Jin.
Lina me pidió vernos el día de hoy, y al recibir ese mensaje, mi primera reacción fue emocionarme, ya que ella no había tomado la iniciativa estos días. La muerte de Nicolás la ha afectado mucho, no ha parado de llorar, y como dije antes, Lina no es de las personas que acostumbran a llorar o mostrar sus emociones, y admito que comencé a creer, que no pararía o que se ahogaría con sus lágrimas.
He estado dividiendo mi tiempo entre cuidar a JungKook, quien parece estar triste y deprimido por lo que sucedió, ir a la universidad a tomar mi clase y recoger los deberes de Lina, para ir a su casa a cuidar de ella, su madre y su otra hermana. Técnicamente, aun no nos conocemos en persona, pues cuando regresó de Francia, luego del funeral, se fue a encerrar a su cuarto, y no ha salió o dejar entrar más que a su mamá.
Lo bueno de su encierro, es que no ha hecho algo como dejar de comer, lo sé, porque cada día le llevó su comida, dejándosela en una mesita al lado de su puerta, y luego de un par de horas, veo los platos vacíos. Anabelle, por su parte, agradece mucho mi ayuda y apoyo, pues ella no se ha sentido con fuerza o ánimos para seguir adelante, sin embargo, cada día que pasa, donde conversamos y ella termina llorando en mi hombro, siento que se va recuperando.
Por supuesto, que no lo hace de inmediato, porque de seguro es difícil tratar de superar la muerte del amor de tu vida y padre de tus hijos, pero si tiene la suficiente determinación, para seguir con su vida y ser un poco feliz. Ahora, estoy con Lina en un parque, alejados de la gente, sentados en una banca, y mientras ella se mantiene en silencio, comienzo a sentirme nervioso. Reflexionó sobre el repentino comportamiento de Lina, algo raro que me sienta mal, pero no tiene que ser algo muy malo, ¿o sí?
–¿A que venimos aquí, Lina? ¿Necesitabas aire fresco? –terminé por preguntar, hastiado del silencio que nos rodeaba.
–No, quería hablar contigo –fue su respuesta.
–¿Sobre qué?
–Jin, no puedo seguir con esto, de verdad no puedo –suspiró, pareciendo cansada –. He estado tratando de controlarme, de no sucumbir ante esta voz en mi cabeza que me susurra tantas cosas, que callarlas o ignorarlas es casi imposible.
» Me he contenido, he luchado para no dejarme llevar por eso, pero estoy tan cansada, siento que me ahogo con todo lo que estoy sintiendo, no puedo evitarlo.
Esas palabras me alarmaron, así que giré para mirarla bien. ¿Por qué esas palabras me suenan tan graves, atemorizantes y escalofriantes? ¿Acaso Lina planea terminar con su vida? Cierro los ojos y sacudo la cabeza. No, eso no puede ser, no quiero perderla, no quiero que se vaya.
–Lina, ¿qué quieres decir? –pregunté asustado, porque si la idea ya rondaba en mi mente, necesitaba confirmarla.
–En que debo dejarte ir, Jin, no puedo hacerte esto, no es justo.
–No te entiendo…
–No quiero que te sientas presionado por tomar un bando. Sé que me amas y amas a tu hermano, y no puedo dejar que te sientas en una encrucijada por ambos.
–No, yo no… –su cabeza negando mis palabras me hizo callar.
Se quitó los lentes oscuros, girándose para mirarme con los ojos húmedos que desafortunadamente, ya me he acostumbrado ver todos los días, anhelando ver sus ojos brillantes, sinceros y hermosos.
–Todos los días, he tenido este irritante pensamiento sobre tu hermano teniendo la culpa de lo que paso, pero sé que no lo fue, lo sé, pero mi cabeza no termina por entenderlo –explotó, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano –. Sé que JungKook no tiene la culpa, que es un niño que sufre igual o peor que nosotros, ya que lo vio en sus últimos momentos, porque ama a nuestra familia y daría todo por volver al pasado y ser precavido, pero, ¿cómo mi mente no puede entender eso?
» Veo a JungKook como otro hermano, quiero consolarlo, abrazarlo y decirle que no fue su culpa, que no debe sufrir, y al mismo tiempo, quiero gritarle lo irresponsable que fue, como debió estar más atento y no distraerse, pero no merece esos reclamos de mi parte, no los merece ni tu mereces sentirte entre la espalda y la pared, para defender a alguno de nosotros.
» No quiero que todo esto que siento te lastimé o lastimé a JungKook, pero ya es muy difícil de soportar, Jin, muy difícil, siento mi corazón y mente tan envenenados, que creo que voy a morir, por tanto –sollozó, estremeciéndose un poco.
Como pude, limpié mis propias lágrimas, porque todo lo que dijo dolió. ¿Cómo no me di cuenta antes? Soy un idiota, debí notarlo y hacer algo, en lugar de creer que todo mejoraría rápido. Tomé una de sus manos con la mía, mientras que, con la otra, limpié sus lágrimas.
–Lo siento, Lina, de verdad, perdóname por no darme cuenta antes de lo que te pasaba, lo siento mucho.
–No te disculpes, nada de esto es tu culpa, sólo no sé cómo lidiar con esto, es muy difícil para mí, y por eso, necesito estar sola.
–Lina…
–No, Jin –me silenció, colocando un dedo sobre mis labios, para luego, trasladar su mano hacia mi mejilla, dándole suaves caricias –. Sé lo que vas a decir, pero no va a funcionar. Necesito estar sola, lidiar y desaparecer estos pensamientos, sanar mi corazón y mi mente, y para lograrlo, debo dejarte ir.