Giro su cabeza, para ver al ladrón.
La mirada del equino siendo de enojo puro, resoplando con fuerza.
Pero el rubio bribón no se dejaría intimidar por un caballeo, acomodándose en la silla de montar.
-Arggg ¿Qué esperas pulgoso? ¡¡¡AVANZA!!!- Le dio un golpe con ambas piernas a los costados del corcel.
Pero Seimux, se da cuenta que trae la bolsa, mirándola fijamente, dispuesto a alcanzarla. El ladrón se da cuenta de aquello, pero es rápido.
Lanza una mordida, para atraparla, pero rápidamente el hombre la aleja.
Un caballo de la guardia real ¿Qué esperaba?
-No, no, no, no- Dacia aquella negación, mientras trataba de alejar la bolsa del agarre del equino, que seguía la bolsa pues sabía que era necesario recuperarla.
Incluso aun teniéndolo sobre, hacia maniobras para alcanzarla. Cabalgando de manera torpe y graciosa.
-¡¡¡QUIETO!!! ¡¡¡QUIETO!!!- Haciendo usos de su mano libre, alejaba el hocico del animal, para que no tocara el tesoro preciado que acaba de robar.
Pero sus intentos fallaron, al final, el caballero lo alcanzo con el hocico, dando varios jalones cada quien por su lado, para no dejarse vencer por el contrario.
-¡¡¡DAME ESO!!! ¡¡¡DAME ESO!!!- Estaba molesto, no dejaría que ese corcel le ganara sin dar pelea.
Pero por andar forcejeando cada quien por su lado, la bolsa salió volando, estando cerca de un barranco, parecía que se caería por ese lugar.
Mas su sorpresa y gracias a quien fuera, cayó sobre un árbol crecido a la orilla de este.
Enganchándose la bolsa en una de esas ramas.
Ambos miraron todo con suma atención del mundo, sus ojos bien abiertos, las bocas iguales de sorpresa.
Por un instante se miraron levemente. Pues era cuestión de quien fuera más rápido en alcanzarla.
Así fue como cada uno salió corriendo en dirección a la bolsa.
Shaflyn, salto del lomo del animal, y este trato de detenerlo pero el humano era ágil.
Pero un caballo es mucho más rápido, aunque un ladrón tiene sus trucos sucios y es, sujetarle una pata para que caiga el animal.
Eso podría darle más ventaja de tiempo.
Mas Seimux no se daría tan fácil por vencido, aun pasando sobre él, sujeto el pantalón del hombre, ahora el caía de bruces contra el suelo.
Al llegar al tronco de ese árbol ladeado, se dieron cuenta que es algo frágil, mas pues el que pisaba primero es el enorme corcel un peso bastante grande.
Mas no se daría este por vencido, pisando con delicadeza iba el caballero de la guardia real, pisadas cortas y con mucho cuidado.
El rubio, se subió arriba de la cabeza del animal, para que este lo llevara, no estaría contento de ser utilizado así por un ladrón sin escrúpulos.
Movió bruscamente su cabeza, provocando que este cayera directo al tronco o al precipicio lo que ocurriera primero.
Pero que ágil Shaflyn, se sujetó del tronco estando del otro lado. Dejando sus pies y piernas sujetas alrededor de la madera y con una alta posibilidad de ser pisoteados por el caballero.
Cosa que sin duda no dejaría pasar.
Dicho esto, Seimux comenzó a pisar fuerte y pesadamente, justamente en las extremidades que alcanzaba a ver, no dejaría que nadie se saliera con la suya de deshonrar el nombre del reino de Atena.
Mas igual es rubio avanzaba, lo más rápido posible en dirección a la bolsa, ya no solo para alcanzarla, si no para no ser pisoteado por el corcel.
Pero ningún se fijó que esos movimientos bruscos de ambos, hacía que la bolsa se estuviera desenganchándose de la rama que aun la mantenía al alcance.
Apresuro el paso, no dejaría que la corona se perdiera. En un movimiento rápido, se lanzó a la rama, para alcanzarla antes de que cayera. Sujetándola con la mano y dando un grito de triunfo.
-¡¡¡JA!!!- Su mirada triunfante, hacia el animal le denotaba la alegría que sentía.
El otro contendiente por la bolsa, lo miro molesto, estuvo a poco de alcanzarlo.
Mas ese intercambio de miradas, termino muy pronto, pus un ruido o más bien un crujido les llamo la atención, pues no significaba nada bueno, que el árbol hiciera eso.
Y dicho esto, ese árbol cayó por el barranco, llevándolos a ambos en este hacia abajo.
La caída era demasiado alta, miraban con miedo lo que estaba pasando, no se podía ver ni siquiera el final por lo lato que era, no reaccionaron para nada.
Una escena bastante cómica al momento de verse nuevamente ambos y luego lanzar cada quien su grito de miedo
Uno en relinchó y otro en grito humano.
Se sujetaban del árbol, como su única ancla para no perder la vida.
La caída les hizo llegar rápidamente hacia una roca puntiaguda, que por gracia a lo que fuera, no les hizo daño alguno, solo partió el tronco por la mitad, y cada quien estando en un lado diferente.
Separándose así cada quien, pues se soltaron del árbol por el impacto y salieron volando, sin dejar de gritar.
El pobre caballo cayo en el césped, de espaldas, luego dio una voltereta y derrapo con sus cuatro patas estiradas debajo, igual su cara recibió impacto.
Había caído bastante cantidad de tierra y pasto en su hocico, escupiéndola en cuando se sintió seguro.
Pero rápido se levantó, no podía quedarse así, debía volver a buscar al ladrón y esa bolsa importante.
Su pose de blanco corcel dejaba ver su energía, mas su cara de susto y desconcierto no lo dejaba de lado.
Rápido miro y miro de un lado a otros, solo quería encontrar su deber de manera inmediata.
Al no ver nada, decidió buscar con el olfato, rápidamente se puso en acción.
Sus grandes fosas nasales se movían al inhalar y exhalar, estaba encontrando el rastro como su fuera un perro sabueso, rápidamente siguió el camino hacia delante. Tenía algo.
Paso unos árboles, unas rocas muy grandes, pero parecía que l rastro no seguía por allí, más porque había un montón de lianas verdes llenas de hojas y a la simple vista, parecía que no hubiera nada del otros lado.
Editado: 06.09.2024