Muto (en corrección)

EL REINO

Aún seguía sin entender bien lo que había pasado en la ciudad anterior, lo último que recordaba perfectamente fue cuando subimos todos al auto mientras escapábamos de las instalaciones, lo demás aún me era confuso, recuerdo varias veces a la gente hablar a mi lado, aunque la verdad mi cerebro no era capaz de captar lo que decían; desde que había despertado nadie era capaz de verme a un a los ojos, por excepción de Ray y Daniela. Según lo que les había dicho el médico las heridas no habían podido cerrar antes por culpa de una infección que había contraído y mi cuerpo ya está estaba agotado de lo sucedido en los laboratorios, aún no podía moverme bien por lo tanto Raymond iba conduciendo; el día estaba fresco, el aire tibio y suave, por primera vez desde que esto había comenzado sentía paz, sentía que no había nada más allá, que podía descansar, que por primera vez dejaría de preocuparme de todo lo que estaba ocurriendo, Sara estaba durmiendo sobre mi regazo; por lo visto no era el único que sentía está tranquilidad, no me importaba nada en este instante, no sabía hasta cuándo sentiría nuevamente está paz, así que aproveche y dejé que mi mente se fuera de mi cansado cuerpo. El canto de una lechuza me hizo despertar, todo había sido cubierto por el oscuro manto de la noche, comencé a buscar la presencia de alguien, pero descubrí que me hallaba solo en el hummvee,  podía ver más allá de la ventana gracias al suave brillo de la luna, todos los auto se encontraban parqueados y por lo que veía parecía que este lugar era donde antes la gente solía venir a hacer salidas de campo y picnics, sin embargo, algo no me daba buena espina, tome una pistola con mi mano menos lesionada, los nervios se comenzaban apoderarse mí, el viento frío y sin vida, los insectos que cantaban una canción trémula y mortal, pronto vi un leve destello, era una fogata, me fui acercando lentamente, aunque sin bajar el arma, aun no dejaba de recordar lo ocurrido en la ciudad anterior.

- ¡¿Cómo que simplemente quieres que ignoremos eso?!-

Ese grito me hizo frenar en seco por un momento, pero decidí seguir avanzando y mientras más lo iba haciendo podía notar a más personas hablando, varias me era fácil reconocerlas; no quería que se detuvieran así que me escondí detrás de un árbol del lugar.

- ¿Y qué propone que hagamos? -

-Pues que tomemos las armas, el auto y lo dejemos-

La ira apareció e iba creciendo en mi cuerpo, estaban hablando mí.

- ¿Cómo te atreves a decir eso?!-

- ¡Tu cállate niño, no tienes nada que hablar o hacer acá! -

- ¡Claro que sí, es mi mejor amigo! -

- ¡Martín silencio! -

Por fin la voz de mi papá se hizo presente por encima de las otras.

-Pero señor esta bruja está tratando a Ángel como si fuera un infectado-

Esperando una de las ingeniosas respuestas de mi padre, pero lo único que recibí fue silencio.

-Aún no podemos negar que sea uno- 

- ¿Es enserio? -

La voz de Ray ahora era la que estaba tomando toda la atención, denotaba bastante ira.

-Amor Cálmate-

-¡¿Cómo quieres que me calme?¡,  todos ustedes están tratando a Ángel como si fuera un monstruo, como un fenómeno o como la cosa más repugnante del mundo, lo tratan esperando a que todo lo que haga sea perfecto e inmediato, y lo único que he visto hasta ahora son miradas de desprecio y vergüenza, si yo sé que Daniela o Sara o inclusive yo no tengamos el tiempo de conocer a Ángel como ustedes, pero cuando lo encontramos moribundo en el bosque, encontramos  a un joven  con un corazón de los más puro que he visto , cada vez que podía se imaginaba cómo sería encontrarse con su familia, esperando a que estos le dieran un poco de amor como antes, pero ahora lo ven y lo tratan como un experimento  fallido, algo que simplemente no debía haber salido de la probeta, todos ustedes acá son los verdaderos monstruos-

No me di cuenta en qué momento las lagrima comenzaron a bajar por mi rostro, quería salir y que me vieran a los ojos, pero parte de mi orgullo no me dejaba, las duras palabras de Ray se habían clavado en los más profundo de mi cerebro, me hacían pensar en lo imbécil que había sido en pensar que mi familia sería capaz de volverme a querer después de lo que los científicos me habían hecho y lo que yo les había hecho. No sabía qué hacer, tantas voces gritaban en mi cabeza al mismo tiempo; en el mismo silencio que llegue me retire a pensar, había decidido dejar de escuchar las palabras crueles que estaban  escupiendo, al llegar al auto comencé a recapacitar, había conseguido mi cometido, había encontrado a mi familia, pero jamás había pensado en cuánto tiempo me quedaría con ellos, aunque mi respuesta ya era clara, baje del auto y me fui a la parte de atrás, baje lo que necesitaría, armas, comida y otras cosas, mi cuerpo dolía pero ahora solo susurraba una cosa, era momento de avanzar, dejaría el auto, varias armas y el álbum familiar, no llevaría cosas que ya no necesitaría o que ellos necesitaran más que yo, aprovechando la complicidad de la noche tome las cosas que había preparado y me fui.

La noche había sido algo inquietante, algo que había llegado a aprender era que peor que escuchar un montón de vociferaciones de zombis era no oír ninguna, así era más difícil saber que había más allá de lo que tus ojos podían llegar a ver.

 Cuando al fin pude salir del bosque ya había amanecido, llegue a una ciudad, no había mucha diferencia de ésta con el resto, edificios caídos o recostados sobre otros por culpa de las bombas, riachuelos de agua que circulaban por las calles, animales caminando recorriendo lo que alguna vez le habría pertenecido al bosque, pero lo único que me hacía comenzar a pensar que esta era una ciudad diferente era que podía ver y oler una estela de humo, mi sentido común me decía que no me acercara pero la curiosidad comenzó a ganarme, continúe mi camino aunque tuve que detenerme cuando descubrí una enorme zanja de varios metros de ancho y otros de profundidad, despedía un asqueroso olor a carne quemada y podrida, mientras más me iba acercando pude notar que era lo que en verdad desprendía ese olor, el lugar se hallaba repleto de cadáveres quemados, no sé cómo se había podido hacer tal cosa, ya podía ver que esta se extendía por varias calles y al otro lado de los edificios se hallaban cubiertos por un montón de placas metálicas y alambrados, con uno que otro cuerpo ya chamuscado, la distancia que había entre ambas partes era demasiada como para poder saltar, comencé a caminar buscando el final de ello, pronto las voces de las personas se comenzaron a hacer presentes, se oía una multitud hablando de distintas cosas, hasta que al fin llegue a lo que debía de ser la entrada, un enorme portón de hierro de al menos 3 pisos y medio de alto.



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En el texto hay: zombies, accion, venganza

Editado: 14.02.2021

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