My Destiny

Capítulo 40

Tyler

 

—¿Es verdad? —Pregunta. Esto es lo único que faltaba, su imagen intimidante, su rostro que indica que todo acabara muy mal y unas cuantas personas curiosas. No sé cómo se enteró, pero é solo vino a confirmar algo; debe de estar maldiciéndome y rogando que no sea cierto, todo lo mío no le agrada. Solo se aparece en momentos malos y su presencia termina siendo desagradable; hasta que estábamos mal de la última conversación y duele porque una parte de mi quiere que é vuelva a ser ese padre que perdí.

—Sí, es verdad. Engañe a Tany y me gusta un hombre ¿eso querías saber? — vergüenza, odio, pena, asco, decepción, el fastidio y tantas cosas se pueden notar en su rostro.

—Solo eso faltaba, aparte de una vida miserable que me deja mal ante la sociedad ahora gay ¿sabes lo que me costara pagar para que no hablen de semejante cosa en las revistas? Tú sola existencia daña mi vida ¿qué te costaba ser correcto tenías todo y lo dejaste? Tendré vergüenza ante mis socios por tu jodida culpa—no espera menos insultos viniendo de él y aun se cuestiona porque me aleje.

—Gracias por preguntarme como estoy o almenos pudiste darme un regaño prudente por engañar a Tany—hablo con sarcasmo—Siempre te preocupas por lo que dirán los otros y nunca por mí. No me importa si hablan de mí y lo mejor que pude hacer fue irme lejos de ti porque de seguro seria como tú, eso sí que daría pena.

—SI me odias por querer ser visto bien, mantener todo por lo que he luchado hazlo me importa un carajo. Tú siempre has sido una decepción para mí, en estos momentos estaría feliz porque te separaste de esa poca cosa para ti, pero eres un idiota, lo jodiste más. A sí que me escucharas muy bien, buscaras tus cosas, volverás conmigo, dejaremos esto como un rumor y te comprometerás inmediatamente con alguien que si sea importante y que sea mujer—Todo lo que dijo hace que se me calienten la sangre de la rabia.

—No iré a ningún lugar contigo, soy mayor de edad y puedo tomar mis propias decisiones. Olvídate de ese mandito compromiso porque nunca pasara. Yo estaré con quien quiera y tú no te meterás. Deja de insultar a Tany porque fui yo quien le hiso daño, ella es demasiado buena y no la merecía. Tu homofobia me está hostigando así que te pido de amablemente que te vallas y nunca vuelvas a acercarte a mí.

—¿Y crees que dejare que hagas lo que se te pegue la gana? ¿Aceptar que eres gay o lo que seas? No porque todo eso me perjudica y yo si tengo una imagen que cuidar. Debí enviarte lejos cuando tu madre murió…solo verte me recuerda que ustedes la mataron.

—Sabes que no lo es, muy bien el doctor después dijo que ella sufría de la presión y nunca nos dijo ¿Cómo íbamos a saber que al alterarse demás podría morir? —Trato de controlarme —culparnos no hará que ella vuelva. Solo logras lastimarnos más.

—Ustedes estaban con ella…fueron quienes la llevaron al límite—murmura con radia. Solo puedo negar mientras lo veo; esta tan perdido, el dolor lo consumió tanto que solo busca culpar a alguien por lo sucedido. Todo lo que hago le molesta porque me ve como culpable y por eso trata de apagarme y volverme como el, solo para que sienta lo que siente.

 

—Tyler ¿estás bien? —entre miles de voces reconocería al dueño de aquella. Me giro y hay esta, siempre llega de manera inesperada, veo como su mirada examina todo; a mi padre, a mí. Luce preocupado y hasta en los momentos de oscuridad siempre me sentiré seguro con solo su presencia. Desde lo que paso ayer no hablamos, yo ni hubiera podido decir algo, todo es complicado, pero ahora que lo tengo frente a mi es como si no pasara nada.

—Déjame adivinar, es el otro gay—Dice mi padre. Zed luce enojado ante el todo de mi padre y sé que debe estar mal al ser señalado. ¡Cómo se atreve a hablarle en ese tono! Yo puedo aguantar todo lo que habla de mí pero no permitiré que lo moleste, estaba a punto de girarme y largarlo, pero lo que dice Zed me deja paralizo con mi corazón latiendo rápidamente en mi pecho:

—Si soy gay, señor. También amo a su hijo—lo último lo dice mirándome. Me ama, quisiera poder decirle que yo también lo amo a él, que no importa si es incorrecto, pero no lo hago…decirle eso en estos momentos en los que tengo que arreglar muchas cosas y principalmente lo de mi padre, solo estaríamos atrevo en algo negativo; no se causante de su dolor, él meceré algo más tranquilo y por el momento eso no lo tendrá conmigo…esto me lastima, el querer y n poder.

—Que descardo—me giro ante las palabras de mi padre—Ya no sé porque espero algo de ti, siempre eres más decepcionante y te rebajas.

—Almenos no soy tan basura como tú—hablo, ya no me puedo controlar; son muchas emociones. Siempre trato de tenerle respeto, pero su actitud no ayuda, solo sabe insultarme. Quisiera que fuera un mejor padre, por tanto tiempo guarde las esperanzas de que fuéramos unidos; soñar no hará que lo sea.

—Escúchame muy bien mocoso de mierda—no me di cuenta de cuanto se acercó hasta que sentí sus manos agarrando el cuello de mi suéter, escucho los pasos de Zed acercándose, le hago un gesto de algo con mi mano para que no lo haga—Yo te mantengo, todo eso que tú tienes es de mi dinero, así me respetas y te alejaras de todas esas personas que te rebajan, incluyendo a ese…

—Ni te atrevas a seguir, no quiero nada tuyo prefiero vivir en la calle ¿y sabes por qué? Me da pena de ser tu hijo, eres alguien que se oculta toda su mierda detrás de su dinero—al terminar de decir eso veo como levanta una mano, espero sentir el contacto en mi rostro y aunque sé que  fácilmente me lo podría quitar de encima no lo hago. Parece que el tiempo se detiene, ese golpe nunca llega. Una voz resuena en lo más profundo de mí ser, conocida pero ya olvidada, quizás mi padre me noqueo y ahora solo estoy delirando; al fijarme en él supe que no fui el único que lo escuche.

—Suéltalo—y hay estaba aquella voz; mi padre hizo lo pedido para girarse a contemplar quien era la persona que se metía en nuestros asuntos. Imagine muchos momentos, distintas ocasiones en como reaccionaria al verla otra vez, soñaba, añoraba que estuviera junto a mí, solo quería saber cómo estaría y hay estaba; su cabello negro hasta los hombros, cambiada a como la recordaba, ya es toda una adulta, su mirada posada en mí, los ojos turquesas de la familia, vestida con un vestido blanco de pequeñas flores rosadas. Aun viéndola por largos minutos no puedo creer que sea ella, se parece demasiado a nuestra madre.



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En el texto hay: amistad, miedos, amor lgbt

Editado: 15.10.2021

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