-Esta es la historia, de un bandido, que solo quería una cosa-
-Vivir bien, tranquilo y que no le estuvieran molestando a cada rato-
-Pero que al final murió-
Se escucha una pequeña risita –Pero tranquilos, que en realidad es una historia bastante divertida-
-Y la verdad, ni siquiera es mía-
Aclara su voz, para seguir narrando –Esta es la historia de un joven, llamado Munzel-
-Y todo comienza con las constelaciones, más precisamente la primera-
-Hace muchos años una gota de las estrellas de Aries cayó del cielo-
-Y de esta pequeña gota, creció una mágica flor lila-
-Tenía el poder de sanar a los enfermos, heridos, aumentando incluso su energía vital si era el caso-
-Si se fijan bien… Un anciano, que va rumbo a la flor- Calla un momento –Harán bien en recordarlo, es alguien importante-
-En fin pasaron los siglos-
-Aquellas tierras fueron bendecidas por el amor de una Diosa que bajo para proteger de sus rivales y enemigos familiares al mundo, pero que allí fue la base de su enorme ejército-
-Al concluir y proteger todo lo que amaba, designo a una familia de los humanos que la ayudaron para que se alzaran como un reino, lleno de bondad, amor y respetando sus más fieles creencias-
-Ese reino era regido por su amado rey Dohkric y su reina Shinna-
Su tono de voz se vuelve un poco más serio -Y el reina, estaba a punto de tener un bebe, pero enfermo-
-Estaba muy grave y le quedaba poco tiempo-
-Y es aquí cuando las personas empiezan a buscar un milagro-
-O en este caso una mágica flor dorada-
-Aunque si me lo pregunta… ¿No hubiera sido mejor buscarla de día, que de noche?- Su cuestionamiento valido ante esta incógnita.
-Aaaa, les dije que sería importante- Refiriéndose se nueva cuenta a aquel anciano del inicio.
-Verán en lugar de compartir, el regalo de Aries, este hombre madre Sagtel-
-Escondió su poder de curación y lo uso para mantenerse joven por cientos de años-
-Lo único que tenía que hacer, era cantar una canción especial-
Dejando un momento su rol de narrador.
-Flor que da fulgor, con tu brillo fiel, mueve el tiempo atrás, volviendo a lo que fue, a lo que fue…-
Mientras el anciano cantaba, hacia movimientos circulares con sus manos alrededor de la flor y al final, su piel arrugada, cabellos canosos y silueta cansada, rejuveneció.
Ahora vuelve el narrador.
-Sí, ya entienden la idea-
-Le canta a la flor y rejuvenece…- Mostrando un tono de desagrado –Que miedo… ¿No?-
Vuelve la narradora normal por un rato.
Puesto en escena, al escucharse los ruidos de los habitantes del reino de Atena, oculto rápidamente la flor, con un camuflaje de hojas, pero torpemente el mismo lo dejo al descubierto al retirarse de prisa.
De esta forma, los soldados, lograron encontrar la flor mágica que podría salvar a su reina.
Extrañándola de raíz con sumo cuidado.
Más sin embargo aquel hombre observaba desde lejos como su fuente de juventud se la quitaban.
De nuevo toma la batuta el primer narrador.
-La magia de la flor lila, sano a su reina-
-Nació un fuerte y saludable bebito, un príncipe doncel-
Deja escapara un leve suspiro –Con hermoso cabello lila-
Aquí podemos ver, una hermosa escena de ambos reyes con su hijo de bebe, Shinna cargando al pequeño, demostrándole cuanto lo amaba, ante sus ojos era el ser más lindo de todo el universo.
Dohkric, ese pequeño era, es y podría seguir siendo su mayor orgullo, colocándole la corona que algún día portaría en su cabeza, aunque esta callera un poco por ser tan pequeño aun.
-Les doy una pista, él es Munzel-
-Para celebrar su nacimiento, ambos padres, monarcas de ese reino, lanzaban cargas de polvo estelar, para agradecer el regalo de su Diosa, los cuales adornaban el cielo, y sumados con los de todo el pueblo-
-Y por ese preciso instante, todo fue perfecto-
Una voz más seria se deja escuchar –Luego ese instante termino-
El anciano, logro de alguna forma burlar la seguridad del castillo y entrar hasta donde se encontraba aquel bebe.
Recitando la extraña canción, para con la flor lila usaba, y ante esa criatura pareció reaccionar, pues su cabello lila, estaba brillando, al ver esto tomo un mechón del cabello y lo corto, mas sin embargo al hacerlo, su poder desapareció, volviéndose de un color rubio como el de su madre.
Se escucharon los llantos del bebe.
-Sagtel se introdujo al castillo, se robó al niño y desapareció, sin dejar rastro-
-Todo el reino busco y busco, pero jamás hallaron al príncipe-
-Pues en lo más profundo del bosque una torre oculta-
-Sagtel, crio al niño como su fuera suyo-
Así pues, con el pasar de los años, enseño aquella canción al pequeño, y cada que le cepillaba los largos cabellos lila, este cantaba para rejuvenecer al hombre.
-Sagtel había encontrado, una nueva flor mágica-
-Pero esta vez se aseguraría de mantenerlo oculto-
Aquí ya vamos a interactuar más con los personajes en una narración más presencial.
-¿Por qué no puedo salir?- Preguntaba el pequeño, algo triste.
-El mundo del exterior está lleno de peligros, las personas son malvadas y egoístas, tienes que quedarte aquí- Decía esto, con una mueca de felicidad, mientras cepillaba esos cabellos largos, del menor. –Donde estas a salvo ¿Lo entiendes mi pequeño?-
-Si… Mami- Dijo esto triste el niño.
Otra vez al narrador.
-Pero los muros de la torre de Jamir no podían ocultar todo-
-Cada año en el cumpleaños de su hijo, él rey y él reina, lanzaban mieles de cargas de polvo estelar, con la esperanza de que un día su príncipe perdido regresara-
El pequeño Munzel, por la única ventana de esa torre, de noche se colaba una vez al año, para poder observar aquellos destellos que se reflejaban en el cielo de ese polvo que era lanzado solo para él, aunque aún no lo sabía.
Editado: 06.09.2024