Musica Ligera

CAPÍTULO 10. TRANSICIÓN DE LOS CAMINANTES

 

 

Era todo un espectáculo más allá de lo que dejaba ver la nebulosa neblina, en las ilustraciones de la escuela los castillos eran construcciones impresionantes y algo místicas pero nunca pude ver uno con ojos propios no uno real con sus enredaderas verdes trepando los muros de piedra colándose las ramitas y la neblina por las ventanas que eran  agujeros en medio de torres altas, el empedrado del suelo se veía cuidado con precisión al caminar por el me dio un escalofrios, la temperatura era baja . En qué otro sitio sino fuera de un continente se podría encontrar algo como esto. Por eso el gobierno nos controlaba de esa forma, impermisible para ellos si la población conocía las criaturas, paisajes, las construcciones detrás de sus fronteras. Es otro mundo detrás del mundo. Rico en todo cosas asombrosas como este castillo y entiendo por que ningun humano sobreviviría si saliese del continente. Así como asombroso era aterrador y peligroso. 

-Aun soy inexperto en emociones humanas ¿Que significa la expresión que haces ahora? - Eurus murmuró antes de detenernos en un portón inmenso de madera alrededor de este en los ladrillos habían dibujos muy raros como los que me enseñó Axis.

-¿Como?- pregunte por que no le estaba prestando atención.

-Tu expresión es similar a cuando te hice flotar.

Se veía confuso y expectante a una respuesta.

-Estoy sorprendida y curiosa. No pensé que este tipo de edificios aun existieran.

-Los humanos se recluyeron a todo esto y lo dejaron en la fantasía.

-Si, que tontos somos- murmure

-Son- puntualizo y sus ojos rojizos adoptaron la hermeticidad del planeta.

Tal vez.

¿Que tipo de creaturas existían aquí?

Los describió como vampiros y ahí mi imaginación tenía referencias de libros, películas, series ya viejas.

Cabello cano, dientes filosos, piel cetrina. Algunas historias los pintaban mortíferos asesinos y otros como mortíferos asesinos medio benévolos.

Ya había experimentado estar cerca de los hiut, traga formas, un celestial y los niños arbol. 

Todos fueron aterradores a su manera, estos no me defraudarán.

¿Podría  pertenecer a ellos?

-¿Entonces ellos son de los buenos?- pregunté apretando y liberando mi mano nerviosa.

Negó con la cabeza con la vista puesta en los símbolos del portón

Pase saliva ruidosamente.

-No todo es negro o blanco los matices grises habitan en cada creado. 

-Aja... me referia a si crees que nos ayudaran.

-Se ven obligados a darme respuestas si es de ayuda o no lo evaluaremos. 

-¿Por qué te deben respuestas?

-En mi base de datos no lo tengo definidamente registrado, más parece que mi hermandad les prestó ayuda en su lucha por territorio.

Súbitamente  recordó algo, me vio de reojo y como me llevaba una mano a la boca para pellizcarme el labio, la apartó con un movimiento rápido- No se te ocurra sangrar dentro de sus terrenos y no te quedes viendo a sus ojos más de cinco segundos.

No sangres  junto a unos vampiros ¡claro! Hice las manos en puños para no caer en la tentación.

-¿Por qué? ¿Hipnotizan?- me burlé y la sonrisa desapareció cuando asintió ligeramente.

-Si eres de su especie tardarían un rato pero lo lograran, sin embargo no me arriesgare a que te hagan hacer una estupidez.

-¿A ti no pueden hipnotizarte?- pregunte curiosa

-Si pero no tan fácilmente.

Carraspe para serenarme, dejé de apretar mis manos en puños y se oyeron gruñidos de unas cadenas muy pesadas del lado del castillo.

-¡No hables mucho!- soltó como advertencia final.

No me dio tiempo de replicar eso por que la enorme puerta de madera se abrió de golpe y por el camino empedrado surgió una sombra alta y delgada vestido con ropa negra y color plata con un sobretodo. Su paso era elegante casi tanto como el de Eurus, su cabello cortado al raz dejaba ver sus orejas  largas, el doble que una persona y puntiagudas, se le plegaban al cráneo tenían un tono azul en el nacimiento y al aproximarse al borde se ponian violetas. El nerviosismo me hizo fijarme lo más posible en su cara. Ovalada sus ojos eran grandes y amarillentos, el tono de su piel era clara pero la textura era realmente rara las venas del cuello se marcaban dibujando un laberinto por toda su piel resaltandola macabra y uniforme su boca era ancha sus labios estaban abultados al hablar se le agrietaron.

-¡Mi señor!- dijo ceremoniosamente.

 Encontre devoción en ese saludo. Sonaba como sonaría un súbdito alegre y ansioso de ver a su superior con una pasión algo indecorosa. A eso le acompañó una reverencia.

La reacción de Eurus fue estoica, no le siguió con la mirada mientras esa criatura se arrodillaba.

Pensé que esa actitud de servientalismo era a lo que estaba acostumbrado y le complaceria ver a alguien  tratarle como superior.

Estaba loco de remate si pensaba que yo podría tener parentesco con esos vampiros. Todo su ser gritaba¡ anti natural!

-¡Mi señor!- repitió el caminante luego de la tercera reverencia se levantó.- Me encomendaron guiarlo por nuestra humilde residencia.

Con una seca cabezada Eurus siguió al caminante.

Tal parecía que no podía afrontar bien nunca el hecho de ver a una nueva especie de este mundo. No decepciono si me dio miedo a pesar de que no me miró ni una vez y lo agradecí aun asi empece a temblar quedito. Infle mis pulmones con valentia y les seguí la marcha.

De humilde este lugar no tenía nada, por dentro había esculturas de mármol pulido largas filas de armaduras entre los pasillos, entramos a un plaza con una fuente que juraría tenía piedras preciosas incrustadas en la base a su alrededor habían rosales con las flores mas perfectas del mundo,  de la fuente no brotaba el  agua pero se veía mojada.

-Dispusimos de nuestros medios para su comodidad mi señor- murmuró el guia.




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