Muñeca de Porcelana

Prólogo.

“Hay un número incontable de personas que sienten genuina indignación porqué tú sufres a causa de los prejuicios hipócritas de un mundo roto y vacío de esperanzas” —. Autor Desconocido.

 

            La vida es un regalo, un tesoro proporcionado por aquel que todos han de creer, porque él ha puesto en nuestras mortales manos la posibilidad para orientarla y organizarla así pudiendo disfrutarla con una máxima responsabilidad, debido a que aquí sí que no hay segundas oportunidades. Porqué planearla nos ha de permitir la oportunidad de ubicar en forma clara y en un contexto real, cada una de nuestras conductas las cuales se proyectan hacia aquel futuro incierto que él mismo nos ha creado.        

            Me he preguntado muchas veces si alguien ha sido capaz de contar las estrellas, y yo misma he llegado a la deducción de que no lo han hecho, porque en ese momento exacto en que miras al cielo negruzco con toques azulados y morados oscuros, has de marearte por tanto brillo que éste ha de poseer. Porque cada una de estas constelaciones que viajan a más de mil millones de kilómetros por horas han sido derrumbadas por los prejuicios, maldades y egoísmos de las personas. Y a pesar de que estás totalmente consciente de que no eres el culpable de ello, hay un gran peso sobre tus hombros por no haber sido lo suficientemente valiente para poder salvarlas.

            Sufres, lloras intensa e escalofriantemente mientras destruyes tus nudillos por los fuertes golpes que has de propinarle al concreto rústico. Hasta que finalmente, observas nuevamente el cielo, con tus ojos llenos de esperanzas y añoranzas, los cuales se posan sobre una brillante estrella, haciéndote entender que tú martirio está allí por algo, porqué las cosas suceden por una razón total y rotundamente lógica.

 

“El ser joven es una aventura, un reto, una oportunidad; es una puerta abierta hacia el futuro y la vida adulta. Es decidir lo que somos y seremos, es recibir la milagrosa oportunidad de determinar lo bueno y lo malo. Es aventarte para trazar la meta; arriesgándote al éxito y al fracaso” —. M.L. Rivero.




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