Padre ya no está, y ahora Erov se encuentra por su cuenta. Utilizando su poder, logra visualizar a miles de años luz el inmenso núcleo que alimenta la fortaleza Nova Venalert. Con un solo pensamiento, accede a los conocimientos que le enseñan su funcionamiento.
El núcleo es una esfera hueca perfecta con una circunferencia de diez mil kilómetros, creada con el elemento Zergirushnium, el cual tiene la capacidad de bloquear cualquier singularidad gravitacional y explosión energética.
Empleando la tecnología Anterceinor, descubierta por las civilizaciones progenitoras de la especie de los dragones, el interior del núcleo se encuentra en un ciclo infinito de recreación y destrucción. Esto permite liberar la cantidad de energía necesaria para abastecer la fortaleza y continuar alimentando las estrellas, que también se utilizan con el mismo propósito.
El mecanismo es simple: inicialmente, el núcleo se llena hasta una cuarta parte con átomos de Zintrenellar (una evolución del átomo de hidrógeno). Después, se irradian con energía oscura para excitar los átomos, provocando que comiencen a expandirse hasta ocupar todo el núcleo.
Una singularidad gravitacional se crea dentro del núcleo utilizando la energía oscura atrapada. Ambas conexiones de la singularidad se mantienen separadas, pero enfrentadas. La primera conexión comienza a atraer los átomos inestables de Zintrenellar, mientras que la otra conexión permanece bloqueada. Cuando todos los átomos son absorbidos, la otra conexión se abre y expulsa los átomos hacia la primera conexión.
Los átomos inestables siguen acelerando a través de la singularidad hasta sobrepasar la velocidad de la luz, alcanzando la velocidad Novalumínica (la velocidad de la consciencia). Cuando llegan a esa velocidad, logran colapsar el espacio, provocando una explosión que genera la energía suficiente para toda la fortaleza. Tras la explosión, quedan remanentes de Zintrenellar y el ciclo se repite.
Los científicos de las civilizaciones dragón, que descubrieron el ciclo infinito, sufrieron tantos fracasos que galaxias enteras resultaron consumidas. El poder de la explosión es tan devastador que solo un protector de los universos puede detenerlo. En un principio se utilizó hidrógeno, pero fue descartado al no proporcionar los resultados deseados. La inversión energética para crear singularidades gravitacionales era mayor de lo que se obtenía.
Erov no solo comprendió el funcionamiento del núcleo, sino que también aprendió que se puede viajar más rápido que la luz mediante la energía oscura. A diferencia de la materia ordinaria, la energía oscura no está confinada a un espacio o tiempo determinado, por lo que es posible viajar a través de ella a cualquier rincón del universo en un instante; el efecto del tiempo es similar al de un agujero negro, el tiempo transcurre extremadamente lento, por lo que es la mejor forma de desplazarse por los universos.
Para acceder a la energía oscura se requieren vehículos capaces de desmaterializarse y desenergizarse. Aunque Erov conoce estos principios, no puede crear dichos vehículos y necesita obtener uno. Encuentra un vehículo con dichas características en Moris, el planeta mercantil, que, tras inspeccionar su entorno, resulta estar bastante cerca de su ubicación actual.
Erov despliega sus alas y comienza a elevarse. Al alcanzar una altura que sobrepasa los árboles, crea una pequeña nave espacial a su alrededor. La cabina es una esfera lo suficientemente grande para él y en sus paredes curvas se proyectan imágenes en tiempo real de lo que sucede fuera de la nave.
Observa el hueco que dejó la ciudad destruida y lamenta no haber podido detener las estrellas que lanzó Kader. "Es injusto", piensa, recordando que, a pesar de todos sus esfuerzos, no logró detenerlo ni infligirle daño.
Con un pensamiento, la nave inicia su curso hacia Moris. Al salir del planeta, se da cuenta de que este no es un planeta, sino una enorme plataforma iluminada por una única estrella. Cuando la deja atrás, la plataforma desaparece sin dejar rastro. No hay necesidad de regresar al punto de partida, ahora Erov debe centrarse en conseguir esa nave que lo llevará hasta el núcleo.
En su camino hacia Moris, Erov observa estructuras colosales de metal rodeadas por miles de patrullas. Extiende su mano hacia ellas y distingue cápsulas con un diámetro de cien metros, pero por más que lo intenta, no puede entender su propósito. Padre le ha bloqueado el acceso; es demasiado pronto para que conozca la verdad que se oculta tras la fortaleza Nova Venalert. Padre no hace las cosas sin una razón, sabía que Erov intentaría acceder y al negarle la entrada, ha avivado su curiosidad.
A medida que atraviesa diversos sistemas solares, Erov se percata de la existencia de vida en ellos. Sin embargo, en su mayoría es vida básica, basada en sus instintos para seguir evolucionando. Al arribar a otro sistema solar, encuentra vida inteligente. Durante su paso, los observa intrigado por la singularidad de su existencia.
Se trata de una civilización de la especie de los cetáceos. Sus cuerpos están adaptados para habitar tanto en el agua como en la superficie. Es una civilización eminentemente tecnológica, habiendo dejado de lado su lado espiritual. Aunque no es habitual encontrar civilizaciones de cetáceos enfocadas en su vertiente tecnológica, poseen la libertad de elección y así lo decidieron.
Una civilización con énfasis en lo tecnológico funda su existencia en la ciencia. Sus habitantes invierten gran parte de su tiempo en estudiar las leyes universales y obtener su sustento a través de procesos y máquinas. En contraste, una civilización centrada en lo espiritual, basa su existencia en el dominio de sus cuerpos y del entorno que los rodea. Su forma de sustento se origina a través de su poder creativo.
La mayoría de las civilizaciones buscan un equilibrio entre ambos aspectos. De esta manera, garantizan una experiencia enriquecedora para sus habitantes, además de conseguir avanzar como civilización a un ritmo más acelerado. Es importante destacar que, aunque existen civilizaciones con maestros espirituales que se han convertido en Layzers y han accedido a los mundos superiores, esto no implica que se hayan descubierto todos los secretos del universo. Incluso los mismos protectores del universo no poseen conocimiento absoluto. De esta manera, "El Creador" les proporciona desafíos constantes que nunca cesarán.