La pantalla del televisor proyectaba la imagen de Marta, una joven de cabello castaño y ojos verdes, ahora sin vida. La noticia se extendía como la pólvora, la muerte de Marta en el cementerio, la casa en ruinas consumida por las llamas, el misterio que la rodeaba.
En la sala, una mujer de mediana edad, con el rostro marcado por el paso del tiempo, observaba la pantalla con una mezcla de tristeza y confusión. A su lado, una joven de 18 años, con la mirada llena de inquietud, la observaba con atención.
- "¿Mamá, eso que dicen es verdad?" - la voz de la joven temblaba ligeramente.
- "No lo es, mi amor. En este mundo existen muchas cosas." - la mujer respondió con un tono suave, tratando de tranquilizar a su hija.
- "Pero tú dijiste que ellos eran tus amigos de la universidad." - la joven insistió, con la voz llena de incredulidad.
- "Solo conviví con ellos un par de veces, después de que ellos se graduaron los dejé de ver. Aunque participé en el caso de Marta, no podría creer que todo eso sea cierto, pero la palabra final son la del noticiero, aunque puede que no sea del todo cierto." - la mujer respondió, con una mirada llena de melancolía.
- "¿Mamá, tú qué crees que pasó después de eso?" - la joven preguntó, con la curiosidad reflejada en sus ojos.
- "Bien, la familia de Marta le hicieron un funeral muy pequeño a ella junto al de su abuela y el de Jeff. El cuerpo de Beatriz se pudrió por decirlo así, dicen que ella consumía sustancias ilícitas, otras dicen que trabajaba con magia, pero al final, a los minutos de su fallecimiento, su cuerpo apestaba muy feo. Las moscas cubrían todas sus partes, y su apariencia se veía como una abuelita de 50 años y solo tenía 29. Aun así, nadie reclamó su cuerpo y fue quemado. Lo único que pude rescatar de ellos fue una pequeña libreta de color azul con dibujos, y una de un color celeste que era una especie de diario de los tres." - la mujer respondió, con un tono de voz melancólico.
- "Mamá, eres una pésima policía, eso es evidencia para los que investigan. ¡Mala mamá!" - la joven exclamó, con un toque de humor.
- "Perdón, hija, pero sus historias eran alucinantes y un poco irreales. Dudo que les sea útil a ellos. Los detectives solo creen en lo que pueden comprobar, ver o sentir, pero las historias de ellos no creo que les haga coherencia." - la mujer respondió, con un tono de resignación.
- "Mami, ¿me podrías decir qué pasó?" - la joven insistió, con la mirada llena de curiosidad.
- "No creo que sea apropiado..." - la mujer respondió, con un tono vacilante.
- "¡Mami, por favor!" - la joven suplicó, con la voz llena de insistencia.
- "Está bien. Yo los conocí cuando estaba de intercambio en segundo año. Ellos dos, Betty y Jeff, siempre peleaban por la atención de Marta. Hasta llegué a pensar que ella se quedaría con Betty, pero bueno, ellos siempre..." - la mujer comenzó a narrar la historia, con la voz llena de nostalgia.
La mujer, una detective experimentada, se había visto envuelta en un caso que desafiaba su lógica y su percepción de la realidad. Las historias de Marta, Betty y Jeff, con sus extraños rituales, sus visiones y sus muertes inexplicables, la habían dejado marcada. Ahora, con la muerte de Marta, la historia se volvía aún más oscura y compleja.
La joven escuchó con atención la historia de su madre, tratando de comprender la complejidad del caso. Sabía que su madre era una mujer inteligente y capaz, pero las historias de Marta y sus amigos la habían dejado con más preguntas que respuestas.
La muerte de Marta era solo el último capítulo de una historia que parecía no tener fin. Una historia que se extendía como una sombra oscura sobre sus vidas, una historia que les recordaba que el mundo estaba lleno de misterios que nunca podrían comprender.
Y mientras la mujer continuaba con su relato, la joven no podía evitar preguntarse: ¿qué pasaría después? ¿Habría más muertes? ¿Habría más misterios? ¿O la historia de Marta finalmente llegaría a su fin?
Las preguntas se acumulaban en su mente, como un torbellino de dudas e incertidumbres. Pero una cosa era segura: la historia de Marta, la historia de la bruja del cementerio, la historia de los niños muertos, jamás sería olvidada.