Estamos camino a la casa de Jeff todo lo que hicimos fue perder el tiempo no fuimos capaces de encontrar a Betty por ningún lado ella desapareció y tanto Jeff como yo teníamos la esperanza que el abuelo nos ayudara con esto, sin embargo, la respuesta del abuelo resulto ser peor de lo imaginado y doloroso al mismo tiempo.
Él no tenía manera de localizarla, pero lo que, si era de su alcance, era la respuesta a mi repentina desaparición de poder, entramos a la sala donde estaba una estatua de buda y un tapete dorado frente de el
- “por favor marta acuéstate aquí y relájate, no te pongas tensa y abre la mente.”
Me acosté sobre el trapo y respire el saco incienso y baritas prendió velas y empezó a rezar de un momento a otro mis ojos se cerraron y sentí como si mi cuerpo flotase, hay estaba un espacio negro no había nada más que yo y esa inmensa oscuridad escuche risas y corrí hacia ellas y entre más me acercaba la risa se volvía llanto.
-ayúdame-escuché la voz de Betty y sentí un desgarro en mi pecho el aire me faltaba, me dolían las piernas, mi estómago crujía y en mi garganta estaba en un nudo echo con hilo de cobre.
El abuelo me despertó y estaba con las lágrimas por las mejillas el me abrazo y me pidió perdón, que no podía hacer nada por mí y ese fue el puto abrazo más cálido de mi vida, sentí por primera vez el amor y preocupación genuina de alguien y no pude contenerme cuando de su voz salió la palabra hija, llore como si ese nudo fuese roto con una tijera de papel.
Sin embargo y más que ese momento fuera tan conmovedor tenía la idea de donde podría estar Betty. Corrí al auto con Jeff para dirigirnos al bosque cerca del cementerio Jeff me pregunto ¿Por qué? Pero no tenía respuesta sentía como algo me llamaba a ese lugar, sentía como si algo de mi estuviera en ese lugar.
Bajamos dejando el auto en la puerta del cementerio y caminamos entre tumbas buscándola,
- “¡Betty, Betty! ¿Dónde estás?”
Y una tormenta cayo, agua llenada ciertos puntos del cementerio y en otros hacia crecer el lodo, y algo no me permitía avanzar. Jeff miro hacia arriba y aun que las nubes tapaban la mayor parte del cielo aún se podía ver entre ojo como la luna era de color rojo y seguidamente el hizo nuevamente esos movimientos raros volteando a verme y su rostro quedo pálido, me sujeto de la mano y corrimos entre maleza y nos agachamos detrás de una tumba, el seguía viendo detrás de sus manos.
Yo me sentía completamente inútil de depender de alguien tras estas situaciones, cerré mis ojos con fuerza con coraje y los pasos se escuchaban a lo lejos Jeff no podía ser él estaba agachado y a mi lado y éramos nosotros dos en media noche en el cementerio.
- “Jeff creo que escu…”
El coloco su mano en mis labios mientras hacia un gesto de silencio.
Tenía la idea que si yo me vendaba los ojos podría mínimo escuchas a esas entidades, dicho eso cerré mis ojos y me levante camine con los ojos cerrados y podía imaginar la cara de desconcertado que Jeff ponía viendo como desobedecía sus palabras, con mis pies toque una rapa y lo agarre empecé a golpear la rama con un árbol y gritar.
- “¡tú, maltado monstro donde carajo andas ¡van aparece.”
De un momento a otro sentí como unas garras me sujetaban el cuello y una vos gruesa se reía de mí, y con poca fuerza clave mi rama entre su cuerpo-dios te perdoné, hija de puta- y la identidad me soltó y un grito de sufrimiento resonó para después escuchas como Jeff hacia algún tipo de movimiento y sentí como la identidad se desvanecía.
-marta estás loca, casi te pudieron haber matado, y recuperaste tu poder”
- “no lo hice, esta maldición es solo mía alguien se va a llevado, pero no por completo siempre que no tenga los ojos abierto poder escucharlos.”
Después de terminar esa oración algo recorrió mi mejilla era caliente y olía a hierro, Jeff me sujeto de los hombros y dijo-no abras los ojos-evidentemente algo andaba mal, y era que mis ojos estaban sangrando por alguna razón mis ojos sangraban. Jeff coloco un poco de tela sobre ellos y lo sujeto en mi cabeza-esto será suficiente hasta que lleguemos al hospital-dijo de manera muy serie, pero ¿irnos cuando estamos tan cerca de Betty?
- “no podemos irnos además que vamos a hacer llegar y decir ¿hola doctor pelee contra un posible demonio que me elevo al cielo me ahorco y de manera mágica sangran mis ojos? Tú quieres que nos internen.”
- “entonces ¿Qué quieres hacer? ¿Caminar a media noche con los ojos vendados donde sea y perdernos por un posibles “creo que es donde está”? ¿eso quieres?”
- “si, tal vez eso quiero, pero si tienes miedo con justo puedes irte a chingar a tu suerte y dejarme aquí si no eres lo suficientemente hombre.”
- “si por mi fuera ya te hubiera dejado desde el momento que mataron a tus padres, pero oh sorpresa, tu malditamente me gustas y quiero ayudarte, perdón por eso niña maldita.”
- ¿yo te qué?
“- ¡TU ME GUSTAS MARTA, ME GUSTAS DESDE SECUNDARIA! Yo me enamore de ti cuando estabas sentada en tu salón hablando sola como una loca, dime ¿por qué me enamore de ti de la manera más rara posible? Y entre más te conocía más me has estado gustando.”
Sus palabras me dejaron halada ¿yo gustarle a alguien? Eso sería posible, esto sería romántico en cualquier otra circunstancia, pero estamos amenazados a muerte y en busca de nuestra amiga. Y yo con los ojos vendados y bañados en sangre.
Aun así, seme hiso romántico y contra todo mal me acerqué a él y pude sentir sus labios junto los míos chocar de manera apasionada nuestros cuerpos estaban cerca y sentí su corazón acelerarse.
Ambos nos separamos después del beso y algo grito entre las sombras era ella, sujete de la mano a Jeff y camine en dirección a la voz, no había nada, veía nada solo un gran fondo oscuro y la voz de alguien, por alguna razón sentí una especie de deja vu, pero lo ignore y seguí adelante. El ruido del agua era contante y la corriente de ella chocaba contra las rocas estaba tan cerca al que intente quitarme la venda y Jeff me lo impidió dijo que hasta no estar seguros no me retire la tela. El me guio hacia la puerta y caminamos con lo que sentí era una casa en cada pasa resonaban murmuro, sentí el lugar algo familiar uno al cual ya avía estado muchas veces tanto que sabía dónde estaban las escaleras para subir al ático, eso me asusto, la idea de saber dónde estaba y que pasaría, deseaba quitarme la venta y ver que solo eran coincidencias y era un lugar diferente.