PV Will
Me despierto al sentir movimiento a mí alrededor. Me quedo con los ojos cerrados escuchando mi entorno, percibiendo unos delicados movimientos a mi lado derecho que acercaba despacio a mi cuerpo. Una sonrisa se me escapo al sentir sus manos lentamente pasar por mi cabello, lentamente abrí los ojos al sentir sus caricias temblar en mi mejilla. Sus hermosos ojos verdes me recibieron con un brillo de alegría y de incredulidad que me estaba inundando el pecho. Su mano temblaba con nerviosismo y miedo a que todo fuera un simple sueño más. Delicadamente deslizo su mano por el tatuaje de talismán que se encontraba en mi hombro. Ese tatuaje me le hice el mismo día que nos casamos y sé que ella tiene el compañero tatuado en el valle situado entremedias de sus perfectos pechos. Llevábamos en nuestro cuerpo tatuado el yin y el yang con la inicial del otro en el centro. Ella llevaba tatuado el Yin y yo llevaba el Yang, las dos mitades de un mismo eje.
En un movimiento ágil me tumbe boca arriba atrayéndola conmigo haciendo que quedara totalmente tumbada encima mía con sus piernas a cada lado de mi cuerpo. Con sensualidad pero con notable nerviosismo e inseguridad, fue sentándose con su trasero encima de mi apéndice acariciando mi torso con sus radiantes ojos fijos en los míos. Cuantas veces abres soñado con esta misma escena despertando deprimido por que no fuera realidad.
Delicadamente fui explorando su cuerpo con mis manos descubriendo los límites que actualmente podría sobrepasar y cuáles no. El ritmo de nuestro encuentro estaba siendo marcado por ella y solo por ella. Yo solo me guiaba por lo que su piel bajo mi tacto me indicaba. Algunos me dirían que iba tan lento que ella no podría sentirme, pero yo no lo veía de esa forma solo estaba recuperando el tiempo que un indeseable me había robado.
Con notable deseo ella empezó a explorar mi cuerpo bajando con sensualidad hasta llegar a mi apéndice y mimarlo como si se tratase de la criatura más delicada que habite en la faz de la tierra. Mientras con una mano danzaba en mi amigo la otra bajaba sus pantis hasta conseguir sacarlas de donde se encontraba. Mientras que acariciaba, besaba, chupaba y succionaba mi miembro al mismo tiempo que con su propia mano se acariciaba su vulva arrancándose gemidos de placer.
Rápidamente cambie nuestras posiciones y fui descendiendo por su cuerpo deteniéndome en los lugares clave. Con una de mis manos mime su intimidad mientras que con la otra prestaba atención a uno de sus pechos mientras que con mi boca prestaba atención al otro. Después de chupar, absorber y mordisquear sus pezones de arrancarle gemidos de placer, relamí profundamente su ombligo mientras mi mano danzaba en su vagina haciéndola gritar del placer. Seguí mi paseo hasta llevar mi lengua a los pliegues de su sexo chupe y succione hasta que la hice llegar a su orgasmo.
Dicho y hecho. Lleve mis labios hasta los suyos devorando su boca mientras entraba lentamente en su interior sintiendo la humedad de su interior volviéndome loco. El éxtasis de volver a sentirnos nos envolvió en una danza magistral que nuestra atención estaba en lo que estábamos sintiendo. Cinco años separados de mi talismán fueron suficientes para volverme loco y hacer que deseara grabarme su piel en mi cuerpo.