Batman Family
Muñeca Maldita
Por
WingzemonX
Capítulo 03.
Trato
Domingo, 10 de noviembre del 2013
- ¿Instinto? ¿Enserio? – Exclamó Tim con un nada disimulado sarcasmo, cruzándose de brazos. – ¿Por qué no lo dijiste antes? ¿Quién necesita hechos y pistas cuando tenemos el instinto de Damian Wayne?
El chico de cabellos negros, sentado aún en la silla frente a la computadora, lo volteó a ver sobre su hombro, con marcado enojo en su expresión.
- ¿Quieres hechos? Pues te los daré.
Damian rápidamente comenzó a teclear con sobre la consola de la computadora. Dick, Bárbara, Tim, Cassandra y Stephanie, parados a sus lados, miraban con interés lo que iba apareciendo en los monitores; aunque, en realidad, Tim procuraba demostrar más indiferencia que interés. Dick y Bárbara eran los que se encontraban más directamente frente a los monitores, estando uno a la derecha y otro a la izquierda del joven justiciero, respectivamente. A su vez, también parecían ser los que ponían más atención.
- Miren esto. – Comentó señalando al frente. Lo que se mostraba era las copias de los pasaportes de los dos adultos que habían muerto en el incendio, así como algunas bitácoras migratorias. – Victor, Anya, Vita y Stefania Klimmer, son originarios de Rusia, inmigrantes de San Petersburgo. Llegaron hace un año a la ciudad. ¿Qué tal si se trató de algún asunto de ajuste de cuentas de la Bratva?
- Sí, por qué todos los rusos son mafiosos, ¿no? – Comentó Tim sin abandonar su tono sarcástico.
- ¿Soy el único acaso al que le sorprende que una familia de origen ruso haya muerto de esta forma justamente la misma noche que estábamos espiando a los rusos y a los chechenos? Ellos llegaron a Gótica en agosto del año pasado, y por esas fechas el tal Cobblepot fue arrestado, y los rusos y Máscara Negra se estaban comenzando a disputarse su territorio. Tal vez su llegada a Gótica estaba de alguna manera ligada a eso.
Dick se sintió sorprendido por todo ello, no porque lo que hubiera dicho fuera alguna prueba de su afirmación en sí, sino el hecho de que le hubiera dedicado tanto tiempo y esfuerzo a investigar todo ello, ocurrido antes de su llegada a Gótica.
- Pero, fuera del hecho de que eran de origen ruso, y del momento de su llegada a la ciudad, ¿Has encontrado algún vínculo directo entre la familia y la Bratva? – Cuestionó Bárbara.
- No aún. – Respondió Damian, algo dudoso. – Pero un sujeto extraño se presentó en la iglesia el día de la misa de las cenizas, y creo que...
- Espera, ¿estabas en la misa? – Interrumpió Tim, extrañado al escuchar eso.
- No... Bueno... sí... - Murmuró el joven la de Liga de la Sombras, algo vacilante. – Sólo... Quería ver que Stefania estuviera bien.
- ¿Stefania? – Comentó Dick, igualmente extrañado.
- Ese es un lindo nombre. – Señaló Stephanie con ánimo. – Suena casi como...
- Es el nombre de la niña que salvamos. – Interrumpió Damian abruptamente, intentado explicarse, pero su explicación no hizo mucho por aliviar la confusión de Dick; excepto por Cassandra, nunca había oído que llamara directamente a otra persona por su nombre de pila. – El punto es que un hombre extraño llegó con dos guardaespaldas a la iglesia a media misa y se sentó hasta atrás, y ninguno de los tres se veía con buenas intenciones.
- La iglesia es un lugar público. – Añadió Dick, encogiéndose de hombros. – Aunque realmente haya sido alguien sospechoso, el que haya ido no indica que esté relacionado con la familia.
- No, estoy seguro de que Stefenia lo reconoció. Lo volteó a ver hacia atrás cuando llegó, y él la volteó a ver a su vez, y rápidamente se escondió.
- Eso es sospechoso, pero subjetivo. – Comentó Bárbara, aunque luego llevó su mano a su barbilla, meditando rápidamente sobre todo lo que les había dicho hasta entonces. – ¿Le tomaste alguna foto para buscarlo en los archivos?
Damian se sobresaltó por esa pregunta, y de inmediato se giró hacia el frente, con algo de pena, y también enojo en su mirada.
- No, en su momento no se me ocurrió...
¿Cómo se le pudo haber pasado por alto? De haberle tomado una fotografía, hubiera podido identificarlo, y quizás no estaría en esa inútil situación de tener que justificarse ante esos tipos. Sin embargo, si Stefania lo conocía, quizás conocía también su nombre; claro, si su teoría era cierta.