Quedé suspendida en el aire me sentía viva, fuerte y con una valentía que recorría cada partícula de mi cuerpo
— Beatriz no perdió el tiempo para atacar mantuvo la guardía y me propino un puñetazo extendiendo el codo rápidamente de forma paralela al suelo. le respondí con la misma agilidad con un golpe directo, lleve mi codo hacía atrás y antes que lo viera venir transferí mi peso a una pierna para conseguir mayor potencia en el golpe, me distancié de ella aprovechando su aturdimiento. Me mantuve en guardia, nuevamente se abalanzó a toda prisa hacía mi la esquivé dando una voltereta y dondole un golpe en la nuca, cuando me disponía a darle otro apretó mi antebrazo me atrajo hacía sí, haciendo una llave dejando ambos brazos inmovilizados en mi espalda.
– Sigues siendo estúpida y muy ingenua -susuró con su voz ronca-
Era evidente que si. Seguía siendo mucho más fuerte que yo, los conjuros realizados por un mago no eran muy fáciles de anular y mucho menos enfrentarse a él.
– Y tú muy mal como para elaborar un plan que funcione -me reí irónicamente. Mientras as forcejeaba para que me soltase, un par de palabras tocaron mi lengua y se adherieron a mi mente. «Solbvie, at auferat»
La repetí un para de veces aquellas palabras, una vez segura de lo que iba a hacer pise su pie con fuerza la su vez que golpeé su rostro con la parte trasera de mi cabeza lo que hizo que se decestabilizara y aflojara su agarré lo suficiente para sacar un brazo.
— Solvie, at auferat. -lo dije una vez más, en esta ocasión mi voz sonó más alto u con firmeza, en una de mis manos creció una pequeña burbuja roja, bastante liviana, mi mano suelta llegó a tocar una parte de su cuerpo, y tiempo de reaccionar el campo de fuerza la estrelló con el mismo suelo piedroso, me tambalee un poco debía a la fuerza.
Sorprendentemente fue tal ágil para recomponerse en cuestión de segundos que el miedo se apoderaba de mi; sin tocarla ví como su cuerpo se tenso y un hoyo en su estómago se abrió, era asqueroso eso viscosidad con la que arranca una parte sí y un arma letal celia aquel trozo, aquello era más grande que yo punto uno y color carmensi.
imitando sage plis el mismo comí brass pero es que en usuario de mismas parque anteriormente avión vocales su lugar cree dos dagas idénticas, empuñadura era de color plata muy brillante, sus tallados eran unos florales negros en el pomo habia una gema de color negra en cada daga.
Atacaba tan ágilmente que me costaba esquivar todos sus movimientos izquierda, derecha nuevamente izquierda patadas bajas, corte en mi hombro, mejilla y ya debía de tener la nariz rota le habia hecho un par de cortes en su rostro y en su torso pero increíblemente lograba curarse a de mi, que ya estaba toda masgullada. Le hechicera demoniaca era difícil que saliera de mi cuerpo y lo que recorría en sus venas era presisamente eso. La sensación de valentía que mates llenaba todo mi cuerpo me empezaba a abandonar; una patada que me llevó directo a un arbusto dándome justo en el rostro, me volví para mirar el cielo y rodé por el suelo para esquivar otro de sus golpes, me levanté del suelo rápidamente y me propone un puñetazo en la mandíbula, aún tenía una daga en mi mano la otra probablemente había volado cuando dí con el arbusto; cogí tu cabeza y le di un rodillazo aprovechando la daga en mi mano la incrusté en el centro de su estómago una y otra vez hasta que la presión de su mano agarrando mi muñeca me detuvo haciendo que soltará la daga, pero está antes que cayera al suelo se desavanecío. Tenía que terminar con eso antes de que ella terminara conmigo, ya estaba agotada y estaba segura que no aguantaría ni un raund más; mis pupilas dilatadas y sus ojos inyectados de sangre, se encontraron, para mis adentro agradecía que no hubiera convertido en esa cosa viscosa seguro así, habría terminado muerta hace siglos.
Ninguna de las dos quería artícular el primer movimiento, también lo agradecía ya que así podía abastecer un poco mis pulmones de el aire que hace rato ya me empezaba a faltar.