Dilan
Ha pasado un mes y medio aproximadamente desde que Keila y yo "salimos", nunca creí que conocería a Keila de un modo tan único, y mucho menos aún, no me esperaba que llegaría a ser especial para mí en tan corto tiempo. Así que como todas las mañanas llegué tarde, pero la sorpresa fue ver a Keila en la entrada principal esperándome, inmediatamente corrí hacia su dirección y la saludé.
Note un extraño brillo en su mirada como si esperara algo, sin embargo, solo lo pase por alto y empecé la conversación nuevamente.
—¿A qué se debe que la niña más puntual del mundo espere a este pobre chico que siempre llega tarde? —dije con cierto tono de ironía.
—B-bueno yo pensé que tú... —susurró muy bajo sin terminar la frase antes dicha.
Se me hacía aún mucho más extraño al notar como su mirada cambiaba, esta vez mostrando decepción. Quise decirle algo más, pero Keila dijo que tenía que resolver algunos asuntos relacionados a algunas tareas, se despidió y se fue caminando a pasos apresurados.
Keila
Hoy es primero de septiembre, él día de mi cumpleaños, me levante temprano y muy feliz, tenía una gran sensación de emoción, pues en este cumpleaños tengo un nuevo amigo, no es que haya dejado de lado a Eidan, es sólo que Dilan se ha vuelto alguien importante para mí en este poco tiempo que nos llevamos conociendo, usualmente nos vemos en la salida, pero tal vez hoy yo esté ocupada a esa hora, y si él quisiera desearme un Feliz Cumpleaños no podría, así que decidí esperarlo en la mañana.
Ya era la hora en la que él usualmente llegaba, aproximadamente unos dos minutos más tarde lo vi a lo lejos, apenas notó mi presencia vino corriendo hacia mi dirección, en ese momento sentí en mi cuerpo un escalofrío que lo asocié con la emoción y euforia, cuando estuvo en frente de mí, le saludé.
—¡Dilan! —dije mientras lo miraba y jugaba inquietamente con mis dedos, me sentía muy nerviosa.
—Buenos días pequeña Keila —dijo mientras esbozaba una sonrisa.
Me quedé un rato viéndole, esperando a que me deseara un bonito día o que me felicitara, pero al parecer suponía mal, el sólo siguió hablando.
—¿A qué se debe que la niña más puntual del mundo espere a este pobre chico que siempre llega tarde? —
—B-bueno yo pensé que tu...-susurré muy bajo intentado de terminar mi frase, pero en serio me sentía muy decepcionada, sé que no le mencione nunca mi fecha de nacimiento, pero por alguna razón pensé él lo sabría, inventé una excusa para irme lo más pronto posible.
Dilan
Me quedé muy asombrado debido a tal cambio drástico de humor, intenté seguirla pero un repentino pensamiento me hizo recordar que tenía una clase importante a primera hora, por ello decidí que en el receso buscaría la buscaría.
En la primera clase traté de prestar mucha atención y concentrarme en ello, el tiempo pasó muy rápido, o así lo sentí yo, justo en el momento en el que perdí la concentración ya era hora del receso, así que inmediatamente me dirigí hacia el aula de la pequeña Keila, algunos me miraban con sorpresa y otros con desprecio, me sentía muy incómodo y tampoco veía a la persona que buscaba por ningún lado, resignado me encaminaba con la mirada hacia abajo y un rostro inexpresivo para cuidar el aspecto de "Bad Boy" que tenía que mantener.
Cuando ya me estaba alejando por completo vi a ¿Eitan? ¿Eydan? No me acordaba bien de su nombre, pero sabía que era amigo cercano a Keila, sin darme cuenta me encontraba siguiéndole hasta observe como se detenía y empezaba una conversación con una chica más o menos de mi edad o tal vez mayor.
—Zhoe , Keila no se encuentra bien. —mencionaba mientras tenía una expresión triste dibujada en el rostro.
¿Keila no se sentía bien? En ese momento me puse alerta.
"Eres muy chismoso Dilan Ross” dijo mi subconsciente, lo ignore olímpicamente y seguí escuchando.
—Ayer sonaba muy entusiasmada por su cumpleaños pero hoy...—no termine de escuchar cuando entendí todo.
Me sentía muy mal, aquel día en la heladería me hice una promesa la cual no cumplí.
Prometo que protegeré y cuidaré de ti, aunque no sepa mucho de tu pasado, intentaré averiguar para que pueda ayudarte y hacer que la tristeza de tus ojos se desvanezca.