Mundos Paralelos

«Capitulo 27»

Detuvo el bocado centímetros antes llegar a tu boca. - No irás.

- No te necesito tu permiso, iré quieras o no.

Jacob abrió bla boca para protestar pero Beatríz lo interrumpió.

- Deberías dejarla no es gran cosa, quiere estar con tus amigos que malo podría pasarle.

Jacob resopló.
– Grácias -musité, no sabía con que fin lo hacía pero eso me convenía.

— Esta bien -repsondío con desdén. – Pero iré contigo.

– ¡No! te necesito aquí -salto beatriz. jacob no respondió a si madre.

– Estaré bien -dije pasando mi mano por su espalda.

Me levanté llevé la bandeja con la comida igual como la había tomado, al cesto.

— Iré al río -avise

— Iré contigo -Jacob se puso en pie de un brinco.

Beatríz lo fulminó con la mirada y mantuvo la vista en mi, yo, le dedique una mirada de insuficiencia.

Permití  que durante el camino al río Jacob me tomará de la mano, me sentía como una adolescente normal no como alguien que estaba entre una batalla por la vida.
Entre risas, bromas y palabras bonitas casi olvido la realidad.

– ¿Donde estuviste todo este tiempo? -soltó muestras entrelazaba nuestros dedos. Me frené en seco me volví hacia él, quede a escasos centímetros de su rostro.

– Siento llegar tarde -susuré.

– Para ti, jamás sería tarde -sus ojos grises se entonaron mostrándome una mirada severa pero dulce.

Me incline más a él e hice lo que en algún momento no me permití.
Junte nuestros labios tan fuerte, mis acciones lo tomaron desprevenido pero en segundo me siguió el ritmo, soltó mi mano y la puso en la curva de mi espalda para atraerme más hacia él.
Hizo más profundo el beso cuando su lengua se abrió paso tanteando la mía y aferrándose a mi cintura mis manos se paseaban desde su espalda, su nuca hasta tu cabello dónde enrredaba mis dedos  dándole a entender que no quería que me soltaste. En medio del beso sonrió y logré sentir su felicidad.

– Guau, que fue eso -dijo entre jadeos y su cabello desordenado.

– Solo un beso -evité sonrojarme aunque creo que ya lo estaba lo suficientemente.

Volvió a entrelazar nuestros dedos con esa dulzura que lo caracterizaba y me dedico esa sonrisa que me encantaba y solo podía ofrecerme.


Para cuándo llegamos al río ya había oscurecido un poco. No quería aceptar que mi actitud hacia Jacob solo era por la culpa, o quizá era porque en las últimas horas que había pasado con Jacob fue tiempo suficiente para tener claro que iba hacer. Quería dedicarle unos minutos de felicidad antes de desparecer y enfrentar a su madre. Causarle un dolor enorme no era lo mío, y también sería el fin de nuestra relación que jamás había comenzado, tal vez era lo que necesitaba él para alejarse de mí.


Nos sentamos junto a una piedra gigantesca que se encontraba bastante lejos del lugar por donde habíamos llegado
— ¿Porque vinimos hasta aquí? -me miro casi suplicando aquella respuesta.

-Tome su mano sin notar que la mía sudaba, quizás por nervios de dejar que mis sentimientos hacia él por fin estuvieran a flor se piel (solo por una noche) – Quiero agradeceré por primera vez todo lo que has hecho por mi desde que me encontraste hasta ahora y lo que aún no recuerdo -mentí-

— Parece que..

— No he terminado -le interrumpí- Lamento causarte problemas, rabiarme contigo despreciar tu ayuda ser un asco contigo. -sonrió con lo último que dije- Te quiero -dije al final-

Me moví y me acomodé en su regazo.
Sentí como todo su cuerpo se puso tenso, estaba claro que que no esperaba nada de aquello que hice y dije. Sus ojos dejaron de parpadear por la postura en que habíamos tomado.

— Y yo te Quiero a ti.

— ¿Solo eso dirás? -me sentí decepcionada con su respuesta aunque feliz porque le había deja terminar la frase-

— Solo eso he quería decirte desde la primera vez que te volví a ver -una oleada de felicidad me invadió y una sonrisa se dibujó en mi rostro-

— ¿Ahora lo entiendes?

— ¿Que quieres decir?

— Entiendes cuan grande es lo que siento por ti, que durante esos años que desapareciste aún te amaba y pedía que encontras a alguien mejor que yo si estabas vivas.. pero muy en el fondo quería ser egoísta y buscarte para que quedarás conmigo Y... -en ese instante solo deseaba que cerrará la boca, lo que decía hacía más difícil para mí aceptar de disicion que había tomado-

Lo bese haciendo interrumpir su gran discurso de amor y me aliviaba no tener que seguir escuchandolo pero a la vez no podía desaserme de la culpa,  cuando mis labios tocaban los suyos era como si todo pasará a segundo plano.
Se aferraba a mi cintura tanto como yo lo hacía de su nuca. Separó nuestros solo lo necesario para hablar.

– Por favor, Riley, no te vayas nunca quédate conmigo para siempre.

Sentí que las lágrimas me quemaban los ojos y se deslizaba por mis mejillas. Cómo le explicabas a alguien que ha luchado por estar contigo que la misma noche en que aceptas su amor despareceras de su vida. Al final solo no puede contestarle se quedó mirandome fijamente es sus ojos se reflejaba la suplica.

Lo volví a besar con más intensidad.



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En el texto hay: intriga, romance, accion

Editado: 21.04.2020

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