en eso. Puede entender a su hijo, con el pasar de los años y sabiendo que no existe entre ellos la sigue recordando y aún visita aquella tumba fría donde se derrumba cada vez que va, llora como un niño y le pide perdón por no defenderla y que su amor la llevará a la muerte.

Lo hace por el bien de su hijo.

 Los chicos corren a Jyrki cuando lo ven llegar al hotel lleno de sangre en su ropa y manos.

— ¿Qué ha pasado, tío? ¿Dónde está, Jarko? — Pregunta Eikki asustado, sabe de los alcances de su tío — ¿Qué le hiciste?

Una bofetada impacta su rostro por parte de Jyrki, mirándolo frío y furioso por esa insinuación del chico que le hizo algo a su hijo. Por más enojos que le cause Jarko jamás atentaría contra su propio pequeño, es su sangre y su vivo espejo.

— Nunca vuelvas a insinuar que le haría daño a mi propio hijo, mocoso. Ha tenido un accidente cuando discutíamos. Regresaremos a casa. Espero tengan todas sus cosas, suban al auto, pagaré la cuenta.

— Jarko, ¿Está bien? — Dice Anne un poco nerviosa y culpable. Esto ha ocurrido por su intromisión. Por ella sucedió esto — Dígame, señor Mäkinen.

— ¿Acaso eres sorda? Jarko está en un hospital donde es atendido y será trasladado en un avión ambulancia. ¿Algo más que quieras saber?

— No. No, señor. Lo siento.

La chica sigue en silencio viendo como su suegro se ingresa al hotel buscando un baño para cambiarse de ropa y luego acercarse al lobby que está la recepción, cancelando todo el hospedaje de los cuatro chicos, pidiendo un favor muy especial al encargado del lugar dejando una buena propina por su silencio.

— Si alguien pregunta por mi hijo, Jarko Mäkinen, solo deben decir que se ha marchado en la mañana sin dejar algún recado.

— Solamente una chica ha venido una sola vez, aparte de las señoritas presentes.

— Creo que ha entendido muy bien a quien hago referencia, señor. Que tengan una buena noche y agradezco su discreción. Recomendaré muy bien el sitio con mis amigos si se me ayuda con tal favor.

— Así será señor…

— Mi nombre no es importante en estos momentos.

Ambos hombres sonríen.

Jyrki se uno con los chicos que lo esperan en el auto emprendiendo rumbo al hospital donde se encuentra Jarko siendo atendido. Al llegar le entregan unos exámenes al padre del castaño como son: resonancias de la cabeza, ecografías de brazos, pierna y columna, encontrando una grave lección en ese lugar y unos hematomas nada gratos en el cerebro.

No eran las noticias que esperaba Jyrki. Es algo preocupante la situación de su hijo menor. Pide el traslado cancelando todo lo que piden, no avisando a nadie de su familia. Por su parte, Anne le avisa a sus padres, al igual, que lo hace Eikki, informando a su padre imaginando que su tío no lo hará.

Los chicos viajan en un vuelo privado de regreso a casa, al contrario, de Jyrki, que viaja con Jarko en el avión ambulancia, donde le prestan la mayor atención al castaño que no ha reaccionado preocupando más a su padre.

Durante todo el camino no se quitaba las manos de su rostro y cabello, culpándose mentalmente por lo ocurrido con su hijo, recordando lo que su padre le menciono en el pasado cuando se enteró de la relación de amistad de Jarko con la chica.

Jyrki se encuentra en una reunión con unos socios muy importantes cerrando un trato que le traerá buenos beneficios a su empresa, subiendo las ganancias y prestigio de la suya a nivel nacional e internacional cuando es interrumpido por su padre.

Necesito hablar contigo ahora mismo, Jyrki — Afirma el hombre enfurecido con sus manos empuñadas. — Ahora.

Estoy en una reunión, padre.

Creo que los señores no les molestará esperar por cinco minutos, Jyrki. Vienes y hablas conmigo o tus socios escucharán lo que tengo que mencionar — Amenaza el hombre dispuesto hablar delante de ellos — Dime, hijo.

Revisaremos de nuevo el contrato mientras esperamos, Jyrki. Atiende a su señor, padre.




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