Narra Yeremi
Habíamos conseguido escapar con un poco de suerte de aquel lugar, a pesar de que ya casi estábamos por salir del pueblo aún seguía escuchando los disparos, mire atrás para ver a mi hermano y a Jasón, ambos se veían ya un poco más calmados, Ángel iba en el auto de enfrente guiándonos a donde estaban los demás, luego voltee a ver a nuestra nueva amiga, ella también se veía un poco más relajada.
-Gracias-
Fue lo único que atine a decir en el momento.
- ¿Por qué? -
-Ya sabes por ayudarnos, aunque no tenías que huir, si no hubiera ocurrido eso te habrías quedado en un lugar seguro y con comida, ahora vienes con nosotros a un lugar donde casi no tenemos-
-No tienes por qué agradecerme…-
Sus ojos se cruzaron con los míos, podía ver que ella sabía algo que nadie sabía.
-… antes yo debería agradecerles a ustedes-
- ¿Por qué? -
-Mira por el espejo retrovisor ¿Ves la caja de metal que está sujeta al auto? -
Hice lo que me dijo, y ahí estaba esa cosa, era usado para cargar cosas cuando los autos ya no tenían espacio.
-Sí ¿Y?
-Bueno resulta que el maldito de Dan y sus amigos pensaban irse y dejarnos a todos, los había escuchado hablar varias veces de eso, un día sin que me vieran vi que estaban cargando lo que quedaba de comida en este auto por eso lo robé-
-Espera ¿Me estás diciendo? -
-Sí señores, hay comida-
Mi hermano y Jasón levantaron unas sábanas negras, para encontrarse algo que para nosotros ahora se consideraría oro; mucha comida, mi corazón está un poco más relajado, ahora tenía cosas para mi hija y comida para mi esposa. Después de unos minutos terminamos de llegar al mirador donde todos nos veían con preocupación, pero al ver que bajamos completos corrieron a abrazarnos, sentía una felicidad inmensa, solo un día había pasado y lo había sentido como si hubieran sido siglos.
-Mira quién es, es papá-
Alice llegó con la bebe en brazos, solo pude dejar que mis lágrimas se salieran de mis ojos, todos nos comenzaron a ver y a felicitarnos, inesperadamente fui tomado por las piernas al igual que a Alice, todos nos estaban vitoreando.
-Una hurra por estos padres felices-
- ¡Hurra! -
Pude oír a todos gritando felices.
Narra Ángel
Podía ver como los demás gritaban felices, era interesante ver como lo hacían, ya no me sentía parte de esta familia, habían pasado tantas cosas que ni ya sabía porque me quedaba con ellos, aquella pesadilla en parte había revelado mis más oscuros pensamientos a cerca de todos ellos; todos se querían y era normal, acá el único monstruo soy yo y nunca más lo voy a dejar de ser, deje a todos felicitando a los demás, nadie noto en qué momento fue que deje ese punto, me encamine a mi auto, casi parecía una casa, ya que Ray, Sara y Daniela dormían conmigo, aun no conseguían su propio vehículo, mire por el espejo retrovisor mi rostro, hacía tiempo que no me detenía a verme la cara, quizá porque después de un tiempo verte arreglado en estas situaciones se convierte en algo innecesario, podía notar que me estaba empezando a asomar la barba, luego me fije en mi pelo, estaba mucho más largo de lo que jamás lo había llegado a tener, y ahora que lo veía sentía que en cualquier momento me iba a empezar a molestar y no me quería arriesgar a tener el pelo muy largo y que algún muto me tomara de él y me acertará una mordida al cuello, si quizás si soy inmune pero eso no me retira el hecho de que si puedo sangrar y que pueda contraer alguna infección grave de no atender la herida, abrí mi mochila de cosas, hace mucho que no la abría, la última vez que lo había hecho fue antes de que nos capturarán los doctores; me encontré con mi celular, un cuaderno donde había guardado varias fotos para no olvidar los recuerdos de mi familia, los videos de cuando era niño, una videograbadora, hasta que al fin di con lo que buscaba, la máquina de cortar el pelo y un cargador solar universal, baje del auto y lo puse sobre el techo; hace un tiempo tuve que retirar todas las plantas que había puesto allí, gracias a que por culpa de mis secuestradores todas se habían secado, cruce los dedos esperando que aun funcionara, oprimí el botón de encendido y por unos segundo no oí ningún sonido, quede algo desanimado hasta que por fin oí cómo el aparato encendió, una gran felicidad me invadió; tome una botella de agua y la deje caer sobre mi cabeza, con ayuda de uno de los espejos comencé a quitarme el pelo, pensaba dejarlo bastante corto, aunque era algo difícil, no por lo que estaba haciendo, ya que yo me había cortado el pelo varias veces, el problema era el espejo que estaba usando pues era muy chico; al cabo de unos minutos y varios errores que casi me cuestan un ojo y una parte de la oreja por fin me había cortado el pelo, con lo que restaba de agua me limpie lo que había quedado.
- ¿Hermano te cortaste el pelo? -
-Sí-
-Vaya y yo que me estaba acostumbrando a verte con el pelo largo-
-Boba-
-Hey no vine a insultarte, solo venía a decirte que el almuerzo ya va a estar-
Editado: 14.02.2021