Ya han pasado 4 meses desde que todo comenzó, he estado conduciendo sin rumbo alguno, cada vez que me he encontrado con algún infectado intento evitar enfrentármele, he tenido que crecer rápidamente en este nuevo mundo, todo se ha vuelto más cruel, hace unos meses después de haberme ido encontré la granja de mis abuelos, solo que esta estaba abandonada, no había señales de mis familia o siquiera de que habían conseguido llegar a ella, lo único que me había encontrado fue con los cadáveres de mis abuelos acostados en su recamara, se habían tomado un coctel de pastillas para morir mientras dormían, por el cariño que les tuve decidí cavarles una tumba bajo el árbol donde muchas veces los veía sentarse a descansar y disfrutar de la compañía del otro. No consideraba que fuera buena idea quedarme allí, ya que esta estaba demasiado expuesta y más que temerle a los infectados había comenzado a temerle a las personas, por ello monte unas materas en el techo de humvee, en cualquier momento se me acabaría la comida enlatada, al menos así sabía que dentro de un tiempo también tendría mi propia comida, también había encontrado el arco de mis abuelos con bastantes flechas para cazar.
Estaba llegando cerca de un pueblo, necesitaba abastecerme de gasolina, al bajar cerca de la estación de servicio escuche unos quejidos de alguien desesperado, no estaban cerca pero eran lo suficientemente audibles, guarde todo y me acerque un poco a ver, vi a una mujer acompañada de una niña quizá de unos 8 años, estaban recogiendo latas de comida del piso ya que se les había volcado el carrito de supermercado donde de seguro las llevaban, vi que no hubieran infectados a la redonda, no había nadie más solo nosotros por lo tanto salí de mi escondite.
- ¿Necesitan ayuda? -
La dos se me quedaron viendo con cierto desconcierto y temor por parte de la mujer.
-Por favor no nos haga daño, somos solo mi hija y yo, si quiere la comida puede tomarla-
Su voz sonaba terriblemente entrecortada producto del miedo.
-Descuide no les hare daño, solo veía si necesitaban ayuda-
- ¿Enserio no nos vas a hacer nada? -
-No señora-
-Gracias eres un alma de Dios-
La mujer se acomodó un poco en el piso sentándose sobre unos escombros, pude notar que una de sus piernas estaba cubierta por un arnés lo más probables es que hubiera sufrido algún accidente hace unos años y no se hubiera podido recuperar; levanté el carro mientras la niña y yo nos poníamos a recoger comida.
- ¿Como te llamas amor? -
-Ángel -
- ¿Ángel?, Que nombre tan bello, te queda perfecto, enserio eres un ángel caído del cielo, yo soy Stella y esta pequeña es mi hermosa hija Caisy, dime Ángel ¿Estas solo o te acompaña tu familia? -
-Desgraciadamente mi familia y yo nos tuvimos que separar, pero espero encontrarme pronto con ellos-
Me di la vuelta para terminar de recoger las ultimas latas que habían en el piso, en ese momento la niña se agacho de cuclillas y puso su mano sobre la mía mientras su cabecita en signo de negación, pude ver el dolor en sus ojos, como si supiera algo, en ese momento lo comprendí, había sido muy estúpido, una de las pocas reglas que me había puesto para sobrevivir era no ayudar a extraños a diestra y siniestra, pero mi humanidad aún era fuerte, sin embargo, nada de esto intereso, tan pronto me gire vi a un hombre que no sabía de donde había salido y luego todo se volvió oscuridad con el fuerte golpe que me propino en la cabeza con la culata de un rifle.
Mi cabeza dolía horrores, solo podría repetir una y otra vez la última escena que había visto, sentía el cuerpo horriblemente entumecido y cuando abrí los ojos vi la razón, mi cuerpo estaba colgado de unas cadenas.
- ¿Pero qué demonios? -
-Oh Ángel eres un alma de Dios-
La mujer que había intentado ayudar en la calle apareció frente a mi junto a otros hombres, entre ese el que me había noqueado, todos burlándose de la manera más altanera que podían.
-Vamos corazoncito, ríete-
Yo simplemente me limite a escupirle en el rostro a la maldita bruja.
-Este mocoso, dame eso, a ver si esto te enseña algo de respeto-
La mujer tomo una barra y luego acerco su punta a mí, tan pronto esta estuvo en contacto con mi piel una serie de corrientazos eléctricos comenzaron a recorrer todo mi cuerpo.
-Vamos por qué no intentas otra vez niño idiota-
Mi cuerpo no reaccionaba, me sentía agotado.
-Muy bien bájenlo y llévenselo con el resto.
Los hombres me descolgaron del techo y luego me llevaron por un amplio pasillo, pude ver que a un costado había varios niños sentados en el piso, entre esos la niña que había estado con la mujer, ella me dedico una mirada de disculpa pero viendo que estaba con más niños lo más probable es que los usaran para engañar a sobrevivientes ingenuos como yo, después de allí pasamos a una habitación enorme, parecía una bóveda, pero aún no entendía de qué, el lugar se encontraba lleno de jaulas con personas mayores, se acercaron a una y quitaron la electricidad que conectaba a los barrotes y evitaba que se acercaran a ellos, abrieron la puerta y me lanzaron al interior del lugar, las personas comenzaron a susurrar al verme.
Editado: 14.02.2021