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Te estoy contemplando desde muy cerca, no olvides darme lo antes posible lo que me pertenece.
Tick Tack.
El tiempo corre y el ultimo grano de arena del reloj está apunto de bajar indicando el fin del tiempo.
***
Mis manos tiemblan un poco al leer el trozo de papel que encontré en mi cama, cuando baje del techo me iba a recostar en mi mullida cama, cuando lo vi y lo tome guardándolo rápidamente antes de que Cris lo viera.
Estuvimos un rato juntos acostados, pero él se durmió rápido. Con una sonrisa en mi rostro salí de la habitación para ir a la sala y pensar un poco más las cosas.
Me encontraba en el sofá grande con los codos en mis rodillas.
-¡Dios! ¿Ahora qué hago? –Me paso la mano por la cara, la preocupación es visible en todo mí ser.
*Busca la Eufilina y comunícate con él*
*¿Pero, por dónde?*
*El celular de Liam*
En eso una idea surco mi mente, me levante rápido del sofá y sin hacer ningún ruido subí las escaleras en dirección al laboratorio, pero antes fui a mi habitación a asegurarme de que Cristian se encontraba durmiendo, cuando estuve segura cerré la puerta con cuidado y me dirigí a la habitación de enfrente a la mía.
Cuando entre le pase seguro para cerciorarme de que no me molesten una vez que entre al laboratorio o mejor dicho que no se enteren de lo que hay detrás del armario.
Coloque mi mano en el lector de huellas, en este se iluminaron una circunferencia pequeña en mis cinco dedos, estas se marcaron en verde dándome el acceso con un pequeño pitido, la puerta se abrió dejando ver el largo pasillo que poco a poco se fue iluminando, atravesé el pasillo a paso decidido. Cuando llegue al gran laboratorio.
-Hola, Liam –Digo al verlo sentado frente al monitor apagado de las cámaras.
-Un gran gusto volver a verte aquí –Se gira en la silla para quedar frente a frente –Pero, eso lo decidiste tu ¿Verdad? –Ironiza enojado.
-Me daba algo de terror verte y que nadie más pudiera –Digo dirigiéndome al estante donde está toda la Eufilina –Aunque dudo que sea la única que pueda hacerlo, eres tan fastidioso que no se –Coloco toda la Eufilina que había en el estante en la mesa amplia de metal que estaba sin un solo objeto encima de ella –Y sabes a que he venido ¿No? –Lo miro.
-Él lo pidió ¿Verdad? ¿Te pidió que cumpliera con el contrato que hice con él?-Pregunta ansioso e inquieto.
-Sí y ¿Sabes también que hago aquí? –Lo miro directamente de forma prepotente –Asiente con aflicción -Bueno, manos a la obra –Sonrío de una forma perturbadora.
No sabes lo que se viene “Querido hermano”
***
Después de haber pasado casi todo la noche trabajando en el laboratorio, logre modificar la droga, logre hacerla más letal. Una sonrisa se formó en mis labios.
-¿Por qué tan feliz el día de hoy? –Pregunta Cristian llevándose un poco del delicioso desayuno que hizo a su boca.
-Bueno, cosas buenas pueden llegar a pasar –Digo bebiendo un poco de la merengada de fresas -¿De dónde sacaste comida? –Pregunte al recordar de que no había nada que comer.
-Oleg pasó temprano y trajo, pero en ese momento tú estabas durmiendo –Me sonroje un poco.
-¡Fue incapaz de despertarme para saludarme! ¡Ese maldito! –Digo exagerando un poco las cosas.
-Él subió a llamarte y tú solo le respondiste con un gruñido para luego darle la espalda.
-Yo…Yo, bueno pero tuvo que insistir… No siempre me despierto a la primera –Me encojo de hombros.
-En realidad duro quince minutos y tu nada que te despertabas, hasta llego a pensar que yo te había sedado o algo parecido –Responde tranquilo, pero yo sabía que en el fondo la situación le causaba gracia.
-¿¡Quince minutos!? –Toso al atragantarme con un pedacito de fresa –Pero…
-Y también me dijo que si te habías trasnochado… -Lo mire alarmada, pero lo disimule rápidamente, no quería que el supiera que no dormí nada –Le dije que te habías acostado a las dos de la mañana y que dé hay te dormiste hasta hace rato –Solté un suspiro al ver que no dijo nada o no se había dado cuenta de que estuve despierta hasta las seis de la mañana.
-Oh! Debe ser que tenía el sueño muy pesado, en ocasiones los tengo. Además la preocupación, más la práctica de mis poderes eso agota –Termine de beberme la malteada, me levante y fui a lavar el vaso y lo que había ensuciado.
-¿Segura? –Una sensación de alerta me invadió de inmediato, sacudí mis manos al terminar de hacer lo que estaba haciendo.
-Segura –Lo dije de forma afirmativa, pero sentí que salió más en tono de pregunta.
-¿Adónde fuiste anoche? Después de que nos acostamos desapareciste –Palidecí de inmediato, la expresión de sorpresa y preocupación fueron más claras que el agua en mi rostro.
-Cris… -Comencé pero él me interrumpió.
-No me mientas –Dice serio.
Editado: 31.10.2020