My Life In Your Dreams

CAPÍTULO 7

Keila

Seguíamos jugando después del paso de las horas, nunca había entendido estos juegos realmente, hasta que Dilan me enseñó, pero el saber que soy buena ello, me hace no querer parar de jugar; un gran sentimiento de calidez se formaba en mi pecho, por alguna razón quite la vista de la pantalla y me quede observando el perfil de Dilan.

Tenía una piel suave y acanelada, sus ojos eran verdes y su mirada era muy profunda, sus labios eran finos y de un color semi-rojizo, los cabellos que adornaban su frente eran un poco ondulados y castaños y su… me quede sorprendida al percatarme lo que estaba haciendo, sentía mis mejillas arder, estaba segura que me encontraba muy sonrojada, moví mi cabeza de un lado a otro para salir del trance en el que estaba, ¡No me podía gustar Dilan!, entonces, ¿por qué sentía las típicas mariposas en mi estómago? ¿Por qué ahora que lo veo tan cerca de mi quiero abrazarlo? ¿Por qué quiero acurrucarme junto a él? ¿Por qué?

Desde que empezamos a ser amigos, solo me ha dejado recuerdos hermosos y momentos maravillosos, ¡Él es el responsable que mi corazón se acelere!, se comporta tan bonito conmigo que hace que todas las noches duerma con una sonrisa en el rostro, hace que me sonroje con solo una palabra o una acción, hace que agarrar su mano me haga pensar que están hechas para sostenerse mutuamente y que además encajan a la perfección ¿están seguros que no es un príncipe? no le temo al amor, solo le temo al rechazo, ¿qué pasará cuando Dilan se entere que no soy la Keila de vida feliz que piensa que soy?, solo quiero seguir sintiéndolo cerca, su compañía me es suficiente, aunque debo admitir que tiene un espacio muy importante en mi corazón, y ya no como un amigo...

—Keila, voy a ir por snacks, espérame un momento, volveré en un segundo—detuvo el juego y se fue.

Estaba segura que se iba demorar mucho, era algo de esperarse por parte de él, así que me paré y empecé a ver con más atención su cuarto, iba de un lado a otro, hasta que vi algo que me llamó la atención, era una pequeña mesa de noche que se encontraba a lado de su cama, me acerqué inmediatamente y abrí uno de los cajones por curiosidad, allí encontré una pequeña libreta demasiado desgastada, la abrí y comencé a leerla…grave error.

“Hoy fue lo mismo, sigo sin entenderlo pero aquí lo cuento: Había sangre goteando por mi labio y no sabía que estaba ocurriendo, todo era muy confuso, mi cuerpo dolía, no entendía el porqué. Oscuro, tenebroso y solitario, no habría otra forma de describir el lugar donde me encontraba en ese momento, parecía una casa abandonada, creo que me encontraba en la habitación de una niña, buscaba desesperadamente las respuestas a todas estas preguntas que rondaban por mi cabeza: ¿Qué hacía yo aquí? ¿Por qué mi cuerpo dolía tanto? ¿Qué es esto...? De repente a lo lejos divisé un espejo, a decir verdad, muy antiguo y desgastado, sin pensarlo dos veces me acerqué y me observé, no había reflejo”.

Dilan.

¿Habitación de niña? ¿Labio sangrando? ¿Espejo antiguo?, e-eso q-quiere decir que…,mis manos temblaban, todo encajaba perfectamente, la libreta cayó al suelo, pero no pudo importarme menos, las lágrimas se aproximaban por mis ojos, tenía que suponerlo, ¿Cómo pude ser tan ilusa?

—¡Ya volví!, ¿Keila? ¿Qué sucede? — vi cómo se acercaba a mí, pero yo retrocedí.

—T-tu lo sabías…— susurré tratando de contener todas mis emociones.

—¿Disculpa? ¿Yo sabía?, no entiendo a que te refieres— dijo muy confundido, nunca vi a alguien que fingiera tan bien.

—Ya deja de fingir Dilan...— estaba enojada, el hecho de que hiciera como si no supiese nada hacía que me frustrara aún más.

Levanté su libreta y lo miré a los ojos, su expresión sorprendida me lo confirmó todo, por alguna razón quería que me lo negase pero no fue así.

—Ese es m-mi diario…¿Qué haces con mi diario? —expresó ofendido y un poco confundido.

— ¿T-tu diario? — seguía mintiendo, ya no lo soporte más.

—Es... —no le deje terminar y me liberé, le dije todo lo que sentía en ese momento.

—¡Deja de negarlo, ya sé que me estuviste siguiendo desde hace un buen tiempo, ya sé que sabes como vivo! ¡Deja de mentir! Sólo acepta que te me acercaste por lástima. —mencione lo último muy despacio y sentía como las lágrimas recorrían mi rostro.

—¿Qué? ¿Cómo que te estoy siguiendo desde hace tiempo?, no te entiendo Keila, ese es mi diario, tomémoslo con calma y hable-. ¡Keila no te vayas! ¡¿Qué te ocurre?! —me estaba llamando pero no pensaba quedarme ningún segundo más en esa casa.



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En el texto hay: humor, primeramor, leyendas

Editado: 05.05.2019

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