Ocaso sin fin

Por fin el gran día había llegado, por fin subiría a la superficie, Cacia había conseguido ver a Caisy después de tanto tiempo, estaba algo pálida pero por lo visto el tratamiento a base de nosotros había estado surtiendo efecto, nuestro pelo estaba comenzando ya a creer nuevamente, ya estábamos un poco mejor, nuestros cuerpos efectivamente habían sanado de forma extraordinaria, aunque aún habían noches en las que me levantaba y sintiendo como algo se movía bajo mi piel, era una sensación tan extraña que hacía que no me sintiera tan humano después de lo que nos habían hecho.

-Sujeto 45 ¿Estás listo? -

Terminé de arreglar las ropas que se me habían entregado, ya por fin había dejado de usar aquellas ropas blancas.

-Sí, enseguida salgo-

Miré por última vez a mí reflejo en el espejo, aún no creía que estuviera con esta gente después de todo lo que nos habían hecho, sin embargo, necesitaba sobrevivir y esta era una buena manera, de igual manera ya que teníamos un poco más de libertad continúe haciendo mis planos del lugar, buscando posibles salidas, aunque había lugares a los que solo pocas personas tenían acceso.

Escuché el ascensor por fin llegar a nuestro piso y entramos, iba juntó a doctor con varios soldados.

-Toma deberás usar eso-

Me tendió una máscara para el gas.

- ¿Porqué? -

-Pronto lo verás- 

Vi que al igual que yo el resto también traía puesta una máscara de gas así que hice lo que me dijo, observé la pantalla del ascensor cuando por fin llegamos a la superficie, habíamos recorrido 20 pisos, las puertas se abrieron, estamos aún dentro del edificio principal del campamento, el lugar estaba algo desolado, todos se veía extraño, se veía un tanto oscuro y con una capa de polvo flotando en el aire, nos encaminamos a la salida y quedé sin aliento de lo que estaba observando, el cielo tenía un tono anaranjado como jamás lo había visto antes, en suelo estaba cubierto con una capa de ceniza blanquecina que caía cómo si fueran copos de nieve, el aire que soplaba era árido seco y caliente.

- ¿Qué demonios pasó? -

Me aleje un poco más de la entrada, esto no era lo que esperaba ver, a lo lejos podía notar que el muro que habíamos levantado en manera ahora era uno de cemento.

-Hace unos días un grupo de sobrevivientes intentaron adueñarse de una central eléctrica, pero lo que hicieron fue llamar la atención de los mutos quiénes no lo dudaron y les cayeron como moscas, hubo una explosión y como ahora no hay bomberos que combaten los incendios muchas hectáreas de bosques se vieron afectadas, eso está causando esto, ¡Bienvenido al fin del mundo Ángel! -

Tenía ganas de llorar esto no era lo que yo quería ver, quería ver el sol, sentir una fresca brisa no esto.

- ¿Puedo traer alguna de mis cosas? -

-Acá con lo máximo que vas a entrar sería con un cuaderno, no creas que te vamos a dejar entrar con nada más-

-Muy bien-

Esa frase me pareció demasiado rara, fui rápidamente dónde estaba mi auto, todos los carros estaban allí, cubiertos por una capa de ceniza y polvo, lo revise y vi que no habían revisado nada, mis armas y mis objetos personales estaban en orden, pero la mayoría de comida que nos quedaba estaba ya en mal estado, algo en mí temía que estas personas vinieran a revisar todo y que encontrará mis objetos, necesitaba esconderlos, salí de mi auto y comencé a buscar un buen escondite y allí vi unos ductos de ventilación, me acerque a ellos y quité la tapa, el túnel el bastante grande por ello tome las bolsas de las armas y los morrales de Cacia y Caisy y los acomode todos allí asegurándome de dejar todo en orden; cómo solo me dejarían entrar un cuaderno tomé uno de ellos y mis lapiceros, luego de allí me dirigí a los dormitorios, había dejado el collar de Caisy allí; una vez entré al lugar busqué la cama dónde nos habíamos quedado y allí efectivamente aún estaba, me quité la máscara e inmediatamente mi nariz fue invadida por ese olor a quemado, sin embargo, lo resistí mientras me ponía el collar para esconderlo dentro de la camisa negra. Una vez dentro con los soldados que habían sido relevados di una última mirada al exterior. 

Les había contado a mis 4 amigos lo que habíamos visto en el exterior, todos acordamos de que escaparíamos, uno a uno comenzaba a vigilar puntos, rondas, cambios de guardias, salidas de emergencia y claro, todo esto mientras éramos sometidos a entrenamiento militar al igual que el resto de los supervivientes, necesitábamos mantener un perfil bajo.

- ¡Ángel reacciona! -

Sentí el golpe de Cacia que me mandó de inmediato a la lona.

- ¿Estas bien? -

-Sí, fue mi culpa perdón, tienes un buen gancho derecho-

- ¿En qué estabas pensando? -

-Estaba pensando en el tiempo que llevamos acá escondidos, aun no conseguimos escapar y aún no hemos podido ver a los supervivientes -

Comencé a evitar uno a uno los puños de mi amiga mientras intentaba asestar uno que otro, sin ningún éxito.

-Tal vez no nos quieren sacar porque aún no eres capaz de defenderte.

- ¿De qué hablas? -