Musica Ligera

CAPÍTULO 5. INDAGACION EN SOLITARIO

 

 

Claramente no tenía el control de absolutamente nada. 

La noche en que me llevé a la niña lo marcaba el compendio, este me sugirió llevarla donde los hombres no vieran, aunado a esto también definió a  un tragaformas en el lugar.

Cuando la lleve al bosque, intente asesinarla dormida, así ella no sufriría pero el compendio aconsejo  la opción desagradable. Con un objeto generarle un traumatismo craneoencefálico.

Era lo de menos puesto que la odiaba, en cuanto despertara seguramente trataría de asesinarme, esa horrenda criatura lo haría estaba seguro.Sentí el valor, la fuerza aunada al coraje de castigar a la infame humana al raptarla de su comunidad.

Pero como dije, todo en este plano se salía de mi control, los seres vivos por naturaleza ruegan por su vida llegando esta a su conclusión, generalmente a su deidad o imploran piedad a sus asesinos. No quise dejarme influenciar por las súplicas de la humana arremeti en contra de ella, la golpeé fuertemente y mi improvisada arma se partio en varios fragmentos.

Asombrado por tal hecho volví a esperar a que despertara, comenzaba a extinguirse un poco mi furia, la remplazaba cierta intriga. 

Desorientada  después de despertar se metió en mi mente y conversamos, justo cuando mi resolución volvia a mi  ella se escapo de mi contención.

Esa acción me dejó pasmado el suficiente tiempo para que nudos ciegos trataran de hacerse con ella.

Esas criaturas eran recipientes de almas  que no querían marchar de este plano y al no tener cuerpo donde habitar, infestaban los árboles secos y se tornaban maliciosos en cuanto decidían no irse.

Libere a unos cuantos, pero sus chillidos cargaron de pena mi conciencia y solo mutile a un par enfrente de la misión, ya entrado en el flujo y habiendo sacado mi arma priori  me concentré, le doleria unos minutos, solo la mataría con mi espada.

Ataque estuve  seguro de ello pero su grito resonó en estos oídos problemáticos así pues cerré los ojos también, consciente o inconsciente no lance el golpe de manera fatal, me faltó temple. Se iría un par de centímetros desviada del centro.

Fue la primera ocasión  donde sentí estar a punto de cometer un crimen, fue virulento el sentimiento al posar la punta su piel, tanta que ya no estaba poniendo ni un gramo de fuerza. Mi complemento armado se agitó demandandome la necesidad de acabar con mi tarea , a ella no le importaba ser usada para eso.

Esperaba ver el resplandor blanquecino de nuevo  confirmandome lo definitivamente peligrosa de su persona si ningún arma podía tocarle para apagar su vida. No ocurrió esta vez la espada alcanzó a incrustarse dos centímetros, mi arma se regodeo de sangre de la tarea me exigió colocar ímpetu en mi agarre pues ella no ejercería el trabajo completo. Desisti de inmediato, al salir la humana estaba tirada a mis pies completamente sometida.

Invoque a la contención más fuerte que este cuerpo podía invocar, espere a su despertar  de nuevo , convertido en un puñado de emociones, de nuevo.

Esta ocasión trate de dominar la parte del hablaba con la víctima para mi propia cordura pero me fue imposible, la chica negociaba con interludios de firmeza encontrando entre sus cejas la expresión de enojo, en otros intentos la debilidad  abatía  sus labios creaban unos surcos de desesperación. Mi conocimiento de reconocimiento facial en los humanos se basaba en ella, admitiré que era atrayente para mi cerebro reconocer características de expresiones,  eso me incitaba la sensación experimentada a mi llegada a este plano, me distraía con la desenvoltura del inicio en sus facciones. La conversación se hizo tensa y pesada a cada palabra, de esta oportunidad para asesinarla encontré a la niña era terca, valiente, inteligente, rotundamente emocional dejándose moldear por sus sentimientos en la discusión amarrada debajo de un árbol la niña de cabellos sedosos, ojos verdes con sutiles notas doradas padeció con su voz delicada y armónica un ataque de congoja, a cualquier humano, caminante, hermano o tragaformas hubiera tomado desprevenido. Combatió inútilmente contra los eslabones de mi contención, escuche con claridad la ruptura de su piel con esos movimientos.

-¡DEJAME IR!- Exclamaba sin reparo.

Físicamente subió de intensidad mi molestia contra absolutamente todo. Su llanto me erizó los vellos del brazo y la nuca algo insospechado, acabe de rodillas con su inútil cuerpo a unos centímetros de mí, su calor me llegaba a varadas impidiendome respirar este insalubre aire. 

Detestable humana era ella la encarnación del mal, afligiría a toda creatura por igual de verla y escucharla pidiendo clemencia. por eso necesite pedirle de manera nada moderada dejara de hacer esos sonidos pesados y desagradables.Su impaciente acto me hizo ver su miedo profundo a la muerte y estaba dispuesta a luchar seguramente hasta romperse cada hueso por lograr su libertad.

No obstante mi deber era asegurarme de eliminarla. 

“Promete cavilaras tus acciones”

Moran, una y otra vez me repetia lo mismo e instantáneamente libere a la humana , no solo por la promesa que le hice sino por que era verdad no era correcto enjuiciar a un alma inocente provisionalmente a una muerte por acciones sin efectuar. 

Me decidí  investigar el tema, asi no perderia de vista a la misión y si me lo parecía me creía capaz de dejarla herida de semigravedad para que no escapara. Debía averiguar que mezcla de especies podría ser.




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