Musica Ligera

CAPÍTULO 2  .ANTES DE LA CAÍDA.

 


 

La creación, vida y muerte de cualquier ser vivo me pareció sublime. Estuve presente al dotarse de la chispa de la vida a mil especies en otros planos. Mi padre nos regaló esos acontecimientos y a todos  nos mandó a una tarea, esas tareas eran minuciosas, sin embargo la formación era solo  un soplido de instrucciones, apenas eso nos brindaron, conforme a eso erigimos nuestra sociedad siempre escuchando a Itzamná, la elegida para poder hablar con el creador.

Mi existencia se basaba en seguir cualquier exigencia de nuestro autor, era prioritario para todos nosotros. Se hacía en tanto se pronunciase. 

Mi nombre es Eurus, uno de los cuatro Anemoi. Me formé con mis hermanos de faena en el arte de los vientos, aires, brisas. Empleamos nuestro dote de la inteligencia para aleccionarnos en los combates con nuestras respectivas armas priori o primordiales, la cual se nos asignaba  apenas nos modelaban en este plano. La mia es una filosa hoja de empuñadura asentada. 

Austros poseía un báculo el cual usaba para provocar lluvias y tifones, exiguo fue el tiempo que tardo en superarnos en armas, convocaciones, conjuraciones, sellos y  bebedizos.

Aquilón como arma priori utilizaba un orbe con características del caos combinandolo con su gélida personalidad nos provocaba a los demás cierto desasosiego.

Céfiro de adminiculo tenía en su poder una urna de contenido desconocido, solo su portador descifraba lo encerrado en tan mínimo recipiente.

 

Al finalizar la formación, nos distribuyeron en nuestros puestos. Trabajabamos juntos desde nuestro hogar para los planos del cosmos. Es decir, nunca bajabamos a estos para hacernos notar.

El temperamento de cada uno empezó a afectarnos y cuando uno de nuestros hermanos cayó en desgracia y yo bajaba la calidad de mi labor, la hermana Itzamna hizo la excepción de juntarnos a ambos para una nueva tarea.

 

Eso es lo que recuerdo con certeza, esas palabras exactas y esos hechos pues después de la caída, recordar mi hogar me ofuscaba. Para ponerlo en contexto humano; mis recuerdos de esa época son ahora como ruidos de fondo en mi presente.Pero me estoy adelantando, antes de esto quisiera relatar lo que recuerdo antes de la caída.

 

Contaría cosas imprecisas si tratase de ser  explícito  por tal he decidido ser laxo con mi narración.

 

Habitaba en un espacio  sin principio ni fin por describirlo de alguna forma, todo aquello figurativamente nebuloso o vaporoso y alto, era vegetación,  sin característica de sentidos como aroma o color.

Mi designó lo desarrollaba en silencio, representaba el papel impuesto.

Mi hermano Moran,  impasible miraba a la cascada, contenía  imágenes nítidas de dos almas avejentadas,un par de ancianos humanos, la especie predilecta de Moran. Estos yacían apostados  cuando discípulos del hermano Ah Puch aparecieron a  reclamar su  etérea existencia en cuanto se avecino sobre esta, se extinguió la llama de su vida.

Moran se impaciento compartiendo  con los presentes un pensamiento inoportuno.

Transmiten un grado espectral de belleza.

Discrepo severamente hermano. El hermano Anturio nuevo en el espacio replicó, sin comprender que era un lapso pasajero de la incongruencia de Moran.

El fin de una efímera existencia, plagada de amor, arrastrándose como lastre por décadas , para llegar al fin cual titilantes luces de un fuego por extinguirse. frágiles pero hermosos.

Mi hermano Anturio perdio el interes antes de finalizar la frase. 

De algún modo la compañía de Moran no  era grata en su totalidad, ni para Anturio ni para nadie.

¿Tu lo ves, Eurus?  el uso de palabras ligeras era peculiar , sin buenos términos al dirigirse a mi.

Hermano, sonare agraviantemente ignorante; el término de belleza implicado no lo encuentro, si por ello te refieres a ver.  Conteste. 

Como rápida plaga una enfermedad mortal afecta a nuestra hermandad. Aseguró Morán,  su tono insulso produjo  gravedad, evidentemente alarmado  el hermano Anturio se incomodo.

Si, aquellos mutilados del corazón sin duda no saben que es hermoso, ellos se enferman muriendo al instante. Continuo sin mesura Moran.

Sin aviso previo el hermano Anturio extendió ambas extremidades encaminado al Colosio, ensu mente se escuchaba como pediría un cambio de utilidad inmediato.

Quede a cargo de la vigilia, me coloque al borde de la cascada de imágenes todas eran vidas aconteciendo en su momento y lugar, mi tarea consistía en segundo plano, no tenía contacto directo con las almas. Hacíamos búsqueda  en la calidad del alma no de sus vidas, no recuerdos, en específico tomábamos un gramaje por peso, cada acción definida si nutria su alma o la degradaba. Tomabamos la decisión del lugar para mandarlos a planos diferentes. 

A la cuenca vacía del fondo se les daría lo necesario, purificandola.

A los ríos colaterales yuxtapuestos para un retorno en otra forma.

Menor número de almas cruzaba invertida a la sima para ser eterna.




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