Me despegue de Cristian, lo mire con los ojos lloroso y sorbí un poco la nariz y tome un pañuelo que había en la mesita de noche, el cual él ya lo había puesto ahí, al terminar de limpiarme la nariz el me acuno el rostro con ambas manos, otra lagrima salió de mi ojo sin que yo pudiera retenerla.
-No deberías llorar, ya que printsessa ne plachet –Susurra limpiándome el rastro que dejo la pequeña lagrima.
-Pero en algún momento las princesas lloran –Digo un algo embelesada con su rostro, el realmente es hermoso, lo miro detalladamente y va todo de negro a excepción de su gorro de lana y su chaqueta que son de un color marrón oscuro.
Tiene algunos mechones de su cabello negro escapándose del gorro de lana, haciéndolo ver tierno, sentí un impulso en peinar algunos de esos mechones pero me contuve.
-Tienes razón –Me acaricia mi labio inferior, pude ver en sus ojos un anhelo intenso, se acerca un poco a mi rostro, nuestras respiración se mezclan y hacen una combinación maravillosa suena extraño lo sé.
-Siempre la tengo –Sonrío y corto el espacio que quedaba.
Un beso algo extraño pero a la vez demasiado maravilloso, sus labios no son tan gruesos pero tampoco delgados son iguales a los míos, pero para cuando se unieron sentí una conexión que no puedo explicar con palabras, como si yo en el fondo lo anhelaba, lo quería junto a mí, lo ¿Extrañaba? No sé.
Un mano pasa a mi espalda, dejándola a la mitad de esta, el beso se intensifico cada vez más, me empuja un poco hacia el haciéndome pasar una de mis piernas por el frente, quedándome a horcadas de frente a él, con cada pierna a un lado de su dorso, nos separamos un poco para tomar aire, dejando nuestras frentes pegadas una con la otra.
-Yo… -Trato de decir pero él niega.
-Está bien no te preocupes –Me alejo un poco más para observar mejor –No deber preocuparte por nada –Hace un ademan en quitarme de encima, pero esta vez la que niega soy yo.
-Tu provocaste a la bestia –Me mira incrédulo cuando le coloque el dedo índice en su pecho.
-Con que he provocado a la bestia ¿Eh? –Sonríe interesado en la situación.
-Así es y ella tiene hambre –Subo y bajo mi dedo en su pecho.
-Debemos alimentarla entonces –Y no me opongo cuando me besa.
Es un beso que sería todo menos apasionado o con anhelo, este tiene algo hambre de todo, un hambre que no se saciara tan fácil o por lo menos de mi parte, paso mis manos por sus hombros quitándole la chaqueta para luego bajarlas al final de su camisa y subir esta, nos separamos para quitarle la camisa a es dejando expuesto su abdomen.
No tiene ninguna marca de tinta en este, solo tiene una hermosa piel, trazo líneas en diferentes partes de su pecho, veo como su piel se eriza un poco con mi tacto, le sonrío con adoración, pasa sus manos por mis costado tocando el final de omoplato para luego bajarlas y apretar mis muslos antes de quitarle el blusón negro, que no había notado que tenía hasta este momento.
Lo desliza por mis brazos y mi cabeza hasta que este ya no me cubría, traza una línea recta desde mi pequeño hueco entre la clavícula pasando por mis pechos, sus dedos fríos hacen que me dé un escalofrió y a su vez suelto un pequeño suspiro, se detiene por un segundo en medio de ambos pero luego continuo con su camino, pasa su dedo por mi ombligo hasta llegar a mi vientre.
Lo miro en cada momento, subo mi rostro cuando llega al inicio de mí ropa interior, al parecer Liam me coloco el blusón, lo quito de mi mente al sentir como mete su dedo debajo de la tela pero sin ir más allá, lo observo sus ojos dilatados por la excitación, creí que era la única que estaba así.
Mueve su dedo hacia un costado de mi vientre para luego hacer lo mismo hacia el otro lado, siento su mirada y alzo la vista.
-¿Puedo? –Pregunta, nunca nadie me había pedido permiso, sabía que Cristian era diferente pero no creía a que nivel.
-Si –Digo en un pequeño susurro.
Quito su dedo de donde se encontraba y me toma de la cintura, lo miro confundida, me alza al levantarse para girarse y recostarme en la cama, el quedo encima de mí, vuelve a tomar mis labios con los suyos entrando en un beso un poco más lento, como si quisiera disfrutar cada momento, paso mis brazos por su cuello atrayéndolo más a mí.
Siento el bulto entre mi intimidad, paso mis pies por su cadera para rodearlo y empujarlo hacia mí, así chocando más nuestras intimidad, suspiro un poco al separarnos, vuelve a trazar el mismo camino con su dedo pero esta vez no se detiene en mi ropa interior sino que sigue directo, noto como se da cuenta de lo húmeda que estoy, sonríe comienza un dolor punzante en ella pidiendo que la acaricie más.
Traza pequeños círculos en mi clítoris haciendo que jadeos y algunos gemidos broten de mi boca, cuando introduce su dedo en mi interior, boto una exhalación algo fuerte, su dedo entra y sale de mi pero para cuando sale por tercera vez mete un segundo dedo, solo entra y sale, acaricia mi intimidad con su pulgar y yo solo gimo y jadeo.
Busco su mirada y al encontrarla, lo atraigo hacia mí para besarlo, el sigue su trabajo con un mano y con la otra se sostiene con su cojo, siento como el clímax ya está punto de llegar, rompe el beso para levantarse saliendo de mí.
Editado: 31.10.2020