Muñeca de Porcelana

Extra 4. Dejándolo fluir.

 “El perdón es un regalo silencioso que dejas en el umbral de la puerta de aquellos que te han hecho daño”—. Robert Enright.

 

En estos días me he levantado con unos insulsos y volátiles sentimientos nadando en mi interior. Han estado atormentándome desde un tiempo indefinido. Pero están ahí, reflejados como una bola inexacta que obstruye el paso de mi respiración y me hace sentir constantemente cansada y desanimada.

Esta exorbitante gana de disculparme y perdonar está en mi interior como un fuego ardiente que quema todo dentro de mí, y me hace tirarme en demasiadas ocasiones. Pero, luego de resistirme a esa necesidad, debido a que no soy demasiado buena para la segunda opción, siento que debo hacerlo para así poder avanzar sin sentir que estoy perdiendo demasiado.

Así que, voy a iniciar con las disculpas, quiero pedir perdón a aquellas personas que fueron víctimas de mis cambios humorísticos drásticos, con quienes mi sinceridad cruel y dura hirió. Con aquellos que se sintieron ofendidos por mi personalidad dispareja e independiente. Lamento sinceramente haberles gritado a mis seres queridos por cosas que son ridículas, y por fingir que nada me importa cuando todo me tira al suelo de forma inexplicable. Pero, honestamente, no soy nada buena para explicar cómo me siento, me cuesta de formas inefables decir lo que pasa por mi etérea cabeza, por todos los problemas que han abordado a los que me importan, y los he visto llorar como si el día fuera a acabarse, y yo he estado ahí, haciéndome la desentendida y pretendiendo que no me afecta. Lo siento.

No voy a prometer que seré diferente, porque eso sería mentir, y en una disculpa no debe de haber omisiones voluntarias. Aún sigo trabajando duramente en eso de ser una mejor versión de mí misma, pero debo de decir que voy tratar con más decisión de no repetir las cosas que nombre anteriormente. Será una labor bastante intensa, debido a que aquello es algo que se ha vuelto parte de mí, de mi cúpula de sobreprotección auto infligido. No obstante, voy a esforzarme para conseguirlo.

Acerca de perdonar, es algo un poco más complicado para mí, pero vamos a hacerlo. Porque, como dicen por ahí, intentar no cuesta nada.

Perdono a cada ser que alguna vez me utilizó para su bien propio, a quien me mintió, humilló y me hizo sentir menos. A aquellos que me tiraron al suelo e hicieron un festín con mi bienestar físico y mental. A todo aquel que me prometió cosas que jamás cumplió, y sobre todo, los que me sonrieron con dobles intenciones de fondo. Y por último, pero no menos importante, los que me apuñalaron por la espalda cuando mi más intensa confianza y real personalidad les mostré y brinde.

Admito que me enseñaron a ser más fuerte y dura; física y mentalmente. Mis letras se vuelven más pulcras y reales, con más sentimentalismo impregnado. Así que, les doy las gracias y los perdono por cada mierda que cometieron hacia mí.

El pasado en el pasado, por más doloroso que sea.

O eso dicen.

Pero yo ya me cansé de la ira retenida hacia ustedes, y todos los sentimientos negativos que evitan que me eleve y brille con mi máximo esplendor.  Así más de uno salga ofendido por esto, sinceramente, es algo que ya yo dejé en el pasado, ya es cosa de ustedes como lo tomen…




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