AÑO XX23
Aiden Mc'Kallister regresaba a su casa, cansado luego de haber tenido una larga jornada laboral. Desde pequeño había conocido lo difícil que es la vida, especialmente cuando no tienes padre.
Pero su infancia no había sido tan dura como parecía sonar. Cada vez que acompañaba a su madre en el trabajo, jugaba con el hijo de los jefes de ella, Josh.
Hoy, dieciocho años después, la amistad entre ambos muchachos aun permanecía intacta y tan fuerte, como desde hacía tanto tiempo.
Suspiró frustrado y al abrir la puerta de su humilde, pero acogedor departamento, escuchó el gritó eufórico de su amigo y madre gritar un "Feliz cumpleaños".
Fingió una sonrisa, lo único que quería realmente era descansar.
-Mamá, Josh ¿Qué hacen aquí?
El joven castaño rodó los ojos y se acercó a su amigo para darle un golpe en el hombro.
-Es obvio eso ¿No acabas de escuchar lo que dijimos?
-Felices veinticuatro años cariño -pronunció su madre sonriendo y acercándose a él con un pastel.
-Mamá, estoy grande para esto.
-Nada de eso, tu madre estuvo toda la tarde preparando esto para ti, vamos, sopla las velas.
El muchacho asintió con la cabeza y sopló las velas, luego le dio un beso en la mejilla a su progenitora.
-Gracias mamá.
-¿Pediste tres deseos? -le inquirió su amigo con una sonrisa burlona.
-Estoy grande, y sobre todo, muy cansado, así que si ya hemos terminado, me gustaría que me-
-Ey, espera, antes de que nos eches de tu casa, deja que te de mi regalo -expresó el castaño mientras salía de la sala y se dirigía a la habitación del muchacho.
Aiden miró a su madre expectante y ella sonrió levemente.
-Sé que la vida ha sido difícil, pero no deberías tratar de ese modo a Josh.
-Mamá, tuve un día de mierda, hasta había olvidado que hoy era mi cumpleaños, solo quiero descansar.
-Lo imagino, pero tu amigo está muy emocionado con esto, él... ha gastado mucho dinero, acéptalo por favor.
-¿Qué me trajo esta vez? -preguntó con molestia.
En el anterior cumpleaños, el muchacho le había regalado un auto último modelo para que su amigo pudiera viajar, pero Aiden lo había rechazado, alegando que cuando él tuviera el dinero, se compraría uno. Era un joven muy orgulloso.
Josh se asomó en la sala y sonrió ampliamente.
-Espero que dentro de tus tres deseos, esté la "novia" que tanto te hace falta.
Arqueó una ceja y luego negó con la cabeza.
-¿Qué? Si lo que hiciste fue contratar una chica para-
-No, no, nada de eso. No es nada de lo que tú crees -dijo rápidamente, interrumpiéndolo. Se giró, dándole la espalda a ambos, y palmeó dos veces-. Ann ven aquí.
Una chica de cabello negro y ojos verdes esmeraldas apareció al lado de Josh, miró a Aiden y luego a su madre.
-Ann, él es Aiden, tu nuevo... amo.
-Es un placer conocerlo amo.
Boquiabierto observó a su amigo.
-¿Qué significa esto? Mejor dicho ¿De dónde diablos sacaste a esta chica? Si es una extranjera ilegal que engañaste, ya mismo deportarla, yo no quiero problemas con la policía o algo así.
Rompió a reír divertido y luego negó con la cabeza.
-Nada de eso, Ann es un androide -le dijo guiñándole un ojo-. Luce como una humana ¿Verdad?
-No puede ser cierto... -Jadeó incrédulo.
-Imaginé que dirías eso, siempre desconfiando de todo -expresó en un tono aburrido mientras se acercaba a él y le entregaba un librito de tapa blanca y letras azules-. Este es su manual, aquí encontrarás toda la información que necesitas sobre su cuidado y funciones.
Aturdido aun por lo que estaba viendo, su madre se acercó a él y le dio un abrazo.
-Que termines bien tu día hijo, te quiero.
-Nos vemos después amigo -lo saludó el castaño, para luego susurrarle algo en el oído, en un tono divertido-. Lee la página 88.
El sonido de la puerta de su casa al cerrarse lo trajo nuevamente a la realidad. Miró el manual en sus manos y luego a ese androide con apariencia tan real, que parecía una chica.
-Mierda.
...