Abro mis ojos lentamente para adaptarme a la luz solar, miro confundida a mi alrededor, parpadeo algunas veces para aclarar más mi vista ¿Dónde estoy? Observo mejor mí alrededor encontrándome con varios árboles. Me paso mi mano por mi rostro pero, la retiro instintivamente al sentir algo pegajoso en ella. Se encuentran cubiertas de ¿Sangre?
¿Qué demonios paso?
Mi último recuerdo fue:
Flashback
Al llegar a mi habitación abrí y cerré la puerta azotándola lo más fuerte que podía, estaba lo suficientemente enojada como para estar lidiando con las personas.
Sí, tengo cierto recelo hacia las personas. Pero lo que sentí al ver a todos mis conocidos juntos e interactuar como si ya se conocieran me saco algo de quicio.
Todos, absolutamente todos se conocían y yo sin inmutarme de que eso pasaba, nunca creí que ellos me mintieran que ocultaran algo así, confíe en ellos y me mintieron así.
Escuche unos golpes en la puerta, pero no dije nada.
El inquilino la abrió y entro, sin esperar a que yo le diera una respuesta.
Cristian me miro con tristeza, él sabía todo esto y nunca me lo dijo.
*Idiota, como te lo iba a decir si, él te estuvo vigilando los últimos años desde lo lejos y ahora es donde se inmuta en estar frente a ti*
Esa voz que en ocasiones resuena en mi mente, esta vez tubo la razón, no reclame, no dije una sola palabra, solo me quede ahí parada entre la cama y la ventana, el trata de acercarse a mí pero, yo retrocedo.
-Lucy, por favor –Me ruega pero yo niego, no quiero que se acerque a mí. No quiero que se vuelva a acercarse.
*Palabras son solo palabras si no haces lo que sientes en lo más profundo de tu ser*
Vuelve a resonar esa voz y por segunda vez seguida obteniendo la razón. Sonara contradictorio. Todo en mí podrá sonar así pero todo tiene su causa y la mía siempre ha sido mayor. Sin embrago, siempre querré que él esté cerca, me abrace hasta que nos fundamos en uno solo. Y ahora eso no será posible.
-¿Qué quieres? –Espeto rompiendo el corto contacto visual.
-Solo venía a ver cómo estas –Responde algo inseguro.
-No ves que estoy lo bastante bien –Digo prejuiciosa.
-Sé que no lo estas, Lucy –Dice mi nombre e un susurro a la vez que se va acercando a paso lento a mí y yo retrocedo algunos hasta chocar mi espalda contra la pared.
-Tú no sabes nada de mi -Espeto furiosa –Todos dicen saber todo de mi pero, Cristian absolutamente nadie sabe nada de mí, creo que ya esta es la tercera vez que te lo digo –Me volteo brevemente mirando hacia el bosque por la ventana.
-Sé que puedo ayudarte, podemos ayudarte –Lo afirma de tal manera que te podría dar esperanzas pero esta vez no será así.
-Nadie, ni siquiera tu patética existencia –Me giro quedando a centímetros de su rostro. Como no pude sentir en qué momento se acercó tanto –Podrá ayudarme, estoy completamente perdida o mejor podrida –Dije todo mirando fijamente esos ojos color azul, un hermoso azul cielo que se fue oscureciendo poco a poco con cada palabra que dije.
-Siempre puedes salvar a aquella persona, que nunca quiere admitir que podría ser salvada. Porque en ocasiones eso es el amor –Susurra por nuestra cercanía.
Me quede manifestar, todo en mi quedo en silencio. Mis pensamientos no dicen nada, ni siquiera siento la presencia de esa voz. Todo quedo así al escuchar la última palabra que dejo su boca. Sonreí, pero no una sonrisa de alegría sino una melancólica al recordar que yo misma le había dicho esas palabras hace varias décadas.
-Pero, si esa persona no tiene remedio ¿Para qué perder el tiempo? –Recito lo mismo que él me había respondido cuando tuvimos esa conversación, pongo mis manos en su pecho para hacerlo retroceder, rompiendo nuestra escasa cercanía. Él me detiene posando sus manos en las mías haciendo que me detenga.
Lo mire sin decir nada, acerca mi mano con la suya y pasa su pulgar por mi mejilla. Gire mi rostro al sentir el contacto de su piel con la mía. Vi deseo, añoranza, anhelo que de cierta forma hizo que mi pecho se estrujará que mire a otro lado, a un punto inexistente.
Él tomo mi barbilla haciendo que lo mire de nuevo, se acercó lentamente con intención de besarme pero, gire mi rostro haciendo que sus labios se estrellaran en mi mejilla. Se separó confuso.
-No puedo, lo lamento –Sin dejarle objetar nada me separe por completo de él, alejándome lo suficiente como para que no me detuviera.
-Lucy…
Eso fue lo último que escuche antes de desaparecer de la habitación.
Fin del flashback
Después de eso no recuerdo nada. Siento una opresión en el pecho al recordar su preocupación en esos hermosos ojos color cielo antes de desaparecer.
Solté un suspiro de alivio.
Si esta no es su sangre ¿De quién es?
Trate de colocarme de pie pero, mis piernas fallaron haciéndome caer de rodillas. Miro frustrada el suelo y en ese momento mi sorpresa cambio a una de frustración a confusión y temor al ver que me encontraba rodeada de sangre, desesperada mire a ambos lados y encontré a tres cuerpos de adolescentes, dos hombres y una mujer.
Editado: 31.10.2020