Muto (en corrección)

Cenando

La noche había pasado ligera y fría, los cantos de la gente habían parado después de unas horas cuando la lluvia se cerniera sobre todo el valle dando fin a la fiesta; a nosotros nos habían hecho levantar temprano, ya que nos esperaban a lo que parecía ser la entrada del poblado, el jefe y los líderes de la expedición estaban discutiendo a qué lugares deberíamos de ir, una vez parecieron estar de acuerdo se acercaron a nosotros, las madres de los jóvenes terminaban de despedirse de sus hijos, las esposas de sus maridos, Max por su parte se despedía de aquella joven de cabellos dorados, parecía que las cosas estaban mejorando para mí compañero.

- ¡Muy bien todos! Seré claro y conciso si alguien me desobedece puede usar esta misma daga para cortarse el cuello…-

Yo quedé frío como el hielo, no era la mejor manera de empezar una charla a mí parecer.

-Para los nuevos aquí mi nombre es Señor Finigan y seré el líder de este grupo, por lo tanto, lo que yo diga se hace, ahora nos dirigimos al poblado más cercano a buscar las provisiones para nuestra siguiente festividad, así que andado- 

Todos comenzamos a marchar detrás de aquel hombre, el ambiente estaba cambiando una vez más, se sentía como se acercaba el otoño y el frío invierno con él, esperaba que estás personas tuvieran suficientes provisiones o tendrían que recurrir al canibalismo; supongo que pasó una media hora de camino hasta que comenzamos a divisar las casas alrededor, los vidrios empañados daban la sensación de que estábamos siendo observados, pero no podía definir si era humano u otra cosa.

-Ustedes…-

Señaló en dirección de Max y yo.

-... vayan revisen la despensa de esa tienda tiene que haber algo que esos animales hayan dejado-

Nosotros simplemente asentimos y entramos al lugar, no había mucho, pero al menos había algo de comida; comenzamos a apilar todo los que encontrábamos, si nos llevamos esto podríamos resistir, había varios enlatados, comida seca, en total cosas que aún no se habían podrido; un sonido nos hizo de han quedar la defensiva, era Finegan.

-Muy bien ¿Qué encontraron? -

-Algunos enlatados, comida seca, barras energéticas-

-Creo que es mejor que dejen parte de eso, o se va a poner flaco el ganado-

Max y yo nos miramos con caras de extrañados, aunque preferimos no llevarle la contraria, algo me decía que este hombre si estaba loco y además en este momento era el único que además de la daga llevaba una pistola, pronto otro de los jóvenes entró al local.

-Señor encontramos una presa- 

-Perfecto, ¿En dónde? - 

-En el bosque-

-Entendido, ustedes dos vengan vamos a cazar-

Nos apuramos a la zona donde estaba reunido el resto, todos estaban de rodillas viendo como uno de ellos explicaba la táctica de caza.

-Finegan qué bueno que llegaste-

-Dime, ¿Qué tenemos? -

-Es una cría, ya les expliqué la táctica al resto de lo que debe de hacer, ustedes dos…- 

Señaló en nuestra dirección.

-Ustedes se encargan de llevar a la cría a un agujero que hay en esta dirección ¿Entendido? -

Nosotros nos limitamos simplemente a asentir con la cabeza.

-Muy bien el resto de nosotros nos encargaremos de llevarlo a ustedes, ahora vayan a sus posiciones- 

Max y yo nos dirigimos a un árbol que estaba cerca de la dirección que nos habían dicho, el bosque era bastante frondoso y los arbustos aún estaban rebosantes de follaje, por lo tanto, necesitábamos valernos sólo de nuestra escucha.

- ¿Ángel, esto no te parece algo raro como si diera miedo? -

- ¿De qué hablas? -

-No sé todo está raro, tengo un extraño presentimiento- 

-Yo igual, aunque no planeo quedarme mucho- 

-Yo…- 

Max no pudo terminar de hablar cuando oímos algo corriendo entre la espesura.

- ¡Ahí va, no lo dejen escapar! -

Nosotros inmediatamente comenzamos nuestra labor de perseguir, nuestra presa iba en la dirección que nos habían indicado, una de las mejoras que sentía en el cuerpo es que me sentía más rápido y eso lo demostraba, aunque Max tampoco se quedaba atrás, de seguro era atleta, sentía que ya estamos cerca de dar con él, aunque en un momento de furor, el sol nos tomó desprevenidos, dando de lleno en nuestros rostros cegándonos e impidiendo ver el camino frente a nosotros, el piso pasó a ser vacío, pero al menos en mi mano sentía que había agarrado algo.

Mi cuerpo se sentía adolorido, no sabíamos cuántos metros habíamos caído, unas cuantas rocas habían hecho que nuestra caída fuera peor, con algo de dificultad abrí lo ojos y lo primero me tomó por sorpresa haciendo que mi cuerpo se moviera instintivamente, fue ver la daga que iba en mi dirección. Pude ver a mi atacante a los ojos y quedé un poco consternado, era un niño debía tener apenas 13 años, sus ojos mostraban entre ira y miedo mientras lágrimas bajaban por sus mejillas y nos apuntaba con mi cuchillo, Max inmediatamente al ver la situación también quedó a la defensiva.



#2194 en Ciencia ficción
#14926 en Otros
#1845 en Aventura

En el texto hay: zombies, accion, venganza

Editado: 14.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.