Munzel (shakaxmu) Yaoi

Capitulo 18 (Ladrones)

Cerca de la orilla, en tierra firme se podía ver una lámpara de color verde bastante brillante, que deslumbraba a dos figuras ya antes conocidas.

Este suceso interrumpió el dulce beso que ambos jóvenes estaban por darse.

Para Shakene, verlos no traería nada bueno, pero en su mente algo se le ocurría para mantener a Munzel seguro, cueste lo que cueste.

Sabía que lo atacarían en cuanto tuvieran oportunidad.

-Ah… ¿Todo está bien?- Estar esperando ese beso, y darse cuenta que nunca llego, le provocó abrir sus ojos, y dirigir su mirada hacia lo que el rubio observaba detrás de él.

-¿Eh?- Salió de ese trance repentino, sujetándose de la barca, pensando alguna buena excusa –Oh, si…Amm… Aja, si estoy bien, solo…- Miro de reojo la bolsa que contenía la corona, estaba ideando su mejo plan.

Frunció el ceño, tendría la única forma para mantener a ese pelila a salvo de esos hombres, que alguna vez fueron sus amigos.

Al legar a la orilla, rápidamente Shakene salió de la barca con cuidado, sin decir absolutamente nada de lo paneado, manteniendo en secreto, por el momento.

Subió a la tierra firme aquel vehículo marino, con el doncel sobre este, haciendo todo lo posible para mantenerlo a salvo, sin que el otro lo supiera.

-Lo lamentó, todo está bien- Se acercó despacio, su rostro no reflejaba la tranquilidad de todo el tiempo –Tengo algo importante que hacer ¿Está bien?- Tomo la bolsa de la braca, sujetándola a su cuerpo con el brazo izquierdo, mirando de manera seria al pelilila.

Este a su vez, sentado, lo miraba, su rostro ya temía lo peor, lo que su madre le había contado, pero aun deseaba darle su voto de confianza.

-Claro- Sonrió de manera forzada, con su mano izquierda sobre su regazo en forma de puño, no le agradaba a cómo iba la situación.

Dio algunos pasos hacia atrás, poniendo la bolsa dentar de él –Espérame aquí- Esas fueron las palabras que le dedico, antes de dar vuelta a su flanco derecho y caminar, hacia una roca que estaba de lado y la neblina cubriendo e a poco a, visibilidad.

No iba con su cuerpo erguido por completo, si no la cabeza agachada, pensando en tantas posibilidades, pero su paso aún se notaba firme.

Tanto Munzel como Kiki lo miraron desaparecer de su vista. El pequeño corderito rojo sobre el hombro del doncel.

Aparto un momento la vista hacia el frente, y dedico una al pequeño acompañante –No te asuste Kiki- Le dio una leve sonrisa.

Logro calmar al corderito, pero él no estaba para anda tranquilo, su corazón estando inquieto de que algo malo estuviera por pasar.

Sin contar que su mente asaltada por las duras palabras de Madre Sagtel, de que solo quisiera la corona, que en realidad nunca le intereso.

No deseaba que fuera realidad, aunque las posibilidades estuvieran aumentando.

Camino un poco, sabia a donde debía llegar y encontrarse con sus antiguos compañeros de delitos, si deseaban la bolsa, se las daría y sin más para segur con su vida, ahora a lado de alguien que había logrado cautivar su corazón.

Encontrando al peliverde, tallando algún objetó en madera.

Usaría su labia para convencerlos de dejarlo tranquilo, que gran confianza.

-Aaaah, los encontré…Ja estuve buscándolos por todas partes, desde que nos separamos- Camino hacia aquel sujeto sentando en una roja, deteniéndose de repente para lanzar algún cumplido no sincero –Oye, esas patullas se ven extraordinarias- Le sonrió –Seguro estas orgulloso-

Pero en cambio este no contestó, siguió tallando con su espada en aquel pedazo de madera, dedicándole una mirada que si fuera capaz de aquella acción lo fulminaría.

Dándose cuenta que no llegaría a nada.

Decidió tomar su postura seria y relajada.

Carraspeando un poco, ara llamar su atención.

-En fin quiero decirles que…Dejarlos estuvo mal, la corona es toda suya- Alzo la bolsa enfrenté de sí mismo, arrojándola con una sonrisa, al suelo rocoso, para que supieran que ya no le interesaba aquel objetó sin valor a su parecer –Los voy a extrañar, pero así será…- Comenzó a caminar para devolverse con Munzel, su idea jamás fue abandonarlo, pero el otro de cabellos rosas, se lo impidió.

Choco con el otro, este alzo su mirada algo contraída -¿Mejor?-

Este lo miro con el único ojo bueno que le queda.

En cambió el otro tan tranquilo, seguía tallando lo que fuera, sereno… Comenzó a dar su discurso.

-Sigues ocultando cosas- Levanto la vista con una sonrisa sínica -¿Eh Rider?-

-¿Qué?- El rubio abrió sus ojos, dejando que la angustia lo invadiera, lo que fuera menos que supieran ese secreto.

-Oí que encontraste algo- Se levantó de la roca, alzando su cuchillo largo y con la misma arrojándolo al suelo, quedando clavado en este –Algo mucho más valioso que una corona- Camino sin importarle darle una ligera patada a ese símbolo real.

Se posiciono delante del rubio, estando casi a la misma altura, haciendo uso de su apariencia más tosca y aterradora, para intimidar, si es que este se oponía, ya tenían un plan.

-Entréganos al chico- Ese era ahora el nuevo objetivo de aquellos dos ladrones.

Para Shakene, eso era lo único que no deseaba escuchar, pero se encontraba esta vez atrapado, formular un plan en este estado, sería difícil, pero debía intentarlo.

Nuestro querido pelilila, abrazando un poco la parte superior de la braca, mirando desesperado hacia donde el rubio se había ido, temiendo lo peor.

Pero cuando sus hermosos ojos verdes y grandes, divisaron una figura alta entre la neblina, que venía caminando hacia él, sintió que podía relajarse.

Y no solo él, si no que el pequeño corderito también, sonriendo y dejando escapar un suspiro de alivio.

-Creí que decidirías irte con la corona y dejarme- Sonrió algo tímido, arreglando un poco su cabello, para apartarlo del rostro, esa sonrisa enmarcaba que todo estaría bien, pero… No es así.

A los pocos segundos, noto que esa figura masculina, se volvían dos.



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En el texto hay: crossover, saint seiya yaoi, enredados

Editado: 06.09.2024

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