Muralla Z

Un nuevo viaje

Algo suave me despertó, la caricia de una persona muy importante para mi que fue suficiente para brindarme la calma y la seguridad de que saldremos de esta, evacuarán a las personas y se terminará todo esto. 

-Hijo hermoso, regalo preciado te quiero tanto que estaremos juntos hasta que algo suceda y cambie nuestro destino- Me dijo mi madre con una voz tan sueve que provocaba paz mental.

No era el mejor hijo tal vez, pero siempre daba lo mejor de mi. Vi a Fanny despertar con los ojos brillosos a lo que le dije:

-¿Cómo despertó la mejor amiga de todo el mundo mundial?

-Hubiese despertado mejor si tu no hubieras hablado mientras dormías- Me respondió con tono sarcástico.

-Oye me conoces y es de mal gusto que me reproches eh- le dije soltando carcajadas.

Un profundo silencio invadió la habitación.

-Jhon, ¿crees que podamos sobrevivir a este caos?

-Al parecer no, jajaja. Lo digo en buena onda ya que solo soy sincero y creo que si sigues siendo insoportable, el mundo se termine hoy día mismo- Le respondí a Fanny soltando algunas carcajadas.

-Payaso- Dijo ella mirándome y moviendo ojos.

Fanny iba a darse un baño por lo que le presté algo de ropa, mientras tanto fui a ver como habían amanecido mi papá y Alice.

-Hola princesa, ¿cómo amaneciste?

-El castillo está listo Lord Jhonny. Necesito que ordene a los caballos para ir a sembrar arbolitos en el siguiente espacio.

-Muy bien princesa. ¡A sus órdenes hermosa dama!

-Te quiero hermanito.

-Y yo a ti hermanita.

Adoraba ver a Alice feliz, su sonrisa era lo mas hermoso que mis ojos pudieran apreciar todos los días. Mi papá se encontraba bien y estaba planeando en como podríamos salir y a donde nos deberíamos dirigir. 

-¡Familia! Tomen solo algunas de sus pertenencias, emprenderemos hoy hasta llegar al punto de rescate donde están esperando solo dos barcos a personas sobrevivientes- Anunció mi padre.

Salimos cuidadosamente de la casa y buscamos un vehículo estable que tenga las condiciones necesarias para movilizarnos y salir de ahí. 

-Oh no, la señora Tompsonh es un zombie.

-Pobre ya era anciana.

Fuimos directamente al centro comercial para tomar lo que necesitábamos y marcharnos de ahí ya que sabíamos que habrían muchos zombies. Fue muy desgarrador ver a muchas personas convertidas en zombies vagando y persiguiendo a las demás. 

Notamos que antes de llegar a nuestro primer destino el combustible se había terminado, nos bajamos, dejamos las cosas ya que era imposible llevarlas con nosotros. Corrimos a refugiarnos a la casa mas cercana, chequeamos que no hubieran infectados en ella y cerramos la puerta. Fui al baño a ver si encontraba pasta dentrífica pero unos ruidos llamaron mi atención en aquel cuarto no tan pequeño, me adentré hacia la bañera y vi a un señor y una señora ahogados en ella.

Ya tan solo faltaban recorrer dos calles mas para poder llegar al centro comercial mas cercano pero era riegoso que nos fuéramos todos, así que mi padre decidió acompañarme a trer lo mas importante. 

Estábamos recorriendo aquellas calles sigilosamente con un bate en la mano cuando muchos de ellos se estaban acercando mas y mas a nosotros, luchamos con todas nuestras fuerzas y pudimos escapar. Al llegar al centro comercial se nos presentaron muchos mas zombies, lo que hicimos fue tomar las vendas para Fanny y comida enlatada. Habían zombies en una cantidad abundante, algunos eran niños de entre 5 a 10 años de edad, ancianos, muertos vivientes con problemas de sobrepeso, bebés sumamente rápidos que usaban sus extremidades para atrapar a sus víctimas. Al salir nos llevamos la gran sorpresa que habían aumentado considerablemente, mi padre empezó a derribarlos con el bate y lo siguiente fueron las últimas palabras que escuché decir de él:

-¡Hijo mío, corre y sálvalos! Los amo.

Me quedé inconsciente un momento, sentí como mi cuerpo se estrellaba con el suelo y vi a los zombies ir hacia mi padre. 

-Noooooooooooooooo, papá- Dije sumergiéndome en gritos.

Después de unos minutos tomé conciencia, me levanté velozmente y corrí hacia aquella casa donde estaba mi madre, mi hermana y Fanny. Al llegar me preguntaron por papá, yo solo abracé a mi madre y lloré desconsoladamente. 

Ya se estaba haciendo de noche y por lo tanto adecué un espacio confortable en una de las habitaciones de aquella casa que no era muy grande. 

Era una noche sumamente fría, se veía reflejada la luz de la luna, se escuchaban los aullidos ahogados de los perros que estremecían nuestro cuerpo. Fanny, Alice, mi madre y yo nos encontrábamos acostados en una manta en el piso de aquel cuarto, donde se podía sentir claramente el frío tempestuoso por lo que mi madre abrazó a Alice y yo a Fanny. 

 



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En el texto hay: zombies y personas

Editado: 12.11.2020

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