---Castillo real---
Sé que se ha cambiado el escenario rápido, pero… Así es la situación.
Una puerta se abrió de golpe, dejando ver un guardia bastante agitado y asombrado, que jadeaba por que de seguro corrió hasta esa habitación.
Llamando la atención de los reyes, que se giraron a verlo, algo extrañados por aquella acción.
Este guardia, los miro atentos, sin saber que decir, salvo por una simple acción, asintió si siquiera parpadear.
Ambos reyes, lo miraron más atento, ahora él reina, se levantó de aquella silla en donde descansaba.
Causando un tremendo impacto, acercándose, pensando en que aquella posibilidad estuviera haciéndose realidad.
No perdieron tiempo, sus pasos se volvieron rápidos, para llegar a dónde se supone su hijo perdido ha regresado.
Los pasillos se volvieron largos en esos momentos, pero no importo, lo principal es saber si es cierto o es una mentira que pedían que esta vez no fuera así.
-Shinna… Crees…- El rey hablo, sosteniendo el brazo de su pareja.
-No te lo puedo explicar… Pero… Siento… Algo en mi… Que me dice que necesito verlo- Sus ojos miraban a aquel punto, despeado por llegar a verificar lo que su corazón le dicta.
-Pero… Si no es…- La preocupación del mayor, se torna a situaciones en donde le prometieron que es su verdadero hijo, pero resulto ser una falsedad.
Sonrió, tomando su mano, una de verdad desde hace tanto tiempo, calmar a su esposo es algo que necesitar hacer rápido –Dohkric… Confía en mí, si lo veo… Lo sabré- Está poniendo toda sus fuerzas en ese momento, teme que sea mentira, pero desea que esta ocasión todo este bien.
Estando delante de aquella puerta, que conducía a los jóvenes que están esperándolos.
Aun después de esa conversación, dudan un momento.
Se dedicaron una mirada, dándose confort en ambas cantidades, se necesita saber la verdad, sus corazones lo anhela.
Abrieron lo único que se interponía entre ellos y su posible hijo.
Obviamente aquello hizo ruido, quienes los esperan se dan la media vuelta, sin dejar de sujetar sus manos.
Para él que sus cabellos cortos y rubios, se sorprendió al ver a los líderes de aquel reino, abriendo sus ojos verdes.
Una acción que imito el reina, mirando al joven, que sin duda alguna es un doncel y tiene un cierto parecido con ese tono de cabello y las marcas en su frente.
Estando aún lejos, ambos se miraron, y caminaron con cierta lentitud, un grado de timidez en ambos.
Munzel está bastante consternado, temeroso a que en realidad esa no sea su familia, apenas si se movió de su lugar, dos pasos dio adelante.
En cambió Shinna, tomo la iniciativa y dio algunos pasos más al frente, su rostro lo decía todo.
No logran hablar, pero algo en su corazón del mayor le dice que ese pequeño delante de él, comparte mucho más que su apariencia y esos ojos verdes, que sin duda su mente le indica que lo ha visto antes, en los de su esposo.
El rey se quedó en la puerta, no sabía que hacer o decir, sentí que debía darle la oportunidad a su amado en realizar la comprobación, pero de igual forma al verlo sintió algo en su corazón que le dicta que su sangre corre por esas venas.
Por su parte Shakene, se queda al margen de todo, pensando que por el momento no pertenece a ese encuentro familiar.
Volviendo a la dulce escena, el reencuentro de un madre con su pequeño hijo que se lo arrebataron.
Sus manos delante de su pecho, no deja de ver el rostro del doncel y este a su vez lo contempla, retrayendo sus manos hacia atrás.
Los nervios en ambos se nota, como si fuera un primer encuentro de algo muy importante.
Sin más, y al recortar la distancia, elevo su mano, para tocar la mejilla de Munzel.
Justo en se instante ambos sintieron como una pequeña descarga eléctrica, algo especial, cuando has encontrado a alguien que necesitabas, que buscas con desesperación y que por fin se encuentra a tu alcance.
La cercanía de quien ha dado a luz y el fruto de aquello, por fin se reencuentran después de años casi dos décadas sin verlo.
Los ojos del mayor empezaron a cristalizarse, pues su pequeño bebe, está de nuevo con él.
Suspirando, dejando escapar las lágrimas contenidas por años, que alguna vez fueron de dolor y tristeza, ahora la alegría inunda su corazón, sonrió lo comprobó, su corazón se lo reafirmo con todas las señales.
Al ver aquella muestra de alegría y empatía, el joven doncel comprendió más en unos segundos delante de ese hombre que comparte su misma condición, devolvió la sonrisa y sus lágrimas brotaron inconscientemente.
-Eres… Mi…- Quiso hablar, pero no lo logro.
En ese momento, y después de años de estar lejos de él, Shinna lo rodeo con sus abrazos y lo abrazo, como siempre deseo hacerlo, su hijo, el fruto de su amor por fin está de vuelta.
No permitiría que nadie más lo alejara.
-Mi pequeño… Por fin… Vuelves- Le dedico estas palabras, que solo un madre podía decir abiertamente, las lágrimas entre ambos no se ocultaron.
Después de todas las similitudes entre ambos son extraordinarias.
Misma tonalidad de rubio, las tikas, aunque de diferente color el mayor moradas y el menor con un tono rosa fuerte, la complexión similar, salvo por los ojos que sin duda se confirmaría el parecido con el castaño del fondo.
-Mamá…- Lo dijo con suavidad, pues esta vez en verdad lo es.
Acaricio su corto cabello, con cuidado, estando ambos juntos.
Munzel está en casa por fin, en brazos de su mamá, de la verdadera persona que lo es, y que lo amara de forma condicional.
Dohkric, se acercó con cuidado por detrás de su esposo, quedando sorprendido, y no saber cómo integrarse a esa rencuentro.
Más Munzel, sintió la presencia de ese hombre, y lo observó con calidez.
Sin duda esto le confirma más el parecido, el rey conoce sus propios ojos y los está viendo en alguien más, en la persona que es su descendencia, la criatura que les robaron hace años y en este instante está a su alcancé.
Editado: 06.09.2024