Al final, solo se quedaron los que habían reprobado. Jeremy notó la sonrisa de su amigo, antes de hacerle el comentario a la chica.
- ¿Sucede algo? – preguntó, lleno de curiosidad.
- No, nada – contestó Andrei, olvidándose de sonreír.
- Se te veía muy sonriente hace unos momentos.
- Fue porque pasé el examen – contestó, con tal de que lo dejaran en paz.
- ¿En serio? ¿Eso te hizo feliz? Yo creo que no te alegrarías por eso ni en un millón de años.
Andrei ya no contestó, solo siguió caminando.
- ¿Es la primera vez que sonríes así? – seguía Jeremy.
Salieron del edificio.
- Oigan, vamos por una pizza – dijo Esteban, ignorando el tema – Aprovechando el tiempo libre.
- Yo tengo que ir a ver a mi hermana.
Jeremy y Esteban miraron a Andrei.
- Pero… Imelda va a ir de compras con Madyson.
- Tengo otra hermana, se llama Chelsea. Tiene 11 años, sabe que ustedes existen…
- ¡Vaya! Ya no me acordaba de ella – dijo Esteban.
- Tal vez sea porque viaja seguido. Bien, nos vemos mañana.
Se despidió.
- ¿Quieres ir por una pizza? – preguntó Esteban a Jeremy.
Él lo miró y sonrió.
- Vamos por un café – Lucy invitó a Emilly – Tengo algo muy importante que decirte.
- ¿Ah sí? Está bien…
Emilly se despidió de Evelyn, quien quería ir a casa para ayudar con los quehaceres en lugar de salir a otro lado. Fue con Lucy a la cafetería y se sentaron a platicar.
- Y bien… ¿tienes algo planeado para Johann? Deberías declarártele.
Emilly se sonrojó.
- No creo que sea buena idea. Muchas chicas se le han declarado y son rechazadas.
- Pero… - Lucy no tenía que perder – Quizá no pase lo mismo contigo. Tú no eres como esas otras chicas.
- No quiero arruinar la amistad que tenemos.
- Vamos, Emilly. Todo puede ser posible. ¿Quién iba a pensar que Michael y Andy quedarían en tercer lugar? Por ejemplo. No puedes asumir un resultado sin intentarlo.
- No es lo mismo. Créeme, me propuse este semestre a declararme, pero es muy difícil. Cada que veo a Johann, siento como si él… pienso que solo me ve como una amiga.
Lucy pensó por un momento y tomó la decisión de revelarle la verdad sobre su destino amoroso.
- Emilly – la chica miró a Lucy – Tú y Johann están destinados.
En las palmas de sus manos le mostró la ilusión de dos corazones. Ella se exaltó, no podía creer lo que estaba viendo.
- ¿Qué…qué es eso?
- Es magia.
- ¿Magia? – estaba muy sorprendida y volteó hacia los lados para ver si la demás gente se percataba de eso.
- Tranquila, nadie nos verá. En estos momentos no llamamos la atención – dijo Lucy, al tiempo que había una esfera invisible alrededor de las chicas.
- Pe-pero… eso no existe. Las teorías de Elysia sobre los poderes son falsas… - dijo Emilly, al recordar el trabajo de la historiadora – Muchos historiadores están en su contra.
- Bien, la magia sí existe. Ahora… lo que importa en estos momentos es que yo te voy a ayudar a conquistar a Johann.
- ¿Qué ganarías con eso? – Emilly no confiaba.
- Soy parte del Mundo de la Magia, yo hago que la gente sea feliz. Es como si fuera tu hada madrina.
- No puedo creerlo…
A Lucy le estaba costando trabajo hacer que Emilly confiara en ella, pero tenía que tomar la ventaja sobre Sabrina a como diera lugar y en estos momentos estaba perdiendo.
En casa de los Warton…
- ¿Vas a quedarte aquí a pesar de que saliste temprano de la escuela? – preguntó Imelda a su hermana menor.
- Sí, voy a preparar el almuerzo – contestó Chelsea, peinada de dos colitas, tenía el cabello largo.