Musica Ligera

EPÍLOGO. LA TONADA AFLIGIDA.

 

 

En el edificio principal todo era caos, los efectos de las pastillas para el dolor desaparecian, me dolía la cabeza y el brazo derecho hasta el pecho. Maldito celestial con fuerza para esto.

-Capitán- dijo alguien que no reconocí.

-Los perdí- comunique con voz audible apenas.

-Todos los perdimos, nadie recuerda quién es ni cómo era- masculló una mujer de cabello rubio que aguantaba casi todo mi peso. -Hizo un trato con el ente, la vidente perdió el rastro del objetivo, no puede ubicar ni al cazador que hizo esta carnicería.

Miraba de un lado a otro, encontrando restos de cadáveres de muchas razas. 

-El supremo..- me aventure a iniciar pero no pude finalizar.

-En mejoría constante, las muestras de sangre que colectó el personal del clan Ai le proporcionaron al Supremo la sanación persistente. 

Asentí, con unos puntos negros en mi vista.

-¿Cuántos soldados?

Estabamos pasando en la enfermería, caoticos tragaformas iban y venían cargados de botellas, unos gritaban , otros con garras temblorosas ayudaban a los que tenían manos llenas.

-¡Capitan!- exclamó Axis antes de que la Teniente Monette respondiera.

Axis corrió a mi posición como una exhalación.

-Estoy bien- mentí

Me dejaron caminar a la camilla.

-¿Ailee?- Preguntaba el Teniente visiblemente fuera de control, jalando un carro rojo rebuscando en las gavetas.

-Estoy bien Axis, necesito que te tranquilices y que me lleves a la sala de juntas en cuanto despierte- le avise tironeando de su ropa, sentia como me desmayaria en segundos.

Asintió torpemente, puse la cabeza en la almohada y quede inconsciente.

Soñe el momento cuando subía por las escaleras lleno de rabia por la muerte de Lily no tenía nada en claro, solo llegar a mi padre y hacer algo, gritarle, golpearlo o solo quedarme paralizado. Al verlo me gritó que le lanzara mi arma fragata. La suya en forma de espada estaba abajo  manchada de la sangre de mi amiga. Eran armas completamente diferentes a las demás, adquirian la forma de lo que se te diera mejor, en mi caso una pistola. Nadie excepto padres y primogénito la podía levantar. Con un solo disparo le atravesó la mano a su enemigo pero este en su colérico acto la desdeño como si fuera nada, al ver a mi padre tan indefenso mi cuerpo actuó por su cuenta, al interponerme entre él y el semi dios experimente una agonía insólita.  

 Al despertar les conté a mis dos personas de mayor confianza el embrollo, solo tuve que mencionar un par de frases y de súbito se acordaron de todo. Ellos a su vez me explicaron como mi brazo recupero la normalidad. Ailee tenía almacenados 5 tubos de ensayo con la sangre de Lily, Ocupo medio en el Supremo, y los demás los distribuyó en los más afectados por Eurus y Moran, a mi me tocaron dos mililitros pero mi cuerpo de algún modo fue el más rápido en recuperarse, incluso más rápido que el de mi padre.

Eso me dejo estático y dubitativo, pero no había tiempo para pensar las cosas a detalle, nos llamaron a una junta urgente de Capitanes y Tenientes.

La sala se lleno, mi padre rengueaba ligeramente, se sentó a la cabeza y todos escuchamos llenos de angustia.

-No una, sino dos veces el espécimen nos burló caballeros. La vidente no divisa nada, el ente de esta tierra la resguardo junto con sus asquerosos cómplices- Odio, tenia un odio plausiblemente más grande que el mío ahora mismo. Le veía la quijada cuadrada, el cabello sin imperfecciones, los gestos de repudio. Ahora entendía por qué.  

Nos transmitió esa brutalidad a cada uno con la simple mirada, todos medio bajamos la cabeza.

-Sin embargo, los conjuros, bebedizos, artes místicas o magia no son eternos. Volverán a aparecer y cuando ocurra no permitiré más fallas. Fusilaré a cualquiera que tuviera una mínima posibilidad de traérmela y no lo hubiera hecho.- rugió poderosamente.

Todos salieron.

-Capitan Ueda y Teniente Axis.

Tragué saliva y me volví firme para enfrentarlo.

Le daba vueltas a un anillo en forma de tornillo que siempre cargaba, al fijarme en este hecho me encolerice, sus manos toscas y grandes habían tomado la misma espada que colgaba de su cinto ahora mismo y con ella había intentado asesinar a mi Lily. 

Nos miramos y en esta ocasión no me deje golpear por su intimidación.

Leyéndome el pensamiento por medio de mis ojos, sacó la espada larga y fina. Axis se había movido imperceptiblemente para dejarme un centímetro atrás de su hombro.

El supremo se levantó sin rigidez y avanzó sin parpadear, incandome su vilipetinosa mirada.

-Lo recuerdo- habló lentamente, forzando sus labios abrirse- La espada, perforando su asqueroso cuerpo.

Contuve el aliento, mi mirada se hizo feroz como la de él.

-Debe venir a mí de nuevo, y esta vez nadie la podrá defender- amenazó fríamente.

-¿Recuerda como es ?- mi voz era estable ayudada por la furia de mis recuerdos.

-No, pero lo haré y cuando la traigas ante mi, esta vez te dejare que compartas la venganza a mi lado.

Confundió mi filoso y amenazador rugido que se me escapó en complicidad con sus palabras, me dedico la primera sonrisa que no hacía en décadas, se guardó la espada y salió de la sala al cerrarse la puerta apoye las garras en la mesa. 

Me sentía enojado con todos.

-Encontraremos la forma de que no la recuerde- dijo quedamente Axis.

Pocas veces me había encontrado en tal mal estado mental y el único a quien le dejaba ver esto era a mi Teniente, me sentía débil por ello pero el siempre me apoyaba, incluso cuando hablaba de traición contra mi padre.

-Los odio a todos Axis, a Eurus por raptarla y tratar de asesinar a mi padre - mi voz se entrecortaba- Al supremo por tratar de matarla, a mi mejor amiga por ser hija de esa abominación que le quitó la vida a Mone y tambien odio a Mone por arrancarle la vida a la madre de Lily. 




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