My First and Last Love

Capítulo 15. Empatía.

Lina.

–¿Angelina Jensen? –me llamaron, por lo que alcé la mirada del celular.

–Soy yo –respondí, alzando la mano.

–El señor Smith la recibirá ahora –anunció la secretaria.

Asentí, poniéndome de pie y caminando detrás de ella por un pasillo, hasta que llegamos a una oficina que decía en un pequeño cartel “Recursos Humanos”. Hoy vine a una entrevista de trabajo, la empresa me contacto hace dos días, y aunque mamá dijo que podría ser algo temprano para tomar decisiones, pero no le hice mucho caso y vine.

Mamá piensa que necesito más tiempo para estar sola, pero estoy volviéndome loca de estar encerrada entre cuatro paredes, necesito hace algo, y necesito hacerlo ya, de lo contrario, voy a volverme muy loca. Al llegar a la oficina, la secretaria me anuncia, para después, dejarme pasar al interior. Detrás de un gran escritorio, había un hombre de entre cuarenta a cincuenta años, ya con cabello canoso, arrugas y un poquito pasado de peso, pero que parecía educado, ya que sonrió de manera amable, alargando su mano hacia mí.

–Angelina Nicolette Jensen, un placer conocerte al fin. Soy Simón Smith, jefe de Recursos Humanos.

–El placer es mío, señor Smith, pero puede llamarme Lina –lo saludé cortésmente, para luego soltar su mano –. Disculpe la pregunta, pero, ¿de dónde nos conocemos?

–Rachel Adams me habló mucho de ti. Hiciste prácticas en la empresa donde trabaja.

–Ah, sí. Disculpé, no lo conocía en persona, por eso me sorprendí.

–No te preocupes, lo entiendo –me tranquilizó, tomando unos papeles de su escritorio –Ella me dio muy buenas referencias, dice que está muy triste de ni ofrecerte un lugar en la compañía para que sigas trabajando con ella.

–No es nada por lo cual preocuparse, enriendo que no hubiera vacantes en su momento –respondí tranquila.

–Pues fue algo bueno, porque ahora puedo tenerte aquí para que trabajes en la compañía –comentó, dejando los papeles en el escritorio, entrelazando sus manos encima del escritorio, mirándome con fijeza –. Tienes un conocimiento y talento increíbles, Lina, se nota en tus calificaciones y los diplomados que hiciste.

»Por lo que tengo entendido, hiciste una maestría en negocios internacionales también, además de finanzas, ¿no es así?

–Por supuesto, señor. Quiero conocer todo sobre cada mercado laboral del mundo, tomar ideas, sugerencias, ejemplos y expandir los horizontes. Quiero ser legendaria en este y otros campos –contesté con seguridad, pues no pensaba sólo en pequeño, yo quiero llegar muy lejos, hacerme un nombre y ser muy exitosa, y sólo estudiando y trabajando duro lo lograré.

–Me encanta la seguridad y actitud que tienes. Quiero que trabajes aquí, Lina, que empieces como aprendiz en el área financiera, para que conozcas nuestro modo de trabajar, te familiarices con él y lo lleves muy alto. Tus horarios serán flexibles, por supuesto, para que asistas a tiempo a tu maestría, así que, al tener tus horarios, pásamelos para ajustar de mejor manera tus horas laborales.

»Estoy muy emocionado porque aceptes la propuesta, ansioso de que trabajes aquí y explotes todo el potencial de la compañía, y sé que lo vas a lograr, confió en ti.

–Vaya, señor Smith, no sé qué decir –expresé anonadada.

Según lo normal, la emocionada debería ser yo, y lo estoy, pero el señor Smith me gana por mucho. Su propuesta me parece muy buena, me gusta muchísimo, así que estiro mi mano hacia él, sonriéndole con amabilidad y entusiasmo.

–Será un placer trabajar con usted, señor Smith.

–¡Sí! –exclamó con júbilo, sacudiendo mi mano un par de veces –. Muchísimas gracias por darnos la oportunidad, te prometo que no vas a arrepentirte de tu decisión.

No dije nada, tampoco creí en sus palabas. No es que quiera ser mala, es que no puedes asegurar algo de lo que no tienes un control. Me dio un resumen muy detallado de las que serían mis funciones en la empresa por el momento, para luego ir con los demás empleados y presentarme. Aun cuando pasó por una etapa muy dura en mi vida, no me doy por vencida.

La ausencia de Jin duele más que ante, ahora miles de kilómetros nos separan, no puedo ir hacia é cuando me sienta triste y quiera un abrazo, de hecho, ni siquiera puedo llamarlo porque el número que tenia se ha invalidado, no tengo idea de cuál sea el nuevo. Tuve la opción de ir a verlo al aeropuerto, pero no tenía las suficientes fuerzas para despedirlo, no quiero que esta sea el final de nuestra historia, eso es algo en lo que mi mente y corazón están de acuerdo.

Por ahora, seguiré sanándome, liberando todos los malos pensamientos y sentimientos de mi ser, volveré a ser yo y mejoraré, seré alguien más madura, más fuerte y cuando eso sea, buscaré a Jin, es una promesa que mantendré en silencio para cumplir en el futuro, y espero que sea un futuro no muy lejano.

♠♠♠♠♠

–Lina, ¿ya tienes todo listo para el reporte del mes? –me preguntó el señor Anderson, mi jefe en el área de finanzas.

–Ya lo he enviado a su correo, señor –respondí, dejando de preparar mi café.

–En ese caso, lo enviaré de inmediato, tus reportes siempre son precisos y exactos. Muchas gracias, cada día te superas más –me felicitó, saliendo del pequeño comedor de la empresa, donde solemos almorzar.




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