Muñeca de cristal

Capítulo 3

2018

Pasado...

Estábamos reunidos en la sala principal, esperando que el doctor terminará de checar a mi padre, Layna tenía su cabeza apoyada en mi regazo, mientras que yo solo acariciaba su melena castaña.

-Madre, ¿cuánto falta para que nos digan que sucede? –pregunta Layna impaciente.

Desde que despertamos hemos visto como mi madre a andado como agobiada, mientras que mi padre se ha mantenido serio y distante. Aunque es algo común de ellos andar en su mundo, pero no al punto de reunirnos en la sala principal, lo único que compartíamos eran las comidas y cuando mi padre hablaba delante del pueblo. Para el pueblo era importante los aconsejaba y guiaba los pasos del reino, pero tratándose de su familia no podría decir lo mismo.

-Ahorita que venga el doctor y su padre se les dirá-exclamo la reina. Se notaba que momentos atrás había llorado, cuan grave era para hacer que una mujer de corazón de hielo se derritiera. 

- ¿Sabes qué es? –pregunta en un susurro, tratando de que solo oiga.

-No pequeña-contesto sincera. Levanto mi mirada para buscar a Steven. Lo encuentro a un lado de la chimenea, mirando cada objeto, como si aquello fuera la primera vez que los ve, aunque el haya sido la primera persona en verlos el estará asombrado de cada pieza. 

Vemos como sale el Dr. Ferrer junto con mi padre, el cual pareciera solo ser un receptor de lo que viene diciéndole el doctor, el cual es imposible oír por la diferencia de distancia que hay. 

Mi padre es aquel señor que al llegar hace notar su presencia, aquella que no paras de mirar, su cabello rubio-aunque con canas-, su mirada penetrante, su forma de ordenar, él sabe llevar la corona, sabe llevar perfectamente el reino, pero no puede llevar una familia. 

Era raro verlo así, destruido.

Sonrió de manera insegura mirando a Layna, intenta controlar los nervios que me comen por dentro, trato de dar la paz la cual ni yo tengo.

Al momento de que ellos llegan el doctor hace una reverencia, la cual mi hermana y yo sonreímos de forma de agradecimiento. Mientras que mi madre abraza a mi padre. 

Ella nunca nos ha abrazado así.

-Ya tenemos los resultados de todos los exámenes. El rey ya está al tanto de todo-aviso. –Lamentablemente tiene Alzheimer. Apenas va en la etapa uno…

No pudo continuar por el llanto de mi madre, se derrumbó, mi hermana rápidamente fue a abrazarla, yo solo me quede sentada viéndolos. Mi padre solo mira fijamente el reloj, no hace nada para ayudar a su esposa a que se sienta mejor, solo se queda con su mirada fija.

- ¿Qué podemos hacer para ayudarlo? –pregunta mi madre con la voz temblándole. Las lágrimas no paran de salir de sus ojos esmeralda, ¿dónde quedo aquella reina fría?

-Una vez que aparecen los síntomas, aumentan en intensidad a medida que una persona con la enfermedad de Alzheimer va desde la primera hasta las etapas finales de la enfermedad.

La persona con más poder, lo vencerá una enfermedad, la cual ni con todo el poder que tiene hará que se valla.

-Las cuales son...

Al oír la voz de Layna, hace que reaccione. 

Comenzó a explicar cada etapa, entre cada etapa era más grave, pero la más temida era la tercera, el ya no sabría ni de su vida, ¿dónde quedo el control que orgullosamente le enseñabas a todos?

De un momento a otro puedes perder lo más valioso, para el seria el poder.

[...]

- ¿Sabes lo que conlleva eso? –pregunta Steven. Su mirada parecía perdida luego de la noticia. 

-Que todos los planes serán lo más rápido posible. Mi dolor no se basa en lo que sucedió, se basa en que sucederá luego de ello-suspiro-, mi padre querrá apurar el matrimonio, para no dejar al reino solo, cuando su enfermedad por lo menos este en la etapa dos, yo estaré perdida y con ella mi felicidad.

-Vas a ser una excelente reina.

-No-exclame. - Seré un excelente adorno para mi esposo. 

-No eres un objeto.

-Lo seré, para ellos lo seré. Solo seré la mujer que le dé a los herederos del trono, nada más.

-Vales más que eso, tú no eres un objeto, eres alguien que...

Lo interrumpí-La cual nunca será feliz. Solo será una pieza más del destino. El destino nunca tendrá algo lindo para mí.

Salí de mi habitación, dejándolo en la soledad que embarga aquellas cuatro paredes. 

Mire aquella pintura, una mujer con una sonrisa en su rostro, mientras que su mirada muestra la desgracia. Algo que en mi día a día sucedía, ante todos sonreía, mientras que en mi mirada demostraba lo rota que estaba.

Aquellas palabras inundaron mi mente.

-No eres nadie. Nunca serás nadie sin un hombre-grito el hombre capaz de romperme.

 



#7019 en Joven Adulto
#30898 en Novela romántica
#5114 en Chick lit

En el texto hay: esperanza, reina, amor prohido

Editado: 15.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.