Tyler
Una oveja, dos, ovejas, tres ovejas, cuatro ovejas, cinco ovejas; esto en verdad que es una tontería ¿Quién dice que se puede dormir contando ovejas? Me muevo para un lado y otro, odio esto, no puedo dormir. Salgo de la cama, camino a la cocina para buscar un vaso de agua, pero ni esto me relaja; necesito hablar con él, lo necesito.
Veo el reloj que cuelga a un lado en la pared, son las tres de la mañana. Después de que Zed me dejo solo en el baño, no pude controlar lo que sentí, creo que quería que dijera algo, no sé. Minutos después también salí, la fiesta seguía de largo, baje las escaleras, trate de buscarlo con la mirada pero no estaba; después de unos minutos encontré a Tany en la cocina. También estaba Zara, la cual baila arriba de la isla, pude notar que muchos la miraban, ella los ignoraba y seguía bailando; Tany le decía piropos y toda la cosa, cuando ella me vio se acercó y pregunto dónde estaba, tuve que mentirle, ella iba a preguntar más pero fui salvado por una Zara muy divertida, note que las dos estaban pasadas un poco de trago, más Zara. Nos quedamos un rato hablando con unos conocidos, todos parecían felices, pero yo no podía dejar de pensar en una persona.
Pregunte por Trevor, para conversar un poco con él, pero Zara me dijo que estaba afuera con Clary y que probablemente deberían estar comiéndose las bocas. Después de otro par de minutos le dije a Tany que estaba cansado por el partido y que me iría, ella me dijo que se quedaría esta noche con las gemelas. Me acompaño a la puerta dándome un beso de despedida, un beso que me hizo querer el de otros labios, en ese momento me sentí muy mal por ella. Pero per me sentí cuando estuche una voz fastidiosa llamando a Zed, él estaba en una esquina de la casa, ya se iba; el Tal Marcus dijo que se verían el lunes, eso me calentó la sangre, lo odio. Eso significaba que todo el momento que había pasado, Zed estaba con él. Todo se me revolvió en ese momento, además el estúpido no borro su sonrisa cuando paso por mi lado, cuanto me hubiera gustado borrársela.
No puedo esperar más, necesito hablar con Zed; regreso a mi cuarto a buscar un suéter, me pongo unas chancletas, agarro mis llaves de la mesita de noche y salgo de mi departamento. El pasillo completamente vacío, claro soy el único que se para a las tres de la mañana para hablar, camino hasta el ascensor y presiono el botón para bajar al piso de Zed, mientras desciendo pienso la locura que voy a hacer, pero creo que mi cordura a desparecido. El elevador para y se abren las puertas camino hasta el departamento de Zed es el último, del lado izquierdo.
Tyler, ya no hay vuelta atrás me digo mentalmente y toco la puerta, no abre, la vuelvo a tocar y la vuelvo a tocar, probablemente él si este dormido y no sea un loco como yo, iba a volver a tocar, pero abre la puerta. Por la cara que ha puesto puedo jurar que pareciera que hubiera visto un fantasma o algo peor.
—Tenemos que hablar—le digo antes de que se me adelante. Lo miro, pareciera que no hubiera estado durmiendo, él tiene puesto un suéter y pantalones cortos negros ¿Ser que no tiene ninguna ropa de otro color?
—No tenemos nada de qué hablar—veo que va cerrar la puerta pero lo detengo, lo empujo como hizo conmigo hace un par de horas y entro al departamento, cierro la puerta detrás de mí—. Estas allanando propiedad privada y estas no son horas paras visitas—está enojado, pero camina con dirección a la sala, creo que me está invitando. Camino detrás de él hasta que se para y voltea a mirarme.
—Zed lo que paso en la fiesta…—y así se acaba mi discurso, con él mirando de la forma en que lo está haciendo me incomoda.
—Fue un error y no te preocupes no le diré a nadie—dice con una voz tan fría—eso es lo que viniste a hablar ¿verdad? ya te puedes ir de mi departamento.
Su hostilidad me duele, mucho más de lo que debería. Todo lo relacionado con él siempre es más de lo normal.
—¿Crees que el beso fue un error? —pregunto, él parece enojarse más.
—¿Esto es estúpido juego o qué? Porque en realidad no me hace gracias.
—Zed, para mí no fue un error.
—Te estas burlando de mi verdad, claro que fue un error, tú tienes novia. ¿Trevor te dijo verdad?
—Trevor no me ha dicho nada, y sí, tengo novia. El problema es que no puedo evitar pensar en el beso.
Zed da la vuelta, parece que está maldiciendo, no sé.
—Cállate, eres un sínico. No sé a dónde pretendes llegar con todo esto, pero te estás pasando—se voltea a mirarme otra vez. Esto es más difícil de lo que imagine, doy un paso más para acércame a él, pero retrocede.
—No sé a dónde quiero llegar con esto. Te seré sincero sentí algo cuando nos besamos, por esos necesito saber si crees que fue un error—él está nervioso lo noto porque a comenzado a jugar con sus manos.
—Fue un error—dice, sonrió y me acerco a él, pero él retrocede, sus talones chocan con la pared.
—Estas mintiendo, porque si fuera verdad no me hubieras devuelto el beso, no estuvieras nervioso en esos momentos.
—no me importa si me crees o no—dice mirándome directamente a los ojos. Sin pensarlo me acerco rápidamente a él antes que se mueva y pongo mis brazos a cada lado de sus hombros, estamos tan cerca que puedo sentir su respiración en mi mejilla; parece que el está en shock por mi atrevimiento.
—¿Por qué lo niegas?—susurro, él no habla—yo soy sincero, te deseo de una forma que no puedo expresar—lo miro directamente a los ojos. Bajo mi mano izquierda a la de él y la acaricio lentamente, a Zed se le corta la respiración, lo sigo viendo mientras subo lentamente mi mano acariciando su brazo hasta llegar a su rostro, delineo su perfecta mandíbula cuadrada. Sin pensarlo acerco mi mano a sus perfectos labios y los delineo lentamente, Zed cierra los ojos, en verdad que siento muchos casas ahora, pero él no sabe el placer que me causa verlo así.
—Estas jugando con algo que nos puede quemar a los dos—dice en un susurro. Vuelve a abrir los ojos.