¿Me voy o no me voy? ¿Me voy o no me voy? ¿Qué hago? ¿Qué hago? P*ta la madre que le dio vida ese imbécil, bueno ¿Me voy o no? Si me voy hay cierta posibilidad de que me maten o me secuestren o algo mucho peor y si me quedo tendré que enfrentarme a él, la verdad ninguna de las dos me agrada, y no quiero enfrentarme a él por varias razones pero ya que, así que bueno me haré la valiente.
* ¡Ha! Eso ni tú te la crees, eres más cagada niña *
* Cállate que no es buen momento de hablar con mi voz interior *
¡Ay! ahora si me voy a volver loca, bueno salgo de mi escondite para que sepan era un arbusto, no soy tan creativa a veces, camino por un lado de la casa tratando de rodearla y buscar mi ventana, que creían que iba a entrar por la puerta principal o la trasera PUF obvio no, veo mi ventana entre abierta ¡Bingo! Bueno hora de que mi tarzán interior salga a la luz.
¿Mencione que al frente de mi ventana hay un árbol? Bueno esa hermosura será mi escalera. Estiro mi mano y tomo una rama algo gruesa, me impulso hacia arriba y hay empieza mi escalada, cuando llego a la altura de mi ventana, me encuentro con una rama que queda un poco hacia la ventana, pero para mí desgracia es que no llega lo suficiente, me siento en está mirando hacia la ventana. Me estiro un poco para abrirla más y poder entrar, ya que como soy torpina me resbale hacia adelante. Estire mis manos por instinto y tome el marco de la ventana, la abrí como pude. Me incline más hacia ella y ahora tengo la mitad de mi cuerpo dentro del cuarto y la otra pataleando en el aire, tomo impulso para terminar de entrar, nada más ni nada menos que cuando lo logre rodé y caí como nunca en el cuarto haciendo ruido, pude escuchar lo que dijo mi mama.
- ¿Qué fue ese ruido? - Me la imaginó mirando hacia la escalera - Iré a ver, si me disculpa.
- No se preocupe señora Silverstone, le acompaño.
- Ya le dije que me llame Liliana.
Y eso fue lo último que escuche, cuando iba entrando en pánico y ¿¡Ahora qué hago!?
¡¡¡PIENSAAAA!!!
¡LO TENGO!
Pongo un par de libros en suelo dejó la ventana como esta, tomo mi mochila, cuando escucho que están a tan sólo un par de metros, rápido me meto debajo de la cama con mi mochila, mi cama es lo suficientemente grande para que nadie sede cuenta que hay debajo de ella o mejor dicho que nadie me vea.
Sonó el pomo de la puerta al abrirse.
Pude ver como mi mama inspeccionaba que había pasado, cuando vio que sólo era que se había caído unos libros suspire de alivio.
Mire para ver quien se encuentra parado en la puerta y hay por los mismísimos dioses, él me está mirando y se está burlando de mí, lo pude ver cuando conectamos miradas y el sonrío de lado, como si fuera gracioso.
Para mi suerte o eso creo no dijo nada, cuando se fueron salí y pude escuchar a mi mama decir que creía que yo iba a llegar algo tarde, él le dijo que mejor se retiraba, pero que primero me dejaría algunos libros, bueno es hora de la verdad o mejor no.
Muchos se preguntaran ¿Por qué tanto drama? Gente, no es drama. Es el simple hecho de que cuando sientes que algo malo va a pasar, algo inevitable si dejas que es persona que produce ese sentimiento en ti, dejas que se acerque.
Corro hacia mi armario y para mi suerte pude cerrar las puertas a un par de segundos antes de que abriera la puerta, dio unos pasos adentrándose a la habitación.
- Sabes Lucy, es mejor que salgas y me digas porque te escondes- Sonó más como una orden que una pregunta.
No dije nada.
El reviso debajo de la cama y no me encontró, entonces miro hacia el armario con un brillo malicioso en los ojos.
Se fue acercando poco a poco, como cuando un carnívoro casa a su presa.
- Soplaré y soplaré y tu refugio de rumbare- Abrió las puertas y yo casi grito, digo casi porque me puso una mano en mi boca para que no gritara, mi corazón se aceleró con el contacto de su cálida mano en mis labios.
-A poco crees que te me ibas a escapar, ¿Sabes? no sé por qué te escondes de mí, si yo no te he hecho nada ¿O sí? - Dice alejándose y sentándose en mi cama de lo más tranquilo, mientras que yo salía del armario y trataba de controlar el latir de mi corazón, sus ojos azules me observaban meticulosamente de pies a cabeza.
- A decir verdad ya hiciste lo suficiente como para no quererte cerca de mí o tan solo socializar contigo, ya me tienes harta ¿No te cansas de seguirme? Además no quiero hacer el trabajo contigo, ya te puedes ir y decirle a la profesora de física para que tu hagas tu exposición individual y yo la mía, y listo - Digo haciéndole un ademán para que se largara de una maldita vez de mi habitación, casa y hasta de mi calle.
- No creí que me notaras, sabes por qué lo hago y no tienes que venir a reprocharme nada, habla con él y él te lo dirá, pero para que sepas niña, no es de mi agrado hacer esto, bastante tengo con resolver mis propios asunto - Dice tajante, pero no hace ningún tipo de ademan de irse –Además, sabes que no estas molesta por eso –Mientras que hablaba se levantó y camino hacia mí, mi corazón volvió a acelerarse por su cercanía a mi persona.
Editado: 31.10.2020