Era un dia extraño como cualquiera de esta semana, estabamos alistandonos para salir en busca del objetivo.
Axis me miraba excesivamente como acostumbraba cuando me estaba saliendo de mis cabales. Y es que todo en mi vida se estaba desmoronando, apenas si podía pasar un minuto de mi existencia sin ver su cara cuando saltó de la azotea a las fauces de ese maldito celestial.
-Ya colocaste el cartucho tres veces- me aviso Axis cubriéndome de la llegada de la Teniente Monett,ella gritaba a sus tropas.
Deje el cartucho a un lado, salí a tropel a hablarle.
-Teniente, me honra con su comando- hice el gesto militar obligatorio.
-Dispondremos de todas las tropas Capitán, espero no molestarlo- contestó con amabilidad.
Si me molestaba, se estaba metiendo de lleno en mi clan y en mis órdenes pero la había mandado el Supremo no me podía meter en esa decisión.
-Nunca Teniente, en señal de buena fe me presto voluntario para estar en el primer escuadrón.
-Así será, tu General irá contigo- aseveró, siempre me restregaba a su hija en cuanto tenía la posibilidad aun esperaba que cuando yo ascendiera la hiciera mi Teniente, degradando a Axis- Tu Teniente se colora en el segundo escuadrón.
Dio la vuelta y gritoneo a unos cabos.
Regresé donde mi arma, en ese parpadeo momentáneo, los ojos verdes y dorados me apuñalaron el corazón de nuevo.
-¿Por qué estar en el primer escuadrón?- ávido pregunto Axis.
-Le doy a entender que estoy arrepentido por la fuga del espécimen y al tiempo me asegurare de que no resulte herida- susurré haciendo esfuerzo por no sonar impotente.
-No te pongas en una situación de la que no puedas salir- Me aconsejo poniendo su mirada fija en mi.
-No comprendo
-Si estás al frente y ella al tiro de tu bala ¿Que harás?- vio cómo me estremecí micrometricamente pero continuo- las órdenes son derribar pero no matar al objetivo, no serás capaz de hacerlo y las sospechas iniciaran.
El Teniente era mi soldado más fiel y aguerrido a tener su posición bien cubierta, como mi segundo me proporcionaba unos consejos siempre bien estudiados.
-Buscaré no entrar en esa posición- Termine la conversación tensa con un saludo de protocolo y salí de la habitación, subiéndome a los tanques de ataque.
Ailee conducía el convoy, completamente transformada para la misión, de su figura humana solo quedaba el cabello rubio.
-¿Por que el supremo no viene a la misión con nosotros?
Le miré de refilón, su padre era Mayor del Supremo y murió en la caza del caso 3.0 a manos de los subordinados del reino Carulad, solo su madre sobrevivió y mi odioso padre.
Se le miraba que no quería ir alli, a pesar de ser mi tercera era muy extraña, se tomaba conmigo actitudes impropias de colegas, hablaba informalmente conmigo y era muy emocional, comprendía que esa era su forma de ser y no la juzgaba por ello, sin embargo en las confrontaciones con los asesinos de su padre la encontraba temerosa y eso no lo entendía. Ella debería tener una actitud de odio no de miedo, debería querer asesinar hasta el último de ellos, estar a mi lado rugiendo por justicia como yo quería hacerlo desde hace años por ser ellos quienes asestaron el golpe final a mi madre pero estaba ante una tragaformas plenamente calificada queriendo esconderse detrás del supremo.
-Marchó al desierto- dije lo que me habían dicho.
-Tendría que estar con nosotros, los caminantes nos superan en número.
- El pacto no permitira un conflicto y si se desata una batalla triunfaremos, cueste lo que cueste.
Trataba de decirle que no se preocupara pero obviamente tuvo el efecto contrario, sus garras afianzaron el volante toscamente.
No tenía espacio en mi cabeza para ella ahora mismo.
Avanzando en el camino a velocidades enormes, me concentré en el aspecto de mi mejor amiga en los brazos del idiota que me la quito.
Yo había hecho y deshecho todo para sacarla al dia siguiente del cuartel, se iría un tiempo para no ser localizada por nadie, no creí que me creyera con tanta facilidad.
¿Como pudo desconfiar así de mi?
Debí darle una pista mayor pero con todo el mundo buscándola no me atreví, le di falsas huellas del monstruo que nunca quise ser, no le enseñe nada de mi buena voluntad y es que cuando la vi sanando fácilmente, la mente se me nublo, la mujer que estaba idealizada a base de fuego en mi cabeza, esa humana tan hermosa que me seguía con sus hoyuelos en la cabeza de dia y noche estaba siendo transformada. Temí que mi padre la hubiera cambiado de alguna forma, pues él manchaba todo lo que me importaba, la música, el piano, el ave que cuidaba, mi clan, mis estudios. Me horrorice pensar que la podía empañar a ella con su salvajismo y carcomido odio, solo por querer enseñarme una lección.
La lección de no dejarme envolver por los humanos y sus volubles mentes.
Después de tranquilizarme no quise verla, me daba miedo de que al mirar su cara me diera un acceso de odio de nuevo. Recordé como Axis vino a pedirme que fuera a verla.
-Pidió verte.
-No- rezongue, fingiendo que examinaba unos papeles
-Si me lo permite le quiero expresar mi sincera opinion de ella- dijo formal quedándose en la posición de atentos.
Me intrigo, pocas veces Axis era sincero, el meticulosamente mediaba sus palabras.
Asenti.
-Esa chica tiene una personalidad fuerte, es memorable al hablar e inteligente, pero sobre todo se me figura una buena persona.
Al acabar, empecé a divisar a Axis con perspectiva diferente, era obvio que él se merecía este puesto y lo ascendería si existiera otro rango para darle. Es de las pocas cosas en las que mi padre había metido su cuchara y había salido perfecto para mi.
-Lo es
-Pues bien, no la conozco como usted pero no la veo bien desde que están conflictuados.
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aventuras magicas, personajes con poderes sobrenaturales, persecuciones drama y romance
Editado: 29.09.2020