Jin.
–Jin, hoy sí que madrugaste –señaló Yoongi, entrando a la oficina, por lo que alcé la mirada de la carpeta con documentos que leía.
–¿Por qué lo dices en ese tono? Siempre llegó temprano –respondí confundido, a lo que Yoongi sonrió con ligereza, una sonrisa que sólo hace, cuando quiere burlarse de alguien.
–Porque ayer te vi salir con una chica, supuse que ibas a una cita.
–Sólo fuimos a tomar algo, nada serio.
–Uhm, ya veo –murmuró, sentándose en la silla del frente –. ¿Sabes? Creo que dejaste una parte de tu corazón en Londres, lo que hace que no salgas con nadie de manera formal.
–Puede que así haya sido.
–¿Aun después de dos años?
–Me prometí que la esperaría el tiempo que mi corazón considerará correcto, aún no he llegado al límite de eso –respondí con firmeza y esperanza, porque si, aun después de dos años, no he olvidado a Lina.
De algún modo he seguido con mi vida, trabajando en la compañía desde que regrese como aprendiz, subiendo de puesto en puesto hasta llegar al actual, como jefe del área de arquitectura. Papá y mamá están orgullosos de lo mucho que he avanzado en mi carrera y futuro patrimonio, además de que he aprendido mucho más de lo que es el negocio familiar. Papá me ha llevado a reuniones, fiestas y cenas donde he podido desenvolverme con seguridad, haciéndome respetar desde joven.
Ahora que tengo 25 años, a pesar de todos los logros laborales que tengo, mi vida amorosa es lo contrario a eso. No he salido con muchas mujeres, tal vez unas tres, pero no he podido entregarles nada de mí, porque como dijo Yoongi, una parte de mi corazón se quedó en Londres, y así será hasta que decida volver. No ignoró lo “solicitado” que soy en el mundo de las citas, como me catalogan como un buen partido y las mujeres se pelean por llamar mi atención, pero tampoco ignoró que la mayoría lo hace por quien soy.
Hijo de las dos personas más importantes, millonarias y poderosas de Corea, y por supuesto, eso tienta, sin embargo, no soy estúpido, por eso ignoró a esas mujeres, tengo una promesa que cumplir. A simple vista pareciera que nada me hace falta, pero en las noches, cuando estoy solo, pienso en Lina, en cuanto la extraño y deseo que vuelva. Puedo llegar a parecer patético, pero no me importa, tengo fe en que volverá a mí, lo sé.
–De acuerdo, no voy a juzgar tu decisión –dijo Yoongi, cruzando sus brazos a la altura de su pecho –. ¿Cómo le va a JungKook en la escuela?
–Sus calificaciones son buenas, aunque a veces se estresa en los exámenes, ha bajado un poco de peso y ya no hace tanto ejercicio como antes.
–¿Te dijo por qué?
–Dijo que se había lastimado con unos ejercicios, que lo iba a dejar un tiempo en lo que se recuperaba –respondí, pero Yoongi frunció el ceño, como si no le gustará mi respuesta –. ¿Qué te pasa? ¿Por qué me miras así?
–JungKook nos está mintiendo.
–¿Ah? ¿De dónde sacas eso?
–Lo observé bien. No cojea porque se haya lastimado con el ejercicio, lo hace porque alguien lo lastimó.
–¿Qué? ¿Quién hizo eso? –pregunté molesto, pues nadie lastima a JungKook sin que yo lo asesiné primero.
–Le pregunté a Min Ho, dijo que unos chicos lo molestan en la escuela. Me pidió que fuera discreto con la información, porque JungKook le pidió que no dijera nada, pero creí que necesitabas saberlo.
–¡Maldita sea! –siseé enojado, golpeando con el puño el escritorio –¿Por qué Min Ho no me dijo nada?
–Nunca le preguntaste, además, no quería romper su promesa con JungKook, pero lo hizo cuando comenzaron a acosarlo más.
–¿Acosarlo más? Es decir, que ya llevaban un tiempo haciéndolo.
–Desde que entró a la preparatoria. No hacían más que ofenderlo y que hiciera unos cuantos mandados, pero recientemente comenzaron a golpearlo. Min Ho me dio los nombres de los chicos, así que los investigue con cautela, ya sabes cómo se ponen con lo del acoso, además del anonimato de JungKook, todos creen que esta ahí por una beca.
–Dame los nombres, voy a llegar al fondo de esto. Esas personas pagarán por lo que le han hecho a mi hermano.
–Te lo enviaré más tarde, pero no le digas nada a JungKook, va a creer que lo mantenemos vigilado, cuando no es así.
–Lo voy a tomar en cuenta –fue mi respuesta. Yoongi asintió, levantándose del asiento.
–Es todo lo que tenía que decir. Ten cuidado, no hagas nada estúpido, podrías perjudicarlo más.
Sólo asentí ante su sugerencia, saliendo de la oficina. Volví a golpear el escritorio con fuerza, molesto por la información que Yoongi acababa de darme. ¿Por qué JungKook me lo ocultó tanto tiempo? ¿Por qué se somete a ese tormento? Quiero ir y sacudirlo, gritarle para que entienda, pero eso no hará que reaccione, podría ocasionar un efecto contrario. Sacudo la cabeza, tratando de tranquilizarme, como dijo Yoongi, podría hacer una tontería.
No me importa quienes sean, voy a hacer que paguen por lo que le hicieron a mi hermano, tarde o temprano, tendrán su merecido, eso lo juró.