My Destiny

Capítulo 28

 

Tyler

 

—Joder, anoche si me pase—Trevor está sentado en unos de los sillones, se pasó exageradamente, ahora una gran resaca y dolor de cabeza lo acompaña—¿por qué no me detuviste como haces siempre?

—Será porque no soy tu niñera. Además también me pase—pero no como él.

—Creo que me voy, pasare a la farmacia por una partilla y dormiré todo el maldito día—se levanta.

—No traes auto—me levanto y saco las llaves del deportivo de mi bolsillo y se las doy—después lo voy a buscar.

—Gracias, nos vemos hermano—se despide y sales de mi departamento. 
Después de la fiesta se vino conmigo y se quedó a dormir, claro que también a desayudar y a joder un rato.

Le conteste y sonreía a todos sus comentarios, pero no podía dejar de ver a Zed besándose con el otro tipo, pensé que era algo de mi imaginación, me jodi cuando el salía y me hablo. Me sentí traicionado, que estupidez, si él y yo no somos nada, me debería importar un carajo si anda con alguien o se besa con cualquiera.

Ayer Trevor me invito al club, ya que unos amigos de su facultad lo habían invitado; Trevor estudia para ser abogado de familia. El club estaba lleno cuando llegamos, todo era normal hasta que me dieron ganas de ir al baño, tuve que subir a la segunda planta; una plataforma elevada, para las mesas y el bar. Cuando sali del baño esa sección estaba vacía, pero me intrigo la escena de dos chicos besándose y lo peor fue cuando capte quien era uno de ellos; verlo a él besándose con alguien más me dolió, causo celos en mí.

Sé que todo lo que siento por él está mal, la manera en que me siento atraído no está bien, no debería verlo con otros ojos que no sean de amistad, pero es algo que no controlo ¿Quién es capaz de controlar sus sentimientos? Muchos lo tratan y dicen hacerlo, pero todos saben que es algo imposible, cuando ellos aparecen y se entierran en tu pecho es muy difícil de sacarlos de ahí.

Sé que lo trate mal, al igual que todos estos meses, todo es causa de mis propios problemas. Lo que ocurrió entre nosotros fue un desliz, un momento de calentura como muchos dirían y él fue muy claro en eso. Además yo también le seguí la corriente, no quería que viera lo que ocasiona en mí. Sé que ayer me pase, demasiado, porque aunque me interese de una manera prohibida él cree o creía que soy su amigo, pero con lo hipócrita que fui, no creo que me vea igual; se supone que los amigos se deben apoyar.

Él también en la tarde quería hablar, pero no lo escuche, mi orgullo fue grande en ese momento. No sé si pueda hablar de ese tema, sería demasiado emocional y no creo que sea bueno, empeoraría las cosas, muy en el fondo sé que dañaría hablar sobre ese día. 
Todos estos meses han sido demasiado complicados, no sé si es obra del destino que las cosas sean lo son hoy, pero parece que es lo que quiere.

Un sonido me saca de mis pensamientos, mi celular está vibrando, me estiro para agarrarlo, ya que estaba en la mesita de centro que tengo, contesto la llamada.

—Hola, amor—la voz de Tany logra traerme a la realidad.

—Hola, Tany—contesto.

—¿Cómo te fue en el club? —pregunta.

—Bien, pero ya conoces a Trevor.

—Hizo un show.

—Sí, su melodiosa voz fue escuchada por todos—Tany ríe.

—Pudo ser peor—y claro que sí.

—Dejemos de hablar de él. ¿Cómo está tu madre? —ayer cuando le chatie para contarle que saldría dijo que su madre se quedaría con ella, estaba muy feliz; ella ama a su familia y los momentos que compare con sus padres son escasos.

—Está muy bien, te manda besos.

—Dile que yo también.

—Fue muy lindo nuestro aniversario, aunque me allá dormido—un nudo en mi estómago me hace sentir mal.

—Me hace feliz que te haya gustado.

—Claro que me gusto, me hubiera conformado con una noche de películas o un helado. Sabes que más que nada aprecio la intención, fui feliz cundo me regalaste una rosa por ser tu amiga—una sonrisa aparece en mis labios, eso fue hace años, meses después de la muerte de mi madre; recuerdo perfectamente ese día.

Meses encerrado, me había apartado de todos, solo iba a la escuela, pero a nadie le hablaba. Una de tantas tardes en la que me encontraba solo en mi cuarto, decidí asomarme por el balcón de mi cuarto, una gran vista, pero mis ojos cayeron en una intrusa que se encontraba admirando las rosas del jardin, en ese momento recordé cuantas veces había visto hacer lo mismo a mi madre; el jardin era hermoso, con rosas de distintos colores.

Mi curiosidad por saber quién era la desconocida me incentivo a salir de mi habitación e ir a ver quién era. 
Baje rápidamente las escaleras dirigiéndome a la terraza, cuando estuve más cerca contemple por unos segundos a la desconocida; su cabello era negro, su piel bronceada, llevaba puesto un vestido celeste y panitas de color azul. Me acerque lentamente deteniéndome a usos pasos de ella.

—Son lindas ¿verdad?—ella pego un pequeño grito y se giró para mirarme; era más baja, sus ojos de color gris.

—Lo son, pero si las contemplas atentamente te podrás dar cuenta que son más que eso—su voz era muy suave, delicada diría.

—¿Y qué es lo que has visto? —presunto, ella lo piensa en un segundo. Se acerca a mí y me toma la mano, su acción me causa incertidumbre.

—Ven, te enseñare—habla y me hace caminar con ella para acercarnos a las rosas—. Mira esa—señala una rosa roja—es linda como has dicho, pero si te acercas puedes apreciar que tiene algunos pétalos podridos, sus hojas no son la tonalidad del verde perfecto y es pequeña comparada a otras. Son como las personas, muchas lindas, pero no perfectas, marcadas y dañadas en alguna parte, pero eso no quita que sean únicas, especiales y hermosas—termina de hablar.

Me mira, suelta mi mano cuando se percata de que todavía me estaba agarrando. Ella debe tener como mi edad.

—Me llamo Tyler—la desconocida sonríe.



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En el texto hay: amistad, miedos, amor lgbt

Editado: 15.10.2021

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