Zed
Cada segundo que pasa mientras la contemplo me hacen sentir mal, es como revivir el daño que me hizo y no logro comprender como puede estar aquí, porque vino sabiendo que lo único que he hecho estos años es sacarla de mi vida; ignore todas las veces que toco el timbre de mi casa, sus constantes llamadas, las veces que me la tope en aquellas ocasiones que salía a embriagarme por su culpa.
Ahora ver que solo representa dolor en mí es algo que nunca hubiera imaginado en los años que fuimos tan unidos, todas esas veces que me escuchaba hablar de mi padre, fui quien me apoyo en todos mis juegos, la que escucho todo lo que quería en mi futuro, fue esa persona con la que te sientes estable en los años más difíciles de llevas cuando todo es apariencia, caerle bien a los demás, cumplir con expectativas…la adolescencia para nada es facial, almenos la tenía a ella para pasarla.
Nunca creí que ella pudiera hacer algo que me lastimara tanto, pero quizás nunca pensé que romper su corazón traería gran dolor a mi vida. Me obligo a afrontar algo que no quería humillándome ante tantas personas, yo no estaba preparado para aceptar como era y lo tuve que hacer de la peor forma; es injusto lo que me hiso, porque aunque estemos en pleno siglo XXI aún sigue siendo visto por muchos de mal forma que te guste alguien de tu propio género o que tengas gustos diferentes. Las personas solo te juzgan y no piensan en lo que te pueden causar, hablan muchos como yo; siempre suque que era gay y lo oculte desde muy joven cuando escuche a mi padre decir que agradecía que nunca hubo una aberración en su familia, supe no sería fácil ser quien era verdaderamente.
—Emm…hola, soy Zara—habla acabando con ambiente tenso en el que estábamos. La mirada de Cecilia se centra en ella al igual que la de mi madre.
—Hola, tú debes ser la amiga especial que mi hijo a mencionado. Es un gusto conocerte, Soy Doris—saluda mi madre a Zara con una gran sonrisa.
—Un gusto Zara—la saluda Cecilia con una pequeña sonrisa. Noto que Zarita a un lado mío se le queda viendo, después de todo ella sabe en parte que no estoy para nada feliz con la visita.
—Zara, puedes hacerme el favor de acompañar a mi madre adentro por unos minutos—pido, ella acepta y mi madre no muy convencida la acompaña dejándome a solas con Cecilia.
Nos quedamos cayados por segundos que parecen eternos, lo único que me repito es que debo controlarme.
—Sé que no estas feliz porque este aquí, pero debemos hablar me apartaste por años sin dejarme explicarte como pasaron las cosas o almenos pedir perdón—Escucho atento a sus palabras.
—¿Por qué será que lo hice? Tu destruiste mi vida, me humillaste, hiciste que me hundiera en una depresión hasta alcalizarme todas las semanas, no pude regresar a mi vida normal por miedo—me acerco lentamente hasta quedar frente a ella y mirarla directamente a los ojos—. Eres una persona egoísta que no pudo aceptar no tener lo que quería y por eso jodiste mi vida, eres despreciable a mi vista y me arrepiento de alguna ves llegar a tenerte cariño, representar lo peor en mi vida, solo verte me resulta un absoluto fastidio.
Veo como lagrimas bajan por sus mejillas, rápidamente se las limpia. Puede que fuera demasiado cruel pero se lo merecía.
—Gracias por ser honesto al decirme todo eso. Sé que mi reacción ese día fue mal, no fui la verdadera amiga que debí ser, pero hay cosas que debes saber—suspira antes de seguir hablando —. Tienes que saber que estoy aquí para aclarar muchas cosas, lo que te diré traerá dolor y en parte yo soy culpable porque inicie todo, pero hay cosas que pasaron a raíz de eso y si hubiera sabido que todo lo que paso lo causaría yo al tomar aquella decisión no lo hubiera hecho y…
—Solo has venido a enredarme, vas a decir mentiras para ser siempre la inocente. Cecilia, si lo que quieres es un perdón, te perdono, para que te vallas y no me vuelva a buscar—Ella parce asombrada e indignada, pero si eso hará que se aleje de mi vida…
—No quiero tu perdón en estos momentos, lo que quiero es que me escuches y creas lo que te contare porque es la verdad. También tienes que saber que con lo que diré tendré que afrontar algo que nunca he dicho porque me duele, pero que es necesario para arreglar todo—veo que tiene intención de agarrarme la mano e inmediatamente me alejo—. Me ha dolido mucho haberte perdido y saber lo que te he ocasionado; ese día en la universidad…yo quería aclararte todo…pero tenía miedo y al ver la forma en que miraste supe que te había perdido. Todo es una maldita mierda, tienes que saber que yo no quería que pasara eso.
En esta ocasión deja que sus lágrimas caigan y verla así me hace pensar que ella no tuvo intención, pero sé que es solo parte de juego.
—Entonces dime que paso verdaderamente, habla ya y no sigas repitiendo palabras—le hablo lo más cortante que puedo ser, sé que mentira, pero quiero escuchar que dirá para engañarme.
—Cuando…—no termina de habla porque es interrumpida por el sonido del ascensor y las personas que salen de ella llegan en un mal momento, principalmente uno…
Tyler y Trevor, caminan hacia nosotros y la mirada de sorpresa es notoria al ver aquella figura junto a mí. Cecilia al ver que le prestó atención a algo detrás de ella se gira y pudo ver como se paraliza al ver a Trevor. Tyler mira a su amigo y después a Cecilia percatándose también de la escena.
El peor momento para que apareciera Trevor, sé que para Cecilia es un tema superado, pero debe ser difícil verlo.
—Ceci—Escucho débilmente salir el nombre de los labios de Trevor. Quizás aún no crea que este aquí o no esté bien para ver a su pasado.
—Nunca vuelvas a llamarme así, ni menciones mi nombre. Ahora puedo notar con claridad las cosas y eres un maldito—habla Cecilia con desprecio.
—Trevor, por favor vete—le pido antes que empeoren las cosas.