Muros del Pasado

Capítulo 3

PV Alex

Los días fueron pasando hasta convertirse en semanas. Hoy hacia dos meses que William Valcárcel había aparecido en mi vida con una herida de arma blanca en su costado derecho.

Mi primo no me había dicho nada por estar ayudando a un completo desconocido. La única frase que mi primo dijo fue:

  • Alex si yo hubiera estado en tú lugar también lo habría hecho, además que el tío alegra mis lindos ojitos cada mañana con ese culazo que se gasta. –recordé sus palabras volviendo a reír.

La relación que tenía con el moreno se había hecho irrompible o al menos así lo sentía yo. Nos habíamos hecho muy cercanos tanto que nos contábamos alguna confidencia. Sé que hay cosas que no me cuenta por mi propia seguridad y que a largo plazo es posible que me lo confiese. Después de aquel segundo beso hubo otros pocos más, hasta el día de hoy diría que nos habíamos besado unas veinte veces o más. Mi primo me rogó que no me enamorara de Will, ya que este se marcharía en cuanto estuviera recuperado. Lo que mi primo no sabe es que ese ruego llegaba algo tarde.

Mi corazón ya estaba en juego, mi corazón le pertenecía desde el día que nos conocimos, desde la primera vez que nuestros brazos se rozaron, desde aquel primer beso, desde aquel día que toque su piel para sanar sus heridas.

Él había sido el primer chico en mis casi diecisiete años que había besado. Él ha sido el único chico que he dejado que me besara. Sabía que él se marcharía y no le volvería a ver más, pero en estos momentos solo pensaba en disfrutar del tiempo que estuviera junto a mí.

Retire definitivamente el apósito que tapaba la herida, dejando está completamente destapada. La herida se encontraba completamente cerrada, ya no necesitaba ser curada tan seguido.

  • Señorito esto está súper bien, ya se ha cerrado completamente y no hay que curarla tan seguido. – comenté sonriendo, pero con un nudo en el pecho que no transmití.
  • ¿Porque esa tristeza en tus ojos mi niña talismán? – me pregunto acariciando mi mejilla.
  • Will, estoy bien de verdad, me alegro de que te hayas recuperado. – le conteste con evasivas levantándome de la cama con rapidez.

Sin darle tiempo a ver las lágrimas que empapaban mis ojos corrí con el botiquín hasta el baño, guardándolo en uno de los armarios debajo del lavabo. Con disimulo limpie una solitaria lágrima que caía por mi cara. Me levanté del suelo dirigiendo mi vista hacia el espejo saltando del susto al ver la imagen que me mostraba. Mis ojos se abrieron de par en par al verle parado detrás de mí. Sólo llevaba unos calzoncillos, mostrando su musculoso cuerpo. Tenía su espalda apoyada en el marco de la puerta y los brazos cruzados encima de su pecho haciendo que sus brazos de marcaran más todavía.

  • Me dirás qué te ocurre, me contarás porque esas gotas empañan tu hermoso rostro. – me pidió rodeando mi cintura por detrás.
  • No es nada tranquilo, solo que me volví una sentimental empedernida. – le conteste soltando una carcajada.
  • ¿Segura? – pregunto acariciando mi tripa con sus manos.
  • Solo estaba pensando que ahora que ya te recuperaste no volveré a verte. – conteste en un susurro aguantando el nudo que había en mi garganta.

Mordí mis labios sin separar mis manos de sus brazos. Mi pecho subía y bajaba con violencia mientras tragaba mis ganas de soltarme a llorar como una cría.

  • ¿Quién ha dicho que no volveríamos a vernos niña tonta? – interrogo haciéndome girar sobre mis pies, quedando frente a frente.
  • Tú lo dijiste el primer día que nos conocimos. – conteste con mis manos en mi pecho y mi mirada gacha.
  • Eso fue cuando no te conocía mi niña, ahora no sería capaz de estar lejos de ti. – confeso haciéndome mirarle.
  • ¿No mientes? – pregunte como una niña pequeña haciendo pucheros.
  • No soy de mentir, mi talismán, tampoco de engañarme a mí mismo y sé que ahora mismo quiero pasar mi tiempo contigo. – contesto besando mi frente.
  • Eso quiere decir que por el momento te quedarás conmigo, aún que solo sea por un tiempo. – mencione emocionada besando sus labios brevemente.
  • Yo quiero quedarme a tu lado por y para siempre, o por lo menos todo el tiempo que tú me permitas estar a tu lado. – me confesó aprisionando mi cara entre sus grandes manos.
  • Me prometes estar conmigo para siempre. – pedí mirándole fijamente a sus ojos.
  • Te lo prometo mi talismán. – me prometió acariciando mi mejilla.

Sin despegar sus ojos de los míos junto nuestros labios en un potente beso que me obligó a rodear sus hombros con mi mano derecha enterrada entre sus hebras negras. No deseaba que este momento terminase nunca, pero como el destino siempre suele tener otros planes diferentes, mi querido primo apareció en la habitación sin llamar.

  • Alex, Will, voy a ir a la hamburguesería a cenar con unos compañeros queréis venir. – propuso asomándose por la puerta del baño alzando las cejas de forma insinuante.
  • Mire al moreno de gafas y de ojos marrones.
  • Preferiría ir otro día aún no me encuentro del todo bien. – explico Will sin despegar sus ojos de los míos.
  • Yo me quedo también en casa tengo ganas de ver una película y hoy tendré todo el sofá para mí solita. – decline su oferte con una sonrisa.
  • Está bien pues me marcho no vuelvo hasta mañana por la tarde, voy a hablar la 15/8 con uno de mis compañeros de clases. – me comento sonriendo de lado.
  • Si claro sobre todo eso, pásatelo bien. – le chille con una sonrisa.
  • Hoy tendremos la casa para nosotros solos, eso suena a una casi cita. – menciono Will sonriendo de forma seductora.
  • Hasta el domingo por la tarde sí. – le comenté graciosa.




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