Mundos Opuestos

20.

Un guerrero siempre batalla miles de guerras para luego obtener la recompensa tan anhelada. Miska ha decidido pelear su batalla, ya sea que resulte vencedora o pierda en ello, pero sabe que al menos hizo algo por los dos y no se acobardó por los acontecimientos.

Estar trabajando en la casa de Jarko es como meterse a la cueva de un lobo arriesgando su vida. Ese hombre acabó con su vida cuando tan solo era una niña, llevo a su hijo al bordo de un precipicio donde casi le cuesta la vida y sabe que no se detendrá cuando se entere de que ella está de regreso en la existencia de Jarko.

Revisa la noticia de hace meses del accidente del risco donde se habló poco por mandato del padre del joven. Ese accidente que les costó la felicidad. Recuerda las clases de vida que su padre Aleksi le enseñaba cuando era  nada más una niña.

Camina por un sendero hermoso junto a Aleksi recorriendo algunas mariposas que han regresado luego de un largo invierno refloreciendo las flores, los árboles vuelven a mostrar sus hojas verdes y amarillas recuperando aquel color colorido que fue cubierto por el blanco de la nieve.

Sonríe al ver aquel hombre junto a su lado, enseñándole muchas cosas, en especial, lecciones como él las llama.

Debes aprender muchas lecciones Miska para cuando seas una adulta sepas como resolver un problema, hija.

Son necesarias — Pregunta con inocencia mirando fijo a los ojos al hombre — Me juras que no son aburridas como las de la escuela.

No son aburridas, pero sí muy prácticas para ti, Miska. — Dice acariciando la punta de su nariz con suavidad — En la vida debes afrontar muchos retos de los cuales puedes salir victoriosa o no. Debes saber qué valor darle a cada una de tus batallas, unas serán más fuerte que otras.

¿Debo pelear con armas?

Aleksi suelta una carcajada por la inocencia de la pequeña.

No, Miska, no con armas.

Le va explicando a su hija cada una de las lecciones que debe aprender para saber protegerse de las guerras que deba enfrentar en el camino.

 

Una lección a poner en práctica es sobrellevar la situación de Jarko sin presionarlo, al contrario, ser paciente sin ser blanca con él. No piensa permitir sus cambios de humor como si de una persona bipolar se tratase. No piensa tolerar que siga hundido en un mundo oscuro cuando el de afuera tiene mucho que ofrecerle.

Revisa su vestimenta tomando una acorde para la ocasión, no quiere darle ninguna molestia a la madre de Jarko, y menos, que la despida por un motivo tan tonto. Opta por llevar una falda tubo gris combinada con una camiseta blanca manga larga, unos tocones de aguja y un bléiser rojo llevando su cabello recogido en una coleta. No maquilla su rostro, le gusta verse muy al natural. No es de estereotipos y no quiere hacerle creer a su jefa que quiere conquistar a su hijo o la tome como una cazafortunas.

Lista toma un desayuno algo ligero saliendo de su casa a tomar un taxi directo a su trabajo.

Al llegar a la mansión toma precauciones de encontrarse con el hombre de sus pesadillas y le ocasioné un lío grande, es lo menos que busca Miska. Con ese dinero que va a recibir como paga puede trasladarse a un lugar mejor y enviarle una ayuda monetaria a su familia.

Al ver que no corre peligro de ser descubierta se adentra saludando amablemente a las personas del servicio esperando a la señora Aleksandra para ser llevada al cuarto de su hijo, ese es el trato que ha hecho con ella.

— Buenos días, Señora Virtanen. — Saluda la rubia con una sonrisa — ¿Cómo amaneció, Jarko?

— Buenos días — Contesta cortante — El Joven Mäkinen, amaneció igual que todos los días.

— Lo siento. ¿Tiene algo de lo que le pedí para las terapias de su hijo?

— Sí. Sí, he conseguido todo. El señor Terren te entregará todo en su debido momento. Si necesita algo más, se lo pide a él. Espero funcione todo eso y mi hijo tenga una cambio, no olvide que está en prueba.

— No lo he olvidado, señora Virtanen.

Sigue sus pasos a la habitación de Jarko que mira distraído por la ventana sin percatarse de ellas. Su madre lo saluda con un tierno beso mirándola con mala cara por tal gesto. Le ha molestado que quiera mostrarse una mamá calurosa y cariñosa.

Odia que finjan algo que no sienten y solamente vivan de apariencias para la sociedad y para Miska, una nueva empleada. Algo que ha aprendido con su situación actual es a reconocer quienes realmente lo quieren de verdad.

Algunos recuerdos vagan por la cabeza del nórdico recordando el rostro de Anne, su ex prometida.

Después de un largo tiempo en la clínica donde ha permanecido internado el castaño, sus padres con la aprobación de su médico lo trasladan a la casa donde familiares, su prometida Anne y sus padres lo esperan con ahínco.

Ninguno ha mencionado su condición. Será una sorpresa para todos cuando lo vean, en especial, su prometida, quien ha adelantado todos los preparativos de la boda. No quiere esperar más tiempo, no cuando estuvo a punto de perderlo en sus vacaciones.




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